The New York Times, El País de Madrid, AFP
Mark Zuckerberg, CEO de Meta, se tomó en serio la pelea de gallos más mediática del momento: la que lo enfrentará en el ring con el CEO de Twitter, Elon Musk. Ayer, el magnate y fundador de Facebook publicó en redes sociales una imagen luciendo su físico atlético junto con dos campeones de la Ultimate Fighting Championship (UFC), alimentando así la expectativa por el encuentro que aún no tiene fecha.
Los multimillonarios negocian por el momento subirse a un ring para resolver sus diferencias por Threads. Se trata de la nueva red social competidora de Twitter que Meta lanzó la semana pasada y que enervó a Musk, quien maneja el timón de la cada vez más decadente y disfuncional red social Twitter, que le costó 44.000 millones de dólares en noviembre del año pasado.
Así, en esta batalla de egos, ambos referentes de la tecnología caminan entre la expectativa y el ridículo de cara a una pelea en que el presidente de Meta parece sacar ventaja.
Incluso antes de la puesta en línea de Threads el pasado miércoles -que alcanzó los 100 millones de usuarios, y que funciona como una suerte de excusa para la pelea- la tensión ya había escalado alto entre los dos empresarios cuando Musk desafió a finales de junio a Zuckerberg a un combate de artes marciales mixtas. De carácter reservado y con apariencia fría, el CEO de Meta, para sorpresa de todos, aceptó.
La trastienda de la insólita pelea fue así: Dana White, presidente de UFC, recibió un mensaje de texto de Zuckerberg el 22 de junio, al día siguiente del desafío público de Musk. El CEO de Meta le preguntaba a White, director de la competencia de artes marciales mixtas más importante del mundo -que se pelea en octágonos con forma de jaula- si Musk hablaba en serio sobre la pelea.
White llamó a Musk, quien también dirige Tesla y SpaceX, y confirmó que estaba dispuesto a combatir. White se lo transmitió a Zuckerberg que, en respuesta, publicó en Instagram: “Envíame ubicación”, una referencia al eslogan de Khabib Nurmagomedov, uno de los atletas más premiados de la UFC.
Desde entonces, dijo White, habló prácticamente todas las noches con los multimillonarios de la tecnología por separado para organizar el enfrentamiento. Afirmó incluso que el 27 de junio estuvo en una conversación telefónica “hasta las 12:45 am con esos dos”. Y añadió: “ambos quieren hacerlo”.
Musk ya propuso un lugar: el Octagon de Las Vegas, enclave asociado a este tipo de eventos. E incluso sugirió como árbitro idóneo a su amigo Joe Rogan, un polémico podcaster y, al parecer, experto en la materia. Antes, el magnate había sugerido pelear en el coliseo romano.
White señaló que la pelea sería de exhibición y quedaría fuera de los acuerdos de derechos y la jurisdicción oficial de UFC, aunque él ayudaría a producir el evento.
El presidente de la UFC y una persona familiarizada con las conversaciones indicaron que los líderes tecnológicos acordaron que debería incluirse un componente de filantropía, y aún se están arreglando los detalles.
Este renovado concepto a lo Celebrity Deathmatch (programa de MTV que enfrentaba cómica y exageradamente a famosos en versión plastilina sobre un ring) no es tan raro: las artes marciales y el boxeo llevan tiempo siendo actividades a las que recurren streamers y youtubers para aumentar sus visitas.
De hecho, el pasado fin de semana, el streamer español Ibai Llanos volvió a romper el récord de visualizaciones en Twitch con La Velada del Año 3, híbrido de combates entre famosos y festival de música que reunió a 3,4 millones de espectadores, cifra de ensueño para la televisión.
Elon Musk podrá ser el responsable de catapultar a Twitter al olvido. Aún así, y aunque pese, el magnate también hace posible, por ejemplo, misiones espaciales con fines científicos. Y aunque su presencia irrite, su ego se hará de algún otro capricho para seguir siendo relevante.
Más leña al fuego
El intercambio no quedó en la cita al combate. Los magnates siguen sacándose chispas públicamente, alimentando su rivalidad. El viernes, por ejemplo, Elon Musk amenazó a Meta con una demanda por violación de propiedad intelectual, potencialmente viable según él, por la contratación de exempleados de Twitter que habrían traspasado datos sobre la red, algo que refuta el grupo de Menlo Park (sede de Meta en California).
Por si fuera poco, Musk publicó en Twitter un insulto no tan sutil: “Zuck is a cuck” (“Zuck es un cornudo”). Además del juego de palabras en inglés, “cuck” es la abreviación de “cuckold”, término que fue adoptado por la extrema derecha estadounidense para designar a alguien -de forma muy peyorativa- como cómplice del sistema.
Sin respuesta de parte de Zuckerberg, Musk propuso en un mensaje de iconos “una competencia de medida de penes”. Zuckerberg, esta vez fiel a su impronta, ignoró la provocación esta vez.
Ahora, si el enfrentamiento entre Musk, de 52 años, y Zuckerberg, de 39, sigue adelante, sería un espectáculo fuera de lo común, incluso en el universo lleno de fanfarronería de la industria tecnológica.
Aunque Steve Jobs y Bill Gates solían atacarse, lo más cercano a disputas deportivas reales que el mundo de la tecnología había tenido antes de esto fue entre multimillonarios aficionados a los yates como Larry Ellison de Oracle y Hasso Plattner de SAP.
Zuckerberg está especialmente familiarizado con el mundo de la UFC. Durante los últimos 18 meses, se embarcó en un viaje personal para ganar masa muscular y profundizó en el jiu-jitsu brasileño, un arte marcial de agarre en el que los competidores intentan someter a su oponente y que se usa en las peleas de UFC.
Musk, por otro lado, tuiteó que “casi nunca” hace ejercicio y una vez sufrió una lesión en la espalda que requirió cirugía después de participar en una exhibición con un luchador de sumo. El mes pasado dijo que se había entrenado en “judo y Kyokushin”, dos artes marciales japonesas, y en “peleas callejeras sin reglas”.
Al menos una persona no parece ser fan de que se lleve a cabo la pelea: Maye Musk, la madre de Elon. “¡No fomenten esta pelea!”, tuiteó hace poco, junto con dos emojis frunciendo el ceño.
Crecimiento de Threads supera el de ChatGPT
Threads arrasa en su primera semana de vida convirtiéndose en la plataforma de más rápido crecimiento en la historia al superar los 100 millones de usuarios, dejando claro que es una verdadera amenaza para Twitter.
El miércoles pasado, tras las primeras dos horas de su lanzamiento, Threads sumó 2 millones de usuarios, a las cuatro horas alcanzó los 5 millones, a las siete horas dobló esa cifra y a los cinco días ya tenía 100 millones de inscritios, sobrepasando así el récord de ChatGPT, pues el chatbot de OpenAI necesitó dos meses para alcanzar esa marca. Al final del martes, la página Quiverquant.com daba a Threads 107 millones de usuarios.