PANDEMIA
Para controlar la propagación de la epidemia Francia amplió desde este lunes el uso obligatorio de mascarillas en espacios públicos cerrados bajo pena de una multa de 135 euros.
El ministro de Salud de Francia, Olivier Véran, indicó este lunes que se registran en el país entre 400 a 500 focos activos de COVID-19 pero descartó una llegada inminente de una segunda ola.
"Observamos que hay signos preocupantes de un resurgimiento de la epidemia", dijo Véran a la radio Franceinfo, mencionando "entre 400 y 500 focos de coronavirus" activos, en particular en la mitad norte del país. No obstante, precisó que "por el momento" Francia está "muy lejos de una segunda ola".
Insistió en que aunque el número de casos "en volumen no es enorme", hay "una tendencia creciente", por ejemplo con una tasa de reproducción superior a 1 (un infectado contagia a más de una persona al día) en algunas zonas.
Para controlar la propagación de la epidemia, Francia amplió desde este lunes el uso obligatorio de mascarillas en espacios públicos cerrados bajo pena de una multa de 135 euros (155 dólares).
Portar un tapabocas desechable o de tela ya era obligatorio en los transportes públicos, cines, salas de espectáculos y museos desde el 11 de mayo, pero ahora los franceses deberán también llevarlo en los centros comerciales, administraciones y bancos.
"Salvar vidas, proteger a los más vulnerables, reducir la circulación del virus: de nuestro civismo depende la salud de todos", escribió el domingo en Twitter el primer ministro Jean Castex.
Véran no quiso pronunciarse sobre la posibilidad de un cierre de fronteras con España ante la propagación de la epidemia en Cataluña, pese a que el primer ministro francés, Jean Castex, dijo el pasado sábado que es un asunto que Francia debe tratar con las autoridades españolas.
El ministro de Sanidad sí explicó que se están poniendo en marcha en los aeropuertos dispositivos para que los viajeros se puedan hacer voluntariamente pruebas, aunque reconoció que sus capacidades son muy inferiores a sus usuarios potenciales.
Cada día -añadió- llegan a los aeropuertos franceses más de 20.000 pasajeros solo de países con calificación "en rojo" por la situación epidémica, como Brasil, con los que no se ha restablecido la libre circulación, pero de los que pueden volver por ejemplo las personas con doble nacionalidad.
La capacidad teórica de los dispositivos de test en los aeropuertos es de 2.000 diarios, reconoció, después de señalar que "queremos ser realistas" y que se está en proceso de validación de pruebas con saliva que podrían realizarse de forma más masiva.
A quienes llegan de esos países "en rojo" que no presentan una prueba negativa del COVID-19, hecha en origen y en las 72 horas anteriores, se les pide que se hagan una al llegar a Francia y, si no, que guarden una cuarentena de 14 días en su domicilio.