EFE/AFP
El sismo en Marruecos y las inundaciones en Libia dejan casi 10.000 muertos y decenas de miles de personas que dependen de ayuda inmediata, además de verse desplazadas por los fenómenos.
Así, el esfuerzo internacional para ayudar a Libia, que cuenta aún con cerca de 10.000 desaparecidos, se aceleró ayer jueves. Aviones y barcos militares de países de Medio Oriente y Europa comenzaron a llevar ayuda de emergencia al país norteafricano ya marcado por la guerra.
Además de los muertos y desaparecidos, decenas de miles de personas fueron desplazadas en este país por las inundaciones repentinas del domingo, a raíz de la tormenta Daniel, que afectaron en particular a la ciudad costera mediterránea de Derna.
Los testigos compararon las inundaciones con un tsunami. Dos represas del río Wadi Derna se rompieron y provocaron riadas de aguas y lodo que arrasaron edificios, vehículos y a las personas que se encontraban dentro de ellos. Muchas personas fueron arrastrados al mar. El martes empezaron a aflorar cadáveres en el Mediterráneo, cuya agua se volvió marrón como el barro.
La ONU prometió 10 millones de dólares para apoyar a los sobrevivientes en Libia, incluidas al menos 30.000 personas que, según dijo, se habían quedado sin hogar en Derna. Esto es casi un tercio de la población de esta ciudad del este de Libia antes del desastre.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) de la ONU, la mayoría de las víctimas “podrían haberse evitado” si los sistemas de alerta temprana y gestión de emergencias hubieran funcionado correctamente.
En concreto, las inundaciones dejaron al menos 6.872 muertos y más de 10.000 desparecidos en Libia.
En Marruecos, a casi una semana del terremoto más potente que sufrió este país, los equipos de rescate marroquíes e internacionales seguían ayer jueves buscando posibles cuerpos entre los escombros de las casas derruidas, para cuya reconstrucción Marruecos dará ayudas directas a los afectados.
En los valles de las montañas del sur de Marrakech que se encuentran a ambos lados del epicentro, la mayoría de sus aldeanos, cuyas casas están completa o parcialmente destruidas, viven en tiendas de campaña dispuestas por las autoridades marroquíes y en algunas hechas con sus propias manos.
Su urgencia ahora se traduce en volver a tener un hogar, algo para lo que Marruecos aprobó ayer ayudas directas de entre 80.000 dirhams (7.797 dólares) y 140.000 dirhams (13.643 dólares) para rehabilitar 50.000 viviendas dañadas total o parcialmente por el seísmo.
Lo hizo dentro de un plan aprobado por el rey Mohamed VI en una reunión de trabajo mantenida este jueves, en la que anunció que el plan se financiará con fondos públicos y privados y está abierto a la aportación de “países hermanos o amigos”.
Dentro de ese plan, se dará especial prioridad a los huérfanos del desastre.
Según el último balance, las víctimas mortales del terremoto ascienden a 2.946 y los heridos son ya 5.674.
Ayer, a las 6.53 hora local, un temblor de magnitud 4,6 - la primera réplica que supera los 4,5 desde el terremoto del viernes- sacudió la zona del Atlas y se sintió en la ciudad del Marrakech, sin que se reportaran víctimas.