La presidenta electa de Argentina, Cristina Fernández, consideró que la planta de celulosa que la empresa finlandesa Botnia construyó en Uruguay "va a empezar a funcionar antes o después", pese al reclamo de ambientalistas.
"Habrá que comprobar si (Botnia) contamina o no. Si no contamina, las protestas no tendrán más razón. Si contamina, se deberán hacer los reclamos necesarios", señaló la primera dama, quien el pasado domingo ganó las elecciones presidenciales con el 44,9 por ciento de los votos.
De esta manera, Fernández se refirió a los bloqueos de carreteras y movilizaciones que realizan ambientalistas argentinos en rechazo a la instalación de la fábrica, a la que consideran de riesgo para el medio ambiente.
En declaraciones publicadas hoy por Clarín, Fernández indicó que, mientras tanto, hay que preservar "la relación en otros terrenos" con Uruguay, país con el que Argentina mantiene un litigio debido a la instalación de la papelera en la ciudad de Fray Bentos, a la vera del río Uruguay, límite natural entre ambas naciones.
"No debemos hipotecar" los vínculos, manifestó la presidenta electa, en alusión al país vecino, gobernado por Tabaré Vázquez, por quien, según dijo, siente "gran estima".
Según la primera dama, que asumirá la presidencia de Argentina en diciembre próximo, hay que esperar el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya, que dirime el conflicto, e "ir manejando con prudencia las situaciones de tensión que hasta entonces puedan provocarse".
Argentina recurrió en 2006 al tribunal para denunciar a Uruguay por haber violado el tratado bilateral que reglamenta la administración compartida del río Uruguay, al autorizar unilateralmente el proyecto industrial.
La esposa del presidente argentino, Néstor Kirchner, se preguntó también si es posible que una empresa haga esta inversión a riesgo de que la contaminación atice el conflicto entre las dos naciones.
La inversión de 1.200 millones de dólares que realizó Botnia para la construcción de la planta es la mayor individual en la historia de Uruguay.
Mientras, integrantes de la Asamblea Ambiental de la ciudad argentina de Gualeguaychú, en la provincia de Entre Ríos, mantienen desde hace casi un año el bloqueo en la carretera que conduce a la uruguaya Fray Bentos.
Por su parte, vecinos de la ciudad argentina de Colón mantendrán hasta las 22.00 GMT de hoy cortado el acceso que conduce a la uruguaya Paysandú, en apoyo al reclamo contra la planta de celulosa.
A tono, la Asamblea Ambiental de la ciudad argentina de Concordia, donde se ubica otro de los tres pasos a Uruguay, realizó este sábado una protesta sobre la ruta que une la ciudad uruguaya de Salto.
Ambientalistas de Gualeguaychú viajarán esta semana a Santiago para manifestar su repudio a la instalación de la papelera durante el desarrollo de la XVII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno, que se celebrará entre el 8 y 10 de noviembre en Chile.
Además, los asambleístas instalarán durante el desarrollo de la cumbre "un puesto de vigilia y monitoreo" en una isla argentina situada frente a la fábrica, sobre el río Uruguay, para "controlar los movimientos producidos en la papelera".
La Asamblea reclamó este fin de semana al presidente Kirchner que no renuncie al reclamo de reubicar la planta, que esta semana iba a iniciar su funcionamiento, el cual fue detenido momentáneamente tras un pedido de España, que media en la controversia bilateral.
El canciller argentino, Jorge Taiana, calificó este jueves de "provocación" el anuncio de Uruguay de postergar de forma momentánea la entrada en operación de la papelera.
EFE