AFP, EFE
Cerró la campaña electoral en Venezuela. Comenzó la cuenta regresiva hasta el cierre de las urnas el domingo para saber quién gobernará ese país los próximos seis años. Las opciones son dos: la continuidad del régimen chavista, o la oportunidad de la oposición de encaminar al país hacia la democracia. La campaña electoral cerró en medio de la advertencia de Nicolás Maduro de que se desatará un “baño de sangre” si pierde la reelección, y una fuerte presión internacional para se reconozca el resultado de la elección.
El diplomático Edmundo González Urrutia es el candidato de consenso de la oposición, coaligada en la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), y favorito según las encuestas de intención de voto.
Empuñando un sable del prócer Simón Bolívar, Maduro encabezó ayer un primer acto en Maracaibo, capital del petrolero estado Zulia y muy golpeado por la crisis que ha acompañado sus casi 12 años en el poder, donde prometió una “victoria por paliza”. Terminó el día en Caracas.
González Urrutia cerró su campaña con una concentración en Las Mercedes, un barrio en el sureste de Caracas. El diplomático estuvo acompañado, como es habitual, por María Corina Machado, originalmente candidata de la alianza opositora, pero vetada por el régimen por una inhabilitación administrativa.
“Nosotros no venimos a perseguir a nadie”, dijo González Urrutia en una rueda de prensa con corresponsales extranjeros, en la que aseveró que buscará un gobierno de unidad y negó una cruzada contra el chavismo.
“Estamos convencidos de nuestro triunfo (...) todas las mediciones de opinión que conocemos nos dan una cómoda y amplia victoria, y ni siquiera que hagan algunas triquiñuelas hasta el 27 de julio podrán alcanzar el gap, la brecha que hay entre nuestra candidatura y la candidatura oficialista. No es posible que nos quiten ese triunfo”, dijo.
Asimismo, expresó su confianza en que la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) -que desplegará a miles de militares para un operativo de seguridad y custodia en los centros de votación- “se mantendrá apegada” a la Constitución, que la define como una institución “sin militancia política” que está “al servicio exclusivo de la nación y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna”.
Por su parte, María Corina Machado aseguró que “nunca el régimen (de Nicolás Maduro) ha estado tan débil como está hoy”, puesto que “perdieron toda su base social”.
“Nosotros estamos aquí con los brazos abiertos y los corazones abiertos porque, en este proceso de transición, todos somos necesarios para echar este país (para) adelante, y porque el miedo se perdió, la amenaza de violencia, la amenaza de persecución ya no funciona”, dijo las líder de la oposición.
Según Machado, “todo el mundo sabe que el próximo presidente es Edmundo González”, en cuyo Gobierno “no va a haber persecución”.
Maduro intentó proyectar una imagen de fuerza. Acompañó sus mítines con una avalancha de propaganda en medios tradicionales como la TV, la radio y las redes sociales, en las que se presentó como un “gallo” de pelea y tildó de “débil” a González Urrutia
En un mensaje grabado desde el palacio presidencial de Miraflores, Maduro apeló ayer a un “voto de confianza” de los indecisos. “A quienes alguna vez nos adversaron apelo a su razón benevolente, a su sentido común y a su patriotismo”, pidió.
Advertencia de EEUU
Estados Unidos advirtió ayer jueves que “cualquier represión política y la violencia es inaceptable”. John Kirby, portavoz de Seguridad Nacional, dijo esperar que las votaciones “reflejen la voluntad y las aspiraciones del pueblo”.
Recientes declaraciones de Maduro sobre “un baño de sangre” en caso de triunfo opositor despertaron preocupación en América Latina.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, exigió ayer jueves elecciones “transparentes, competitivas y sujetas a observación internacional”.
“No se puede amenazar bajo ningún punto de vista con baños de sangre, sino que lo que reciben los mandatarios y los candidatos son baños de votos”, expresó Boric en línea con su par de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, que el lunes se declaró “asustado” por la afirmación de Maduro.
Sin nombrar a Lula, aliado del chavismo, Maduro respondió: “El que se asuste que se tome una manzanilla”.
La autoridad electoral brasileña suspendió el envío de veedores a Venezuela, tras críticas de Maduro al sistema electoral de ese país, a la vez que fue retirada una invitación al expresidente argentino Alberto Fernández para acompañar las elecciones después de haber apoyado la declaración de Lula.
Vecinos alertas
Los cancilleres de Brasil, Mauro Vieira, y de Colombia, Luis Gilberto Murillo, se reunieron ayer jueves en Brasilia y, entre otros temas, hablaron de las elecciones en Venezuela, después de que Maduro dijera que si el domingo pierde, habrá “un baño de sangre”.
“Entre los asuntos suramericanos, los ministros debatieron las elecciones en Venezuela”, señaló la Cancillería de Brasil en sus redes sociales.
Recientemente, el excanciller brasileño y actual asesor de Asuntos Internacionales, Celso Amorim, viajó a Washington para reunirse con el consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, con el que también abordó los comicios venezolanos, entre otros asuntos.
Amorim viajará a Venezuela para estar presente en las elecciones del domingo.
El día después
La coalición Plataforma Unitaria Democrática, si gana el domingo, invitará a Nicolás Maduro “a conversar” sobre la transición. “El domingo vamos a ganar y vamos a celebrar, y Nicolás, no te vayas a descansar tan rápido (...) queremos conversar, queremos que el lunes Venezuela vea al presidente electo Edmundo González Urrutia tendiendo los puentes que hay que tender para que Venezuela tenga paz por primera vez en 25 años”, dijo la exdiputada Delsa Solórzano.
Oposición adelanta “inversiones monumentales”
La Plataforma Unitaria Democrática (PUD) -la principal alianza opositora de Venezuela- aseguró ayer jueves que, de ganar su candidato presidencial, Edmundo González Urrutia, las elecciones del domingo, trabajará en la creación de confianza para que haya en el país “inversiones monumentales” en varios sectores, entre ellos el energético.
En conferencia de prensa, la líder opositora María Corina Machado, quién apoya la candidatura de González Urrutia, afirmó que Venezuela necesita “inversiones gigantes” para que “pueda aprovechar el potencial de convertirse en el hub (centro) energético de las Américas”. “Nosotros vamos a crear confianza en Venezuela para que vengan inversiones monumentales que necesitamos en el área energética, en el área de minería, en el área de infraestructura, en el área de telecomunicaciones”, señaló Machaco, inhabilitada para ser candidata.
A su juicio, “no hay otro país en el hemisferio que tenga el potencial de convertirse en el hub energético de las Américas como Venezuela”, lo que -aseguró- “no se ha hecho” porque, en la nación caribeña, “no hay Estado de derecho”. En cambio, agregó, “ninguno de los miembros de los partidos” que agrupa la PUD “se niega a la apertura y a la llegada de inversiones privadas”, con “Estado de derecho, respeto a la propiedad y a los contratos”.
División en la izquierda regional
El vaticinio de un “baño de sangre” de Nicolás Maduro si pierde las elecciones, pegó fuerte entre líderes de izquierda en la región. Maduro ha recibido advertencias de algunos de ellos, como del brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el colombiano Gustavo Petro y el chileno Gabriel Boric, y en tanto el cubano Miguel Díaz-Canel y el nicaragüense Daniel Ortega le han mostrado su pleno respaldo.
Maduro, por su parte, describió estas elecciones como entre la “guerra o paz”.
“El 28 de julio, si no quieren que Venezuela caiga en un baño de sangre, en una guerra civil fratricida producto de los fascistas, garanticemos el más grande éxito, la más grande victoria de la historia electoral de nuestro pueblo”, dijo Maduro en un acto electoral en Caracas.
“Me asustaron las declaraciones de Maduro de que si pierde las elecciones habrá un baño de sangre; quien pierde las elecciones toma un baño de votos, no de sangre”, reaccionó Lula da Silva, y añadió que “Maduro tiene que aprender: cuando ganas, te quedas; cuando pierdes, te vas”.
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, criticó la inhabilitación de María Corina Machado como candidata, una medida que calificó como un “golpe antidemocrático”.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, respaldó las declaraciones de Lula: “No se puede amenazar bajo ningún punto de vista con baños de sangre. Lo que reciben los mandatarios y los candidatos son baños de votos y esos baños de votos representan la soberanía popular, que debe ser respetada”, enfatizó.
Por su parte, el cubano Miguel Díaz-Canel expresó su apoyo a Maduro. “Sentimos... que esta es también una ocasión especial para expresarle el pleno apoyo y la solidaridad invariable de nuestro pueblo, Estado y Gobierno a la Revolución bolivariana y chavista, la unión cívico-militar de su pueblo y al liderazgo del presidente Nicolás Maduro”, proclamó. En esta misma línea, el dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, también apoyó a Maduro.
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