ESTADOS UNIDOS
La familia de Floyd decidió vestir de blanco para la ceremonia y entró a la iglesia con mascarillas y escoltada por el reverendo Al Sharpton, un activista por los derechos civiles.
Cientos de personas despidieron ayer martes a George Floyd, el hombre negro que murió a manos de un policía blanco el 25 de mayo durante un arresto. Los funerales se cerraron con una ceremonia religiosa en Houston, la localidad donde creció.
La iglesia de la Fountain Praise recibió el ataúd dorado para la última ceremonia pública de despedida de Floyd, cuya muerte a los 46 años desató las movilizaciones más importantes en Estados Unidos desde el asesinato de Martin Luther King en 1968.
La familia de Floyd decidió vestir de blanco para la ceremonia y entró a la iglesia con mascarillas y escoltada por el reverendo Al Sharpton, un activista por los derechos civiles.
Cientos de asistentes, entre ellos legisladores, deportistas y actores, acompañaron a la familia. El aforo fue limitado a 500 personas para permitir un mayor distanciamiento debido al coronavirus.
“Creo que lo que ha sucedido aquí (con la muerte de Floyd y las protestas que desencadenó) es uno de los grandes puntos de inflexión en la historia de Estados Unidos, de verdad, en términos de libertades civiles, derechos civiles y tratar a las personas con dignidad”, dijo durante el funeral en un mensaje grabado en video el candidato demócrata Joe Biden.
Biden, que el lunes se reunió con la familia de la víctima, aseguró que “ahora es el momento de lograr la justicia racial” en Estados Unidos.
Los restos de Floyd fueron trasladados en una carroza hasta el cementerio donde fueron enterrado junto a su madre
El lunes en Washington, una veintena de legisladores demócratas encabezados por la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, y el líder de la minoría del Senado, Chuck Schumer, se arrodillaron en silencio en el Congreso para homenajear a Floyd.
Además anunciaron una serie de medidas para reformar la policía. Un proyecto de ley presentado por los demócratas busca que sea más fácil procesar a policías acusados de abusos -prohibiendo algunas prácticas como colocar la rodilla en el cuello de un detenido-, replanteando también el proceso de reclutamiento y entrenamiento de los agentes.
Sin embargo, no está claro el apoyo de un proyecto de este tipo en el Senado -dominado por los republicanos- y tampoco cómo lo recibiría el presidente Donald Trump que debe sancionar la ley.
¿Montaje?
Trump abonó ayer la polémica en torno a la muerte de Floyd, al sugerir que un manifestante de 75 años herido por policías en Buffalo, estado de Nueva York podría ser parte de un montaje.
En un video grabado el jueves pasado se ve cómo dos policías empujan al manifestante, cuya cabeza golpea fuertemente contra el suelo. Las imágenes suscitaron otra ola de indignación en Estados Unidos.
Un primer comunicado oficial afirmaba que el septuagenario, que sangraba mucho y parecía haber perdido el conocimiento, había “tropezado y caído”. Ante el escándalo provocado por el caso, los dos policías implicados han sido suspendidos e inculpados por agresión por el fiscal local.
El manifestante, Martin Gugino, un militante conocido localmente ha sido hospitalizado.
“El manifestante de Buffalo empujado por la policía podría ser un provocador de Antifa”, tuiteó Trump en referencia al movimiento izquierdista al que acusa de haber fomentado la violencia en Estados Unidos desde la muerte de Floyd.
El mandatario republicano mencionó luego, de forma bastante confusa, un reportaje de One America News Network, un canal conservador, según el cual el manifestante había intentado interceptar las comunicaciones de la policía.
“¿Podría ser esto un montaje?”, se preguntó Trump al final de un tuit.
El gobernador demócrata del estado de Nueva York, Andrew Cuomo, dijo que Trump “debería pedir disculpas” por su mensaje “inaceptable”, “reprensible y estúpido”.
Suspenden retirada de estatua a Lee
Un juez de Virginia aplazó diez días la retirada del monumento al general surista Robert E. Lee, comandante de los ejércitos de la Confederación en la Guerra Civil estadounidense (1861-1865), ordenada por el gobernador Ralph Northam. Virginia es el estado con mayor número de monumentos que honran a la Confederación y sus comandantes militares en una guerra que mató a más de 620.000 soldados.