Debate científico sobre cómo llegar a la vacunación ideal contra el COVID-19

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Centenares comenzaron a vacunarse contra el coronavirus en el Bronx, el distrito más golpeado por el virus en Nueva York. Foto: Reuters
People line up outside Yankee stadium for vaccines amid the coronavirus disease (COVID-19) pandemic in the Bronx borough of New York City, New York, U.S., February 5, 2021. REUTERS/Carlo Allegri
CARLO ALLEGRI/REUTERS

LA LUCHA CONTRA EL VIRUS

La ciencia busca respuestas sobre cómo mejor enfrentar la pandemia a medida que avanza la campaña de inmunización contra el coronavirus en el mundo.

¿Cuál es la mejor manera de administrar una vacuna? ¿Una o dos dosis? ¿Con qué intervalo? La ciencia busca respuestas a medida que avanza la campaña de inmunización contra el COVID-19 en el mundo. En tanto, la vacuna de AstraZeneca y la Universidad de Oxford informó que es efectiva a las nuevas variantes del virus que se están presentando.

Todas las vacunas autorizadas hasta ahora se administran en dos dosis.

Las vacunas de Pfizer/BioNTech y de Moderna, ambas de tecnología ARN mensajero, fueron probadas en ensayos clínicos con un intervalo respectivo de 3 y 4 semanas.

Algunos países, como Dinamarca y Reino Unido, las espaciaron a 6 y 12 semanas, respectivamente. A la espera de que haya suficientes dosis para toda la población, las autoridades prefieren vacunar en esta primera etapa a 10 personas con media vacuna que a 5 con una entera.

Pero este razonamiento divide. La Agencia Estadounidense de Medicamentos (FDA) y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), las agencias de los medicamentos de Estados Unidos y Europa, desaconsejan prolongar los intervalos, al no haber sido probados durante los ensayos clínicos.

En el caso de la vacuna de AstraZeneca, de “vector viral”, la EMA autoriza un plazo de entre 4 y 12 semanas entre ambas dosis, puesto que es lo que se probó durante los ensayos clínicos. Los datos muestran que “la eficacia aumenta de forma muy significativa a partir de las 9 semanas”, subrayó esta semana Daniel Floret, alto responsable de la Alta Autoridad de Salud (HAS) francesa.

Un estudio publicado el martes por AstraZeneca y su socio, la Universidad de Oxford, muestra que la eficacia es máxima (82%) cuando se alcanzan las 12 semanas.

“No tenemos datos sobre las vacunas de ARN, pero es posible una mejor eficacia con el mismo plazo de 12 semanas”, asegura a la AFP el doctor Jean-Daniel Lelièvre, experto del HAS.

Dosis de la vacuna de AstraZeneca contra el COVID-19. Foto: Reuters
Dosis de la vacuna de AstraZeneca contra el COVID-19. Foto: Reuters

¿Un cóctel?

Mientras que la vacuna de AstraZeneca utiliza un solo virus -un adenovirus de chimpancé-, la rusa Sputnik V, también de vector viral, utiliza sendos adenovirus humanos para cada dosis.

La primera tiene una eficacia de 60%, según la EMA, y la segunda, de casi 92%.

Según los investigadores rusos que desarrollaron la Sputnik V, la diferencia de composición entre dosis podría explicar “una respuesta inmunitaria más potente”, escribieron esta semana en la revista médica The Lancet.

Por otro lado, ¿sería posible ir más lejos y administrar una vacuna distinta a la primera en la segunda dosis? La Universidad de Oxford anunció el jueves el lanzamiento de un estudio al respecto, con 820 voluntarios mayores de 50 años. Un grupo recibirá una primera dosis con la vacuna de Pfizer/BioNTech y una segunda, con la de AstraZeneca. Se invertirá el orden para otro grupo.

Se compararán los resultados con los ensayos con voluntarios que recibieron dos dosis de la misma vacuna. Y se evaluará también el espaciamiento entre dosis, de 4 y 12 semanas.

“Si demostramos que estas vacunas pueden intercambiarse, esto aumentará considerablemente la flexibilidad de su distribución”, subraya en un comunicado uno de los responsables del ensayo, el profesor Matthew Snape.

“Se han dado casos de vacunas que funcionan mejor si se utiliza una distinta para la segunda dosis”, explica en su blog el especialista inglés Peter English, que cita “la hepatitis B para personas que no responden bien a la vacunación estándar” y algunas vacunas en desarrollo contra la tuberculosis.

¿Una dosis única?

Dos estudios estadounidenses publicados esta semana y todavía no evaluados por otros científicos sugieren que para las personas que ya se inmunizaron naturalmente contra el COVID-19, una sola dosis podría bastar.

“Entre los individuos con una inmunidad preexistente, la respuesta de los anticuerpos a la primera dosis es equivalente e incluso superior a la que se detecta después de la segunda dosis” entre quienes no se contagiaron con anterioridad, escribe uno de los dos equipos basado en la Escuela de Medicina Icahn de Nueva York.

Dosis de la vacuna contra el COVID-19. Foto: AFP
Dosis de la vacuna contra el COVID-19. Foto: AFP

Finalmente, la vacuna en desarrollo de Johnson y Johnson podría facilitar las cosas de ser aprobada, puesto que solo requiere una inyección.

También los investigadores rusos que desarrollaron la Sputnik V indicaron en The Lancet estar “examinando un régimen de administración de una sola dosis”.

Variante del COVID-19.

La vacuna de AstraZeneca tiene una “eficacia similar” contra la variante altamente contagiosa aparecida en Inglaterra y presente en decenas de países, afirmaron ayer viernes investigadores responsables del proyecto.

Análisis de ensayos clínicos realizados entre el 1 de octubre y el 14 de enero en el Reino Unido mostraron “una protección contra las infecciones sintomáticas similar, pese a una menor cantidad de anticuerpos”, afirmó la universidad británica de Oxford en un comunicado.

“La vacuna no sólo protege contra el virus original de la pandemia, sino que también protege contra la nueva variante B117 que causó el resurgimiento de la enfermedad a partir de finales de 2020 en el Reino Unido”, explicó el profesor Andrew Pollard, jefe de los ensayos clínicos de Oxford.

La universidad no proporcionó sin embargo datos relativos a las variantes brasileña y sudafricana, que son motivo de preocupación por su posible resistencia a la inmunización.

El Reino Unido administra las vacunas AstraZeneca/Oxford y Pfizer/BioNTech, de las que han recibido una primera dosis casi 11 millones de los 66 millones de habitantes.

La de AstraZeneca fue aprobada para su uso por otros países y por la Unión Europea. Sin embargo, algunos países han preferido recomendarla sólo para los menores de 65 años, debido a los pocos datos relativos a las personas mayores en los ensayos clínicos.

Los casos en EE.UU. caen 61% en un mes
Paciente con coronavirus en Nueva York. Foto: Reuters.

El planeta debe aunar esfuerzos para lograr un desarrollo “masivo” de las vacunas contra el coronavirus, pidió ayer viernes el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, mientras que Estados Unidos anunciaba un descenso del 61% de los nuevos contagios en el último mes. Esa tendencia de descenso de casos sigue la pauta mundial, pero el impacto de las nuevas variantes del virus es muy desigual en función de las regiones y entre los países.

La situación sanitaria está “lejos de estar bajo control” en Alemania, precisamente a causa de esas variantes, advirtió el director del instituto Robert Koch, Lothar Wieler.

En Europa, además, la situación es tensa por el lento goteo de las dosis de vacunas.

En el mundo se han inyectado unas 120 millones de dosis en unos 82 países, la mayoría entre países de ingresos elevados o medios.

La pandemia ha causado al menos 2,28 millones de muertes y más de 104 millones de contagios.

Para no perder el terreno ganado en las últimas semanas, tiene que producirse “un desarrollo masivo de las capacidades de producción” de vacunas, declaró Tedros.

Los jefes de gobierno de Austria, República Checa, Dinamarca y Grecia expresaron su preocupación ante la fabricación de la vacuna del laboratorio Johnson&Johnson en Estados Unidos.

Esta vacuna es muy esperada porque tiene dos ventajas importantes con respecto a las ya homologadas: se puede almacenar en un refrigerador y solo exige una dosis. La vacuna de Johnson&Johnson está pendiente de recibir luz verde de la Agencia Estadounidense de Medicamentos (FDA). De lograrlo, sería la tercera autorizada en ese país, después de las de Pfizer/BioNTech y Moderna. Precisamente en Estados Unidos los últimos datos oficiales del 3 de febrero mostraban que las nuevas infecciones se redujeron a 121.000, mientras que las hospitalizaciones bajaron casi un 42% y el ritmo de las muertes parece estar disminuyendo.

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