Redacción El País
El príncipe Federico, de 55 años, se convertirá mañana en rey de Dinamarca tras la abdicación de su madre Margarita, un acontecimiento que se espera reúna a multitudes en las calles de Copenhague.
El futuro monarca es extremadamente popular en todo el país y el 82% de la población cree que desempeñará bien su función. “¡La gente realmente lo ama!”, explica a la AFP la corresponsal real de la televisión pública DR, Cecilie Nielsen.
“Le gustan los deportes, es simpático y los daneses no le dan mucha importancia a lo que se puede escribir sobre él en los medios extranjeros”, resume, refiriéndose a los rumores de infidelidad del príncipe con una celebridad mexicana, difundidos por la prensa española y británica.
El anuncio de la abdicación de Margarita II en su discurso de fin de año sorprendió al país, porque la reina, de 83 años, había dicho que permanecería en el trono hasta su muerte.
Para el historiador Bo Lidegaard, la abdicación es una prueba de modernidad. “Sabe que está físicamente débil. Su hijo está preparado y en mejor posición que ella para hacerse cargo”, juzga.
El acontecimiento no tiene prácticamente precedentes. “Sólo hubo una abdicación en Dinamarca, hace 900 años”, detalla Nielsen.
Los daneses aceptaron rápidamente la decisión de la soberana.