RUSIA
La oposición política convoca hoy manifestaciones en 65 ciudades; el gobierno de Vladimir Putin advierte que son ilegales.
Las autoridades de Rusia detuvieron ayer viernes a varios partidarios del opositor encarcelado Alexéi Navalni, en vísperas de una gran jornada de manifestaciones a favor del activista que la policía moscovita amenazó con “reprimir” al considerarlas ilegales.
El equipo de Navalni, detenido al menos hasta el 15 de febrero y blanco de varias causas judiciales, pidió que se organicen manifestaciones hoy sábado en 65 ciudades rusas para exigir la puesta en libertad del activista.
Para las autoridades rusas, estas protestas son “ilegales”. Y la policía moscovita prometió “reprimir sin dilación” cualquier manifestación no autorizada, ya que la considerará una “amenaza al orden público”.
Los dispositivos antidisturbios rusos suelen reprimir las manifestaciones opositoras. En el pasado, quienes participaron en ellas, también fueron condenados a penas de cárcel o a severas multas.
La policía, que ya detuvo a varios colaboradores de Navalni el jueves, arrestó ayer viernes a la coordinadora de la oficina del opositor en el Extremo Oriente del país, Ekaterina Vedernikova, y a una colaboradora de su organización en Novosibirsk, en Siberia, Elena Noskovets.
Estos arrestos fueron comunicados por el equipo de Navalni y por la oenegé OVD-Info.
Reacción política.
Detenida el jueves, una figura creciente de la oposición, Liubov Sobol, fue condenada el viernes a 250.000 rublos (2.750 euros, 3.330 dólares) de multa por haber llamado a manifestarse.
Por su parte, Georgui Alburov, que participa en las investigaciones anticorrupción de Navalni, recibió como castigo 10 días de prisión.
La portavoz del opositor, Kira Yarmish, fue condenada a nueve días de detención tras un juicio que duró menos de cinco minutos el viernes, según su abogada Veronika Poliakova.
Otros colaboradores de Navalni fueron detenidos en diferentes partes del país. Uno de los abogados de su organización, Vladlen Los, de nacionalidad bielorrusa, recibió la orden de salir del país.
La esposa de Navalni, Yulia, escribió en Instagram su intención de manifestarse en Moscú hoy por el que “nunca abandona”, recordando el presunto envenenamiento del que fue víctima su marido en agosto y que imputa al Kremlin.
El gobierno, la fiscalía general y el ministerio de Interior rusos advirtieron de las consecuencias de participar en las protestas y otras instancias gubernamentales han amenazado con multas a las redes sociales si no suprimían los llamados a manifestar. Además, el ministerio de Educación pidió a los padres que indaguen sobre “los planes de sus hijos y les impidan” participar en las protestas.
Tras ser arrestado el domingo, Navalni respondió el martes publicando una investigación sobre una fastuosa propiedad de la que se beneficiaría Putin a orillas del mar Negro y que habría costado más de 1.200 millones de dólares. La investigación, acompañada de un video de dos horas, había sido vista hasta ayer en YouTube por unos 53 millones de personas.