EL AVANCE DE LA PANDEMIA
Los gobiernos europeos cambian de enfoque y evitan aplicar otro confinamiento obligatorio al registrarse nuevos brotes del coronavirus.
Ante los grandes desafíos que planteó el COVID-19, la estrategia inicial de Europa para controlarlo fue bastante directa con cuarentenas estrictas en casi todos los países.
Eventualmente dio resultado. En los dos meses desde que la mayoría de los países abrió, las mejoras en los test y en el rastreo han mantenido a raya los nuevos brotes. Al aplicarse normas básicas sobre el uso de tapabocas y el distanciamiento social, la vida pudo reanudarse con cierta apariencia de normalidad.
Sin embargo, en los últimos días, Francia, Italia y Alemania registran el número de casos más alto desde la primavera, en tanto España se encuentra en medio de un gran brote. Las autoridades advierten que el continente entra en una nueva etapa de la pandemia.
Por cierto, no existe la situación caótica ni en la sensación general de crisis que se vieron en marzo y abril. Y las nuevas infecciones detectadas cada 100.000 personas a lo largo de Europa todavía son la quinta parte del número registrado en Estados Unidos en la última semana.
Pero, existe creciente preocupación de que al llegar al final la temporada veraniega de viajes, el virus podría afianzarse a medida que las personas trasladan sus vidas a lugares cerrados y comienza la temporada de gripe de otoño. Debido a que los países aplican diversidad de estrategias -y con cambios abruptos de normas y lineamientos que varían entre cada país- queda por verse si las tácticas resultarán aplicables y eficaces.
El incremento de casos en Europa, así como en otras partes del mundo, es impulsado por los jóvenes. La proporción de personas de edades entre 15 y 24 años que están infectadas en Europa creció de 4,5% a 15% en los últimos cinco meses, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud. El Dr. Hans Kluge, director de esa agencia para Europa, dijo estar muy preocupado porque personas de menos de 24 años aparecen habitualmente entre los nuevos casos.
Riesgo sanitario.
Esta vez, los líderes europeos han evitado imponer cuarentenas generales y en cambio dependen de medidas con restricciones que apuntan a lugares de riesgo, mayores rerquerimientos del uso de mascarillas y campañas educativas de salud pública.
En Francia, el presidente Emmanuel Macron descartó otra cuarentena nacional y optó por “estrategias muy localizadas”. Sostuvo, en entrevista con la revista Paris Match: “No podemos paralizar al país, porque el daño colateral es del confinamiento es considerable. El riesgo cero nunca existe en una sociedad”.
En el Reino Unido, el secretario de Salud, Matt Hancock, dijo a la BBC la semana pasada que los trabajadores deben volver a sus oficinas. El gobierno financia una iniciativa para que la gente vuelva a los restaurantes, cubriendo una parte del costo de algunas comidas.
Las autoridades también requieren 14 días de autocuarentena para los viajeros procedentes de Austria, Croacia, Francia y Holanda y advirtieron que más países podrían ser incluidos.
Impacto del coronavirus.
España vuelve a ser uno de los países más golpeados por el coronavirus -un caso aparte que tiene intrigados a epdemiólogos y sociólogos- pese a haber observado uno de los confinamientos más estrictos del mundo, la obligatoriedad generalizada de la mascarilla y la realización de millones de test. Es el país de Europa occidental con mayor número de casos diagnosticados, unos 386.000. Con 143 nuevos casos por cada 100.000 habitantes en las dos últimas semanas, su tasa de contagio supera a la de sus vecinos.
Algunos especialistas cuestionan los efectos del confinamiento draconiano aplicado desde mitad de marzo hasta el 21 de junio. Durante el confinamiento, suavizado en el último mes y medio de ese periodo de manera muy progresiva, los españoles solo podían salir solos y por razones imperiosas.
Salir a pasear o hacer deporte estuvo prohibido hasta comienzos de mayo, y durante seis semanas los niños no tenían permitido salir bajo ningún concepto, un régimen más restrictivo que el aplicado a los perros, que sí podían pasear desde el principio.
“La severidad del confinamiento” y luego “las ganas de hacer las cosas que no has podido hacer tuvo un efecto rebrote”, afirma Salvador Macip, médico investigador en la Universidad de Leicester y autor de “Las grandes epidemias modernas”.
Macip destaca también los errores de comunicación de unas autoridades que presentaron las normas de conducta como una “nueva normalidad”, “sin explicar que todo eso no era normal y que había que actuar con vigilancia”.
Una explicación similar a la de Jorge Ruiz Ruiz, sociólogo en el Instituto de Estudios Sociales Avanzados: “el aislamiento absoluto puede no haber sido una buena estrategia para promocionar la responsabilidad social de los ciudadanos” una vez recobrada la libertad.
Ante el aumento de los contagios, el gobierno adoptó medidas dirigidas a las salidas nocturnas: cierre de discotecas, restricción de horarios en bares y restaurante y una medida inédita, la prohibición de fumar en la calle cuando no pueda garantizarse la distancia segura.
Siguen abiertas las fronteras
La canciller de Alemania, Angela Merkel prometió abordar la transmisión del virus sin cerrar las fronteras nacionales, pese a un incremento en las infecciones diarias que no ocurría desde fines de abril. Sostuvo, el jueves, que la Unión Europea debe estar unida y debe actuar de manera aún más europea para frenar el COVID-19. “No creo que vayamos a cerrar las fronteras de nuevo”, dijo. “Políticamente, queremos evitarlo a toda costa”.
Casi el 40% de las infecciones nuevas en Alemania fueron generadas por personas que retornaron de las vacaciones, de acuerdo con lo que indica el gobierno. El Ministerio de Relaciones Exteriores advirtió por los viajes a determinados destinos populares, incluyendo la mayor parte de España y algunas partes de Croacia. Pero, a los viajeros que retornan ahora les realizan test gratuitos en los aeropuertos alemanes.
Expertos consideran que el funcionamiento casi federal del Estado en España, donde la salud pública es competencia de cada una de las 17 regiones, complica aún más la aplicación de una normativa unificada. El Dr. Salvador Macip (Universidad de Leicester) critica por ello la complejidad “de las herramientas jurídicas para coordinar una respuesta nacional. Por ejemplo, cuando necesitamos cerrar una región, nos dimos cuenta de que era imposible”, señala.
Entre finales de junio y principios de julio, España rebrió sus fronteras sin restricciones. Más de dos millones de extranjeros viajaron al país en avión en julio, según el gobierno.
“El desconfinamiento llegó muy rápido para aprovechar la temporada de las vacaciones, los turistas llegaron con muchos más movimientos que en otros países”, recuerda Macip.
Las autoridades creen que la circulación del virus se vio también propiciada por otro tipo de migración, la de los temporeros agrícolas, que se desplazan de una región a otra del país según las cosechas y viven en condiciones muy precarias.
En los últimos días, la circulación del virus de ha acelerado en la Comunidad de Madrid y las alertas del sistema sanitario van saltando una tras otra. El gobierno regional ha recomendado a los vecinos de las zonas más afectadas, -sin dictar obligación alguna- que permanezcan en sus casas y limiten las reuniones familiares.
En los hospitales de la región de Madrid crecen los ingresos, pero lo que más inquieta es que se ha disparado el porcentaje de las pruebas PCR hechas a los pacientes que dan positivo, lo que indica que la transmisión del SARS-CoV-2 está cada vez más extendida en la Comunidad de Madrid.
El jefe de microbiología del hospital La Paz, Julio García Rodríguez, pone énfasis en el rastreo, en reforzar las estructuras de salud pública y en cortar las cadenas de transmisión del virus.
(Con información de AFP y El País de Madrid)