Declaraciones ambiguas, abstención en la OEA, conversaciones con Biden: el equilibrismo de Lula con Venezuela

Según medios brasileños, el presidente está buscando matizar sus declaraciones sobre las elecciones en las que se proclamó ganador a Nicolás Maduro al decir que fue un proceso "normal y pacífico".

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Nicolás Maduro y Luiz Inácio Lula da Silva durante la Cumbre de la Celac. 2024.
Nicolás Maduro y Luiz Inácio Lula da Silva durante la Cumbre de la Celac. 2024.
Foto: AFP

Con información de AFP y O Globo/GDA
Sin reconocer la reelección de su aliado Nicolás Maduro, pero tampoco apoyar las denuncias de fraude de la oposición, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, intenta un difícil equilibrismo frente a la crisis en Venezuela.

Maduro, en el poder desde 2013, fue proclamado vencedor de la elección presidencial del domingo para un tercer mandato consecutivo. El Consejo Nacional Electoral (CNE), de línea chavista, no ha publicado el detalle del escrutinio, como reclama la oposición y la comunidad internacional, Brasil incluido.

"Es normal que haya una disputa. ¿Cómo se resuelve? Presenten las actas. Si el acta genera dudas (...) la oposición entra con un recurso y espera al proceso en la Justicia", dijo Lula el martes en una entrevista televisiva.

Mientras las protestas desatadas en el país vecino ya han dejado una docena de muertos, Lula minimizó la gravedad de la crisis: "Habrá una decisión, que tenemos que acatar. Estoy convencido de que es un proceso normal, pacífico".

No obstante, según interlocutores los más cercanos a Lula, el presidente pronto intentará “corregir” esas declaraciones, según consignó este jueves periodista Laura Jardim de O Globo. Uno de estos interlocutores explica explicó: "Reconoció que cometió un error en su discurso y dejará más clara su postura. Ya lo hizo una vez en declaraciones que hizo sobre la guerra en Gaza”.

En el caso de Gaza, Lula ya intentó bajar el tono de ciertas declaraciones en relación a Israel, pero poco después repitió “los golpes que provocaron ruido innecesario”, escribe Jardim.

Sus palabras "pueden ser un intento de mostrar un equilibrio, pero en la práctica termina siendo más pro Maduro que otra cosa", dijo a la AFP Oliver Stuenkel, profesor de Relaciones Internacionales de la Fundación Getulio Vargas, quien ve la postura de Brasil como "ambigua, pasiva".

Luiz Inácio Lula da Silva
Luiz Inácio Lula Da Silva
Foto: AFP

"Brasil está en una situación difícil", porque "es el mayor actor de Sudamérica, pero su capacidad de moldear lo que pasa en Venezuela es muy limitada", añadió Stuenkel.

Brasilia envió a Caracas para seguir las elecciones al asesor presidencial para asuntos internacionales, el excanciller Celso Amorim, que se reunió con Maduro y con el candidato opositor, Edmundo González Urrutia.

Maduro aislado, Brasil cauteloso

Roberto Goulart Menezes, coordinador del Núcleo de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Brasilia, subraya por su parte la cautela que ha adoptado el gobierno.

"No creo que haya un reconocimiento directo del gobierno de Maduro en los próximos días. Si eso ocurre, Brasil puede aislarse diplomáticamente", dijo a la AFP.

Y esto, según el experto, podría comprometer el apoyo internacional que se ha granjeado Brasil rumbo a la cumbre de líderes del G20 en Rio de Janeiro en noviembre.

"¿Cómo Lula va a hablar de democracia ante el G20 (...) si apoya en las condiciones actuales la elección de Maduro?", apuntó Goulart Menezes.

"Lo que está diciendo es que hay que agotar todos los recursos, algo que lleva tiempo. Entonces que también va a llevar tiempo para que Brasil adopte una posición", agregó.

El martes, Lula habló por teléfono con su par estadounidense, Joe Biden, y ambos pidieron "que las autoridades electorales venezolanas divulguen de forma inmediata información electoral completa, transparente y detallada de cada centro de votación", según informó la Casa Blanca.

Pero el miércoles, Brasil fue uno de los países que impidió que el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) adoptase una resolución para exigir transparencia al gobierno de Venezuela, al abstenerse junto a otros 10 miembros.

 

Lula recibe en Brasilia a Nicolás Maduro
Lula recibe en Brasilia a Nicolás Maduro.
Foto: AFP

"Injerencia externa"

Brasil recompuso las relaciones con Venezuela después de que Lula volviera al poder en 2023, tras años de ruptura bajo el gobierno de Jair Bolsonaro.

El año pasado, Brasilia participó activamente de los esfuerzos internacionales para permitir la organización de los comicios del domingo. Pero esta cercanía no impidió que en los últimos meses Lula endureciera el tono.

Antes de las elecciones, el brasileño dijo haberse asustado con las palabras de Maduro sobre un "baño de sangre" en las calles si no ganaba.

Venezuela también suele ser un asunto candente en la política interna brasileña. Mientras la derecha arremete contra el "dictador" Maduro y la proximidad que Brasilia mantiene con Caracas, los sectores cercanos a Lula se mostraron divididos.

La ministra brasileña de Medio Ambiente, Marina Silva, una voz respetada dentro del gobierno, cuestionó el miércoles el carácter democrático del gobierno venezolano.

"En mi opinión personal, y no estoy hablando en nombre del gobierno, no se configura como una democracia", dijo Silva al sitio de noticias Metrópoles.

Una democracia "presupone que las elecciones son libres, que los sistemas son transparentes, que no haya ninguna forma de persecución política", añadió la ministra.

El Partido de los Trabajadores (PT) de Lula, por su parte, no dudó en reconocer a Maduro como el presidente "reelecto". Al tiempo que llamó al gobierno a continuar "el diálogo con la oposición", insistió en que los países latinoamericanos deben tratar sus problemas "sin ningún tipo de violencia e injerencia externa".

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