¿Cuánto tiempo más los militares venezolanos van a seguir respaldando al régimen de Maduro?

Hay que reformular esta pregunta porque no es que los militares solo apoyen al gobierno chavista, sino que ellos mismos constituyen el núcleo duro de este.

Compartir esta noticia
Nicolas Maduro con militares
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela.
Foto: AFP.

La pregunta sobre cuánto tiempo los militares en Venezuela van a seguir respaldando al régimen de Maduro, hay que reformularla.

No es que los militares estén “respaldando” al gobierno chavista, sino que “son” el núcleo duro del sistema. Es decir, están ocupando los principales cargos de poder no sólo en las áreas de competencia militar, sino que están enraizados en todas las demás: petróleo, alimentación, electricidad, minería, banca, seguros, vivienda, transporte, obras públicas, etcétera, además de estar al frente de gobernaciones y municipios en el país.

Luego de las elecciones presidenciales del pasado 28 de julio, en las que el Consejo Nacional Electoral (CNE) -órganos afín al chavismo- dio por vencedor a Nicolás Maduro y la oposición alzó el grito de “fraude”, el régimen cambió a sus principales figuras en cargos estratégicos, pero son las mismas personas en otros puestos.

Es decir, fue un “enroque” más de los muchos que ha realizado el régimen desde que Maduro asumió el poder en 2013 y que en realidad ya los venía haciendo su predecesor, Hugo Chávez.

Esto es así porque los enroques constituyen una política de Estado típica de gobiernos totalitarios, que -según analistas- consiste en “refrescar” sus filas cada cierto tiempo aunque siempre con las personas de confianza del régimen, sobre todo militares.

Efectivamente, el pasado 26 de agosto Maduro anunció que Diosdado Cabello (militar y hombre fuerte del chavismo) pasó a ser ministro de Interior, Justicia y Paz, cargo con mando en los cuerpos policiales. Esta fuerza es la que, por ejemplo, actuó activamente durante las protestas populares luego de las últimas elecciones presidenciales, que resultó en múltiples arrestos de civiles.

Vladimir Padrino (un militar que se jugó por Chávez cuando hubo un intento de golpe de Estado en 2002, entre otras “acciones heroicas” para el régimen) fue ratificado, como era de esperar, como ministro de Defensa.

Pero otras áreas no vinculadas a la seguridad o defensa, también están lideradas por militares, como lo confirman, una vez más, la designaciones del pasado agosto: el general Jorge Márquez pasó a ser Ministro de Energía Eléctrica; el general Menry Fernández fue nombrado Ministro de Agricultura Productiva y Tierras; el coronel Pedro Tellechea es ahora titular de la cartera de Industrias y Producción Nacional; el general Raúl Paredes lidera el Ministerio para Hábitat y Vivienda; y el general Josué Lorca acaba de asumir como Ministro para el Ecosocialismo, una cartera diseñada para especialmente para la revolución.

En cuanto al ministerio del Despacho de la Presidencia, pasó a ser ocupado por el Aníbal Coronado, que es contralmirante.

Nicolás Maduro
Nicolás Maduro.
Foto: AFP.

¿Qué hace, por ejemplo, un militar al frente del Ministerio de Alimentación? ¿O la abogada Delcy Rodríguez, que forma parte del círculo más cercano de Maduro, como ministra de Petróleo? ¿sabe de petróleo?

Si uno analiza los antecedentes de cada uno de ellos, comprueba que han ocupado múltiples cargos en las más diversas carteras, lo que es una muestra del enroque político del sistema de poder venezolano, y también de que la experticia de área poco y nada tiene que ver a la hora de realizar designaciones estratégicas.

Se trata de toda una red intrincada en el poder de larga data, armada de tal manera que unos se sostienen con otros y con el conjunto.

Según una lista obtenida por El Nacional de Venezuela, los efectivos castrenses que ocupan puestos -de distintos niveles- en ministerios e instituciones del Estado son, en total, 301. De ese número -señala el diario- 152 tienen un estado de resolución vigente, 66 vencida y 93 están sin resolución. La mayor cantidad de efectivos militares está en el Ministerio de Interior, Justicia y Paz, seguido por el de Ministerio de Alimentación, el Despacho Presidencial y la Asamblea Nacional, en ese orden.

Ya en 2018, la activista Rocío San Miguel, experta en temas militares y en ese entonces presidenta de la asociación civil Control Ciudadano (hoy presa política en Venezuela), dijo en entrevista con esta periodista que al menos el 47% de los cargos de confianza del régimen estaba en manos castrenses, según contabilizó.

En aquel momento, San Miguel daba cuenta que la intervención de los militares en prácticamente todos los sectores de la economía venezolana era creciente y endémica a la estructura de gobierno.

En ese año (2018), el Ejército venezolano había pasado a controlar 9 de los 14 ministerios de las áreas de Economía e Infraestructura, y esto ha ido en aumento. “La militarización de Pdvsa ha sido la más estratégica, dado que a través de la industria petrolera ingresa el 96% de las divisas del país”, afirmó San Miguel al alertar también sobre el manejo turbio de los recursos del Estado. Por supuesto que todo este andamiaje dista mucho de ser poco planificado, como muchos aún suponen. Responde a la más alta inteligencia que tiene como modelo otros regímenes comprobados. El propio Maduro sabe cuál es su rol en el entramado y hasta anunció pocos días atrás que solo entregará el poder a un presidente “chavista y revolucionario”. ¿Militar? Tal vez, o un civil como él que encaje con la red articulada de militares en el poder y designado por ellos, según proyectan analistas.

Opacidad

La administración pública de Venezuela en manos de militares no solo es riesgosa, dado que lógicamente no tienen los conocimientos para manejar áreas de la actividad que están por fuera de la competencia para la que fueron formados, sino porque no hacen rendición de cuentas.

Desde hace años realizan contrataciones sin licitaciones y la opacidad en los manejos financieros ha sido denunciado repetidamente por ONG y periodistas económicos venezolanos que buscan sin éxito cifras oficiales de negocios que no se publican o, si se hace, consideran que son de dudosa credibilidad.

Las sanciones económicas por parte de Estados Unidos y Europa contra el régimen son más que conocidas, aunque por ahora lo que se ve más es el blindaje del sistema de poder venezolano.

 Edmundo González Urrutia, candidato de la oposición de Venezuela.
Edmundo González Urrutia.
Foto: AFP

Si hay fisuras, no se visualizan o son eliminadas de cuajo

Ante el blindado entramado militar en Venezuela -gran receptor además de las ganancias del Estado, según denuncian investigaciones presentadas a nivel internacional, a las que se suman las de violaciones de derechos humanos-, es difícil que ocurra una transición a la democracia, según analistas consultados por El País, entre ellos el politólogo venezolano John Magdaleno, quien afirmó: “Una vez que se pierde la democracia es muy difícil recuperarla”. “Para ello se requiere al menos alguna fisura o eclosión dentro del régimen mismo”, agregó quien se especializa en historia de transiciones a las democracias.

En la misma línea, el economista Henkel García, miembro del bloque de la líder opositora María Corina Machado, declaró a El País que la Fuerza Armada chavista se muestra “monolítica” y que no ven que estén dadas las condiciones para una transición. No obstante, los intentos para generar esas condiciones, continúan, al tiempo que el régimen se endurece.

Hace casi un año, en entrevista con El País, Machado explicó que la oposición veía que la Fuerza Armada en Venezuela estaba dividida, pero no les constaba que la división fuera vertical en la estructura, sino horizontal. Es decir, los militares de rango medio-bajo y bajo vivían carencias -“dolor y hambre”, dijo- y “quieren un cambio”. No obstante, esos militares de rango bajo son amenazados o eliminados de cuajo por sus superiores o pares, por lo que tienen poco margen de maniobra, como reconoció la líder antichavista, hoy en la clandestinidad.

¿Encontraste un error?

Reportar

Temas relacionados

VenezuelaNicolás Maduro

Te puede interesar