La acusación de corrupción de parte de Estados Unidos a dos de los principales líderes del gobernante Partido Colorado ha golpeado en el centro de la campaña para las presidenciales, que el 30 de abril enfrentarán en Paraguay al candidato oficialista Santiago Peña con el opositor Efraín Alegre.
El exmandatario Horacio Cartes, actual presidente del conservador Partido Colorado, y el vicepresidente de la Nación, Hugo Velázquez, fueron señalados el año pasado como “significativamente corruptos” por el Departamento de Estado, que les vetó el ingreso al país norteamericano. A fines de enero, el Tesoro estadounidense sancionó a cuatro compañías de Cartes. Y ahora, los colorados tropiezan con la dificultad de conseguir préstamos para el último tramo de la campaña.
Una encuesta de la empresa AtlasIntel, realizada a principios de abril, mostró un empate técnico entre Peña y Alegre, con leve ventaja para el opositor, un abogado de 60 años, líder del partido Liberal, que por tercera vez busca la presidencia. El sondeo también señaló a la corrupción como el principal problema del país, según 68% de los encuestados.
Ante las señales adversas, Peña, un economista de 44 años que fue ministro en el gobierno de Cartes, apuesta al voto duro de los afiliados al partido, unos 2,5 millones de personas, en su mayoría funcionarios y sus familiares. El padrón electoral registra unos 4,8 millones de votantes sobre una población de 7,5 millones.
“El oficialismo habla a los funcionarios sobre la pérdida de empleos, la persecución en ciernes si gana la oposición, apelando al fanatismo. Los colorados ahora levantan la bandera antiimperialista, patriótica, como elemento electoralista”, apuntó a la AFP el analista político Marcos Cáceres Amarilla.
Con información de AFP