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Máximo Thomsen lloró y declaró por caso Báez Sosa: “Quiero pedir disculpas, es algo que nunca hubiese buscado”

El joven rompió en llanto y dijo que tiró piñas y patadas sin saber a quién ni a donde, "pero nunca con intención de matar".

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Máximo Thomsen
Foto: archivo

Luego de la declaración de dos de los jóvenes sobreseídos y de que hablara su madre en el juicio oral, Máximo Thomsen, el joven que es el principal acusado en el crimen del argentino Fernando Báez Sosa, tomó la palabra y lloró al declarar: "Quiero pedir disculpas, es algo que nunca hubiese buscado". Esta fue la jornada número 11 del juicio oral, que se espera tenga un veredicto el próximo 31 de enero.

Además, contó lo que sucedió el día del crimen. “Aprovechamos la playa desde temprano. Pude comprar las entradas para Le Brique con las diez entradas. Llegué, seguíamos tomando, comimos y nos pusimos a preparar para ir a la previa. Llevamos una botella y hielo, había mucha gente de Zárate. Como a las 3.30 y fuimos para poder entrar en el boliche. Yo fui el primero que entré con uno de los chicos y fuimos a la barra a cambiar la consumición”, relató.

Luego explicó que en el boliche “había mucha gente” y que se dificultaba caminar en el lugar con las bebidas en las manos. “En ningún momento saqué el celular porque no lo quería perder. Había tanto movimiento que se volcaba el vaso”, explicó.

En un momento digo ´Basta de empujar´ y alguien me responde ´estamos todos en la misma´. Cuando termino de escuchar eso, alguien me empuja. Era un amigo que tenía un chichón. Uno lo agarró del cuello, era de seguridad, y le pedí que lo soltara. Entonces [el de seguridad] dice ´sacalo a él también´”, contó Thomsen.

“En el revoleo, tiro las manos hacia arriba para sacármelo de encima porque me estaba asfixiando”, relató y aseguró que escuchó decir: “Llévenlo a la cocina que lo cagamos a palos”.

“Un amigo me dijo que me quedara quieto porque estaba bordó. Me quedé insultando al boliche porque me sacaron. En la calle voy con los chicos. Uno de los chicos estaba sentado del otro lado y voy para ese lado. Miro para la derecha y veo que uno de mis amigos se estaba por meter en una ronda de gente desconocida, salgo detrás de él. Me pegan una piña en la cara. Reacciono tirando patadas. No sé a quién, no sé a donde. Pero nunca con intención de matar a nadie. Lo único, me metí a pelear porque era una persona contra muchos. Vi una ronda con mucha gente”, dijo sobre el momento de las agresiones.

Luego, continuó: “Siento que alguien me pone la mano en el pecho, es un amigo y me dice basta. Me di vuelta y me fui, me sigo yendo. Uno de los chicos dice que terminó mal. Yo digo: ´¿Cómo? si fueron segundos´”, aseguró Thomsen.

Con respecto a lo que el grupo hizo después de la agresión a Fernando, dijo: “Mi idea principal siempre es comer después del boliche. Después del boliche me fui a dormir porque para mí fue una pelea, un abrir y cerrar de ojos. Me levantan diciendo que estaba la policía afuera”.

“Salí tercero y se escucha ´son ellos, tírense al piso´. Nos preguntaron si salimos, si nos habíamos peleado. ´Sí´, dijimos. A nosotros, en un principio, a las 15, nos dicen: ´¿saben por qué están acá?´ ustedes mataron a un pibe´. Empecé a vomitar. No lo podía procesar, mi cabeza no lo entendía”, dijo sobre lo que ocurrió luego de la detención.

“¿Dentro del local te pegaron, alguien que no sean los patovicas?”, le preguntó el fiscal Gustavo García. “No”, contestó.

Tras ello, le pasan el video en el que se lo ve cuando lo sacan de la pista de Le Brique. “Voy a responder siempre y cuando se pregunte sobre mí. Si es sobre otro [acusado] voy a decir que no. Estaba caminando con alguien [cuando su amigo al que nombra se pelea]”, explica.

Luego, volvió a explicar qué ocurrió cuando lo sacaron del boliche. “Mire al costado y vi un grupo grande de chicos como que se iban a enfrentar. Miré de costado. Cuando llego a la ronda de chicos siento un golpe en la cara”, dijo.

Ante la pregunta de quién es el que se ve golpeando en un video, dijo: “No voy a responder sobre otra persona. Yo no soy. Veo una pelea”

“¿Recordás a la persona caída?”, le preguntó el fiscal García. “Hoy en día, por todo lo que deduje, es la víctima”, contestó.

“¿Qué hizo usted?”, le preguntó García. “Cuando entré en la ronda recibí el golpe, pegué una patada o dos, no sé a quién ni cómo”, dijo Thomsen.

“¿Le pegó patadas a esa persona que está en el suelo?”, fue la repregunta. “No sé. No recuerdo. Me acuerdo que entré [en la ronda] pegando. Entré en shock por todo lo que había pasado”, se justificó Thomsen, mientras se continuaba proyectando el video del ataque a Fernando.

“Se ve un movimiento de patear, pero no hay nadie delante suyo ¿esa persona estaba acostada?”, le preguntó entonces el fiscal Juan Manuel Dávila.

“Quizá, arrodillada”, contestó Thomsen.

“Mire, ¿una sola patada?”, insistió el fiscal.

“Quizá una, quizá dos, pero no recuerdo. No tengo muchos recuerdos de ese momento”, contestó.

Sobre cómo terminó el ataque a Fernando, dijo: “Yo me estaba yendo porque vi que nadie me iba a agredir y me fui”.

Su madre había declarado antes y él rompió en llanto

Minutos antes, su madre había contado que él es su hijo mejor. "Me separé cuando él tenía 6 años, siempre fue mi compañero. Me enteré lo que pasó y me encontré con él detenido. Me quedé sin trabajo, sin obra social”, contó, mientras su hijo seguía llorando.

También declaró este lunes María Paula Cinalli, madre de Blas Cinalli y tía de Luciano y Ciro Pertossi, además de un amigo de Cinalli. Debido a la relación con los imputados, se puede abstener de declarar algo que pueda perjudicarlos.

“Estaba terminando quinto año. Estaba atrasado porque había repetido un par de veces. Jugaba al rugby. Estudiante, deportista y amiguero. Me vino con la propuesta de irse a Gesell. Fue la primera vez que no fui con él”, relató María Paula Cinalli sobre su hijo Blas.

“Es una desgracia muy grande. No quiero pensar qué han pasado los padres del chico [por Fernando]. Pero nosotros también lo sentimos y los sufrimos”, dijo la mujer sobre el crimen. En ese momento, los padres de Fernando se fueron de la sala de audiencia.

“Nos sigue afectando. Todo lo que se ha creado alrededor, seguimos sufriendo ataques”, apuntó.

Durante la declaración de María Paula Cinalli, Máximo Thomsen rompió en llanto. Luego, le tocó el turno de testificar a su propia madre, Rosalía Zárate.

LA NACIÓN (GDA)

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