BA GROUP
Los investigadores pudieron determinar que la organización utilizaba a sus adeptas para el ofrecimiento de relaciones sexuales a personas "de poder".
La Policía de Argentina desbarató una organización criminal con ramificaciones en Estados Unidos y en Uruguay y que operaba como una secta, varios de cuyos integrantes fueron detenidos y se negaron a prestar declaración judicial, confirmaron este martes a Efe fuentes policiales.
Tras un año de investigación y en el marco de una operación denominada "Secta sociedad anónima", agentes federales del Departamento de Trata de Personas de la Policía de Argentina detuvieron a 19 personas, sospechadas de cometer varios delitos.
La organización se llama BA Group y, como parte de su estructura, tenía unos 170 "alumnos" en Argentina y otros tantos en Estados Unidos que aportaban al grupo una cuota mensual en divisas extranjeras denominada "Ceremonial".
Además, la organización contaba con otros 1.500 "alumnos captados", a los que les cobraban por capacitaciones "evolutivas", clases de lectura y distintas jornadas dirigidas a organismos estatales, consejos profesionales, organizaciones sin fines de lucro y público en general.
Pero, según informaron fuentes policiales, bajo el discurso de una filosofía que pregonaba "buscar el desarrollo de la felicidad", el grupo captaba personas para incorporarlas a la organización, reducirlas a la servidumbre y, en algunos casos, ofrecerles supuestos tratamientos médicos con el objetivo de obtener dinero, influencia y protección para sus líderes.
Múltiples allanamientos
Los investigadores pudieron determinar que la organización utilizaba a sus adeptas para el ofrecimiento de relaciones sexuales a personas "de poder".
También ofrecía "curas de sueño" a personas captadas en el extranjero en una clínica denominada CMI Abasto, en el barrio capitalino de Villa Crespo.
Según las fuentes policiales, también se estableció que varios de los integrantes de la organización viajaban constantemente hacia Uruguay y Estados Unidos.
El caso judicial está a cargo del juez federal Ariel Lijo, quien ordenó medio centenar de allanamientos en Buenos Aires y su periferia, donde se incautaron vídeos pornográficos, dinero, ordenadores y móviles, historias clínicas y otros documentos.
Voluntad anulada
En los apartamentos allanados también se encontraron "cuartos para intercambio sexual", con gran cantidad de bebidas alcohólicas y elementos que serían utilizados para prácticas sexuales sadomasoquistas.
Los detenidos, que se negaron a declarar, están acusados de los delitos de trata de personas con fines de reducción a la servidumbre, agravado por coerción, hurto agravado, lavado de activos, asociación ilícita, ejercicio ilegal de la medicina, expendio Irregular de medicamentos y tráfico de influencias.
En los operativos que permitieron desbaratar la organización participaron el Bureau de Seguridad Diplomática de la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires, del programa de Rescate a Personas Damnificadas por el Delito de Trata (PNR), del Ministerio de Justicia de Argentina, de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas.
La coordinadora del PNR, Zaida Gatti, dijo en un comunicado que, entre las personas encontradas en los sitios allanados, algunas estaban desde "hace décadas rindiéndole culto al líder de la congregación, tiempo en que fue anulada su voluntad y su autonomía".
Gatti señaló que, a pesar de que las víctimas contaban con libertad ambulatoria, la organización lograba tener que estas personas tuvieran una "dependencia absoluta" del grupo.
Según informaron fuentes oficiales, muchas de las personas captadas por la secta fueron separadas de sus familias y algunas mujeres tuvieron hijos producto de violaciones.