LA LUCHA CONTRA LA PANDEMIA
En Estados Unidos hay cuatro vacunas en fase de prueba con humanos; Rusia ya la usa y China promete 610 millones de dosis.
Mientras el COVID-19 ya provocó una tragedia mundial con 993.438 muertos y 32,6 millones de infectados, diversos laboratorios y empresas farmacéuticas están inmersos en el desarrollo de once vacunas contra esta enfermedad.
Los proyectos occidentales más avanzados son los desarrollados por la británica AstraZeneca, socio de la Universidad de Oxford, y por las estadounidenses Pfizer y Moderna. Proyectos chinos y rusos también han llegado a la fase final de las pruebas.
La carrera para el desarrollo y producción de una vacuna eficaz presenta este panorama:
Dos anuncios alentadores surgieron en los últimos días de empresas estadounidenses. La compañía biotecnológica Novavax indicó el jueves que inició en el Reino Unido un ensayo clínico de fase final para su potencial inmunización. Se trata de la undécima vacuna experimentaldel mundo que entra en la fase final de los ensayos clínicos.
El ensayo tiene como objetivo incluir a 10.000 participantes de entre 18 y 84 años de edad.
“Debido al actual alto nivel de transmisión del SARS-CoV-2, y dado que es probable que continúe siendo alto en el Reino Unido, prevemos de manera optimista que el ensayo tendrá un rápido reclutamiento y producirá resultados de eficacia a corto plazo”, indicó Gregory Glenn, director de Investigación y Desarrollo de la empresa, en un comunicado.
Novavax es una de las seis empresas financiadas por el gobierno de Estados Unidos. Ha recibido más de 1.600 millones de dólares en fondos públicos para financiar la producción de 100 millones de dosis.
A su vez, Johnson & Johnson se convirtió el miércoles en el cuarto grupo farmacéutico en comenzar la fase 3 de ensayos clínicos de su vacuna en Estados Unidos (pruebas con humanos). Si los resultados son positivos, la compañía espera poder presentar una solicitud de autorización de emergencia ante la FDA (la Agencia de Medicamentos de Estados Unidos) “a principios de 2021”, indicó la compañía. En el ensayo de Johnson & Johnson participarán 60.000 voluntarios de tres continentes a los que se les suministrará solo una dosis.
La empresa de biotecnología Moderna fue la primera en Estados Unidos, en julio, en comenzar la fase 3, que consiste en medir la eficacia del producto a gran escala en miles de voluntarios. Le siguieron Pfizer y su socio BioNTech y luego llegó AstraZeneca.
Anthony Fauci, director del Instituto de Enfermedades Infecciosas, aseguró que es un hecho sin precedentes que cuatro vacunas experimentales estén en una fase tan avanzada solo ocho meses después de haberse identificado el virus. “Es probable que se necesiten varias formas de vacunación para satisfacer las necesidades globales”, advirtió Fauci.
Johnson & Johnson, que anunció su compromiso de distribuir la vacuna sin tener beneficios, enfatizó que continuará aumentando su capacidad de producción para poder entregar 1.000 millones de dosis de vacuna al año.
El programa chino de vacunas contra el COVID-19 está en posición de liderazgo y el gobierno de Pekín espera llegar a fin de año con una capacidad de producción anual de más de 610 millones de dosis anuales, y al menos 1.000 millones por año durante 2021. Once vacunas chinas son objeto de pruebas clínicas, con cuatro de ellas en fase 3, afirmó Wu Yuanbin, del Ministerio de Ciencia y Tecnología. “Vemos que se trata de vacunas seguras, y que no producen serias reacciones adversas”, agregó.
El director del Centro de Desarrollo de Ciencia y Tecnología de la Comisión Nacional de Salud, Zheng Zhongwei, puntualizó que ninguna de las vacunas ha mostrado efectos adversos. Zheng no dio una fecha exacta, pero indicó que esperan aplicar masivamente las vacunas lo antes posible.
Las vacunas que están en la tercera fase de pruebas son las de Sinovac, Sinopharm, el Instituto de Productos Biológicos de Wuhan y la de Cansino Biologics, que comenzó a usarse a finales de junio en el Ejército chino. A estas habría que sumar las de otro consorcio del que participa el país asiático, formado por la china Fosun Pharma, la alemana Biontech y la estadounidense Pfizer.
Por su parte, el epidemiólogo jefe del Centro para el Constrol y Prevención de Enfermedades de China (CDC), Zeng Guang, sostuvo que “estas vacunas se van a usar en millones de personas y las posibilidades de un efecto adverso serán más altas, por lo que será necesario tener un mecanismo centralizado que haga un seguimiento de su aplicación”.
Estimó que las vacunas chinas podrán proteger el sistema inmunitario humano por un tiempo relativamente largo. En cuanto a la distribución, se realizará por grupos; uno de alto riesgo, otro de personas vulnerables y por último la población en general.
El Reino Unido hace su aporte
El Reino Unido facilitará US$ 637 millones al programa Covax, la plataforma de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el desarrollo, producción y distribución equitativo de la vacuna contra el COVID-19, anunció el primer ministro Boris Johnson ante la Asamblea General de la ONU.
Ese monto se sumará a más de US$ 60 millones ya prometidos. También propuso un plan para enfrentar a las futuras pandemias.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin anunció el 11 de agosto, la aprobación de la vacuna rusa Sputnik V.
El Ministerio de Salud de Rusia no ha dicho cuántas personas han sido vacunadas su país. El ministro, Mikhail Murashko, dijo que se comenzaría con envíos pequeños a las provincias, aunque no precisó cuántas dosis se enviarían.
La puesta en marcha ha sido lenta. Murashko explicó que los retrasos en parte se debían a la necesidad de poner a prueba el sistema de distribución de una vacuna que debe almacenarse en temperaturas bajo cero, y también de capacitar al personal médico.
El presidente dijo que su propia hija recibió la vacuna.
La semana pasada, en el mensaje ante la Asamblea General de la ONU, Putin afirmó que está “dispuesto a compartir nuestra experiencia y a continuar interactuando con todos los Estados y estructuras internacionales, incluido el aprovisionamiento a otros países de la vacuna, que ha probado su fiablidad, su seguridad y su eficacia”. Agregó que se debe “utilizar todas las capacidades de la industria farmacéutica mundial para garantizar el acceso gratuito a la vacunación de los ciudadanos todos los Estados a corto plazo”. (Con información de The New York Times y AFP)
Quizás sea necesario hacer varios intentos
Podrían necesitarse varios intentos para encontrar la vacuna correcta contra el COVID-19, dijo la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa Etienne, a Reuters, e instó a los países de la región a iniciar los preparativos de inmunización. Estimó que “posiblemente las primeras vacunas solo brinden una protección parcial o no funcionen para todos. No sabemos aún cuál vacuna se considerará segura y efectiva y cómo funcionará”, agregó.
Etienne sostuvo que la participación en el mecanismo multilateral de acceso a vacunas Covax, es la mejor forma de que los países protejan a quienes corren un riesgo severo de contraer la enfermedad.
“Los países no pueden esperar a tener todas las respuestas antes de comenzar a planificar y prepararse para administrar una vacuna contra el COVID”, consideró.