Un sector del kirchnerismo preparaba un acto masivo para pedirle que se postulara. El Congreso del Partido Justicialista, que buscaba una definición, un poco de claridad entre tanta incertidumbre electoral, acababa de sesionar, hacía tan solo minutos. Ese fue el momento que eligió Cristina Kirchner para ratificar su decisión de no ser candidata a la presidencia.
Lo hizo ayer a través de una carta publicada en su página web y replicada en sus redes sociales. “No voy a ser mascota del poder por ninguna candidatura. He dado muestras, como nadie, de privilegiar el proyecto colectivo sobre la ubicación personal”, expresó.
Y así, Cristina puso fin al “operativo clamor”, que recorría provincias agitando su postulación, que mantenía aún la esperanza de ver su nombre en la boleta pese a todas las ocasiones en las la vicepresidenta ya había adelantado su decisión. “No se pongan los rulos”, dijo la última vez que apareció en público, cuando le gritaban “¡Cristina presidenta!” en un acto en La Plata.
La vicepresidenta apuntó con dureza contra el exmandatario Mauricio Macri, el presidente Alberto Fernández y el Poder Judicial.
Incluso, a Macri y Fernández los equiparó al mencionar que la intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI) derivó en que ambos mandatarios hayan tenido que declinar sus aspiraciones a competir por la Casa Rosada este año.
“La casualidad no es una categoría política y, por eso, no es casual que ninguno de los dos presidentes que aceptaron el programa del FMI conserve aptitud electoral”, aseguró.
Luego, responsabilizando a la Corte Suprema de Justicia de su paso al costado, sostuvo: “No voy a entrar en el juego perverso que nos imponen con fachada democrática para que esos mismos jueces, encaramados hoy en la Corte, dicten un fallo inhabilitándome o directamente sacándome cualquier candidatura que pueda ostentar, para dejar al peronismo en absoluta fragilidad y debilidad frente a la contienda electoral”.
Y argumentó: “No se trató de una decisión apresurada ni producto del momento, sino de una decisión razonada y pensada. Los conozco, sé como piensan, como actúan y cómo van a actuar. Los he visto a lo largo de la historia y experimenté su juego en carne propia y de mi familia, con una persecución atada con precisión quirúrgica al calendario electoral”. Luego, volvió sobre su “proscripción”. Y fue más allá: dijo que “no se trata solo de la proscripción de una persona, sino del peronismo”.
“Aunque algunos, por mezquindad o mediocridad, lo negaron recurriendo a tecnicismos legales, la realidad una vez más lo confirmó”, abundó Cristina Kirchner sobre la tan mencionada proscripción.
Luego fue por la oposición y su supuesto vínculo con la Justicia, algo que el peronismo denunció hasta el hartazgo días atrás, con Alberto Fernández como cara visible esta vez.
“La semana pasada, después de un fin de semana electoralmente adverso para Juntos por el Cambio y objetivamente favorable para el peronismo, la Corte suspendió las elecciones a gobernador de las provincias de Tucumán y San Juan, a tan solo 72 horas del comienzo de la veda electoral y con un claro objetivo político: perjudicar al peronismo y tapar sus propios delitos”, aseguró Cristina.
Y apuntó directamente contra “tres personas” pero sin nombrarlas (los tres jueces contra los que batalla).
“Cuando hablé de proscripción en diciembre de 2022, no era en ejercicio de artes adivinatorias, sino con la comprensión de la etapa histórica que estamos atravesando. Así como tres personas (por los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda) lo hicieron con las provincias de Tucumán y San Juan, no tengan dudas de que lo harán contra mi persona con el fin de evitar que el peronismo pueda participar del proceso democrático (...)”, advirtió.
Cristina queda definitivamente fuera del tablero de candidatos, pero la disyuntiva del Frente de Todos no termina con esta ratificación. O se la reemplaza con un candidato único, o se habilita una competencia en las PASO, como pide el presidente Alberto Fernández y hasta algunos kirchneristas como el ministro de Interior, Eduardo “Wado” de Pedro.
En tanto, el ministro de Economía, Sergio Massa, es el único de los tres accionistas principales del Frente de Todos que queda en la carrera por la Presidencia, después de que se bajara Fernández y tras la carta de ayer.
Sergio Massa ha pedido un candidato único. La gran intriga es qué apoyos le quedan con una economía que no se recupera. El índice de inflación abril fue un golpe a las ilusiones del massismo.
Su alianza con La Cámpora y la CGT siguen en pie, pero hay sectores del peronismo que le niegan la condición de “síntesis” del Frente de Todos.
Cristina es la figura más importante del kirchnerismo en 20 años, el cariño de la gente va a seguir estando porque que hoy estemos en el poder, tuvo que ver con su enorme humildad de decir: ‘para esta etapa confío en el compañero Alberto Fernández’, y el pueblo se lo agradece.
Se avecinan tiempos aún más difíciles (...) Hay una larga pelea por delante y no vamos a perder porque no vamos a abandonar. A Cristina todo nuestro respeto y gratitud. Siempre vamos a poner la cara, el cuerpo y el corazón por ella, por el Pueblo y por Argentina.
“El peronismo debe gobernar para la gente como nos enseñaron Néstor y Cristina. El desafío al que nos enfrentamos requiere que nos mantengamos unidos y ampliemos el espacio a quienes quieran un país que funcione para todas y todos”.
“Wado” De Pedro se posiciona
Los socios mayoritarios de la coalición oficialista ya se pronunciaron: Alberto Fernández quiere que haya una PASO de varios postulantes y Sergio Massa, por el contrario, pide abiertamente un candidato de síntesis.
En ese contexto, Eduardo “Wado” De Pedro, embajador de la vicepresidenta en las “mesas políticas” donde se debate la cuestión electoral, pisó el acelerador esta semana.
Tal como publicó La Nación, el ministro del Interior se viene pronunciando en privado para que efectivamente haya una PASO en el peronismo.
Aún luego del pedido público de Massa para que haya un postulante de unidad, él opinó en conversaciones puertas adentro, en los últimos días, que lo mejor es que haya candidaturas múltiples. Y difícilmente se mueva sin la venia de Cristina, su jefa política.
Él tiene su propio interés: una primaria le permitiría confirmar la candidatura presidencial para la que viene trabajando desde hace ya muchos meses con equipos y recursos cada vez más nutridos.
Quienes trabajan cerca de De Pedro, de hecho, ya comenzaron a diseñarle el perfil de “candidato competitivo” con dos características. Por un lado, quieren presentarlo como un sinónimo de Cristina Kirchner y subrayar su cercanía con la vice. Por el otro, buscan exhibirlo con un costado más dialoguista con los sectores no K. “Expande pero sin alejarse de ella”, es el lema. Además pretenden apuntalarlo como el postulante más joven de los que hoy suenan como presidenciables.
De Pedro, no obstante, sigue lidiando con un problema de conocimiento en los sondeos y todavía no demostró poder trasvasar los votos de Cristina como sí hizo Axel Kicillof en 2019.
El objetivo de los movimientos de los últimos días no es necesariamente confirmarlo como candidato: es un empujón más fuerte para intentar posicionarlo, de modo que Cristina lo tenga disponible para hacerlo jugar de ser necesario.
Con información de La Nación (GDA)