Los dos terremotos que sacudieron Turquía y Siria este lunes, dejando más de 6.000 muertos y 20.000 heridos, podrían deberse a un “inusual” fenómeno sísmico conocido como “doblete” que provoca división entre los expertos.
Los especialistas no coinciden en la definición del mismo y tampoco en considerar que el primer temblor -de una magnitud de 7,8 grados y cerca de la ciudad de Gaziantep- y el segundo -de 7,5 grados y ya en el norte de Siria- guardan una relación en forma de lo que se conoce como “doblete”.
La profesora Suzan van der Lee, experta en sismología y docente en la Universidad de Northwestern (Illinois), explicó a EFE que este es el término adecuado para referirse a “un par de terremotos de magnitud comparable que se producen muy cerca en el espacio y en el tiempo”.
Un concepto que la propia Van der Lee aplica a la situación experimentada en Turquía y Siria, y que ella misma cataloga de “relativamente inusual”.
Esta interpretación también es seguida por otros sismólogos del ámbito internacional, como Ste-phen Sicks (University College de Londres), quienes han llegado a clasificar esta concatenación de temblores como un hecho “sin precedentes”.
Para Héctor González-Huizar -miembro de Temblor, una organización estadounidense dedicada a la evaluación de riesgos sísmicos-, el significado de “doblete” responde a aquellos casos en los que ocurre un segundo terremoto en una misma falla después de un corto período de tiempo; o cuando sucede un sismo inmediatamente después en prácticamente el mismo punto.
“Esto no lo consideraría un doblete, sino una réplica del primero. Digo esto porque sus epicentros estaban separados por unos 100 kilómetros y el segundo terremoto se produjo unas nueve horas después”, detalló González-Huizar a EFE.
Turquía y Siria se ubican en una región muy activa sísmicamente en la que la gran placa tectónica de Arabia converge en su desplazamiento hacia el norte con la de Anatolia, que se mueve lateralmente en dirección oeste hacia el Mar Egeo (placa euroasiática).
González-Huizar, actualmente también jefe de sección en el Centro de Investigación Científica y Educación Superior de Ensenada (México), aprovechó este punto para argumentar que los dos sismos “no se produjeron en la misma falla” sino que “pertenecen al sistema que engloba la falla de Anatolia del este”.
Una hipótesis que fue reforzada por el hecho de que existió una “gran diferencia” en cuanto a la energía liberada, a pesar de que esos 0,3 grados en la escala Richter “puedan parecer lo contrario”.
“Existe alrededor de un 6% de posibilidades de que se produzcan réplicas a terremotos de gran magnitud. Eso revelan los estudios que se han hecho en lugares como California, donde las placas también se desplazan de forma horizontal”, añadió González-Huizar.
Wendy Bohon, experta en terremotos y miembro de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia, apuntó que, “aunque los sismólogos no coincidan” en definir los casos de Turquía y Siria como una secuencia sísmica progresiva (“doblete”) o como un sismo principal más réplica, ambos están relacionados.
“El primer temblor de 7,8 grados provocó cambios en la tensión de la corteza terrestre en esta frontera entre placas y esto influyó para que se originara el segundo con una magnitud de 7,5”, afirmó Bohon.
Algo que se habría producido al perder la falla gran parte de su relieve, debido a su “intensa actividad sísmica”, y que podría generar nuevos terremotos con “relativa facilidad”, según indicó Jonathan Stewart, sismólogo y profesor de la Universidad de California (UCLA).
Siguiendo el análisis del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, en inglés), en lo que sí concuerdan los expertos consultados es en asegurar que se podría haber mitigado el impacto de los temblores si los sistemas de alerta sísmica hubieran sido más sofisticados y hubieran existido infraestructuras más sólidas.
Gravedad 2G
Los geólogos españoles no consideran “extraño” el doblete del terremoto de Turquía y que se produjera una réplica casi tan alta como la del terremoto principal, de 7,8, pero destacan “la aceleración de dos veces la gravedad” (2g) como factor clave para entender la magnitud del fenómeno.
“La sismicidad es muy contagiosa”, la magnitud del terremoto principal “desestructuró completamente la zona, entonces la corteza se ajusta a las nuevas tensiones del terreno y por eso las réplicas se van extendiendo en horizontal y en vertical”, reconoce el geólogo y experto español en seísmos Antonio Aretxabala.
La poca profundidad a la que se ha generado ha agravado los daños, pero el geólogo considera “una barbaridad” que el terremoto alcanzara un valor de 2 g, es decir, dos veces la aceleración de la gravedad, unas cifras a las que “no llegan ni los astronautas cuando suben a la nave”.
Según su opinión, “no hay edificio que soporte ese nivel, se podrían hacer construcciones que lo resistieran, pero tendrían un precio muy elevado”, señala tras mencionar que la norma de construcción sismorresistente turca contemplaba la mitad de la aceleración de la gravedad en roca, cuatro veces menos al nivel alcanzado, “y aun así era ambiciosa”.
A su juicio, sí se puede reproducir otro terremoto de este calibre a corto plazo en el mismo lugar porque “hay muchas fallas y es una zona con potencial para generarlos”.
Sobre esta cuestión, el presidente del Colegio de Geólogos de España, Manuel Regueiro, declara que “lo habitual es que la energía se vaya disipando y no vuelva a repetirse un terremoto tan grande, pero al ser un territorio de contacto de placas, no se puede descartar nada”.
Decenas de países envían ayuda a Siria y Turquía
La respuesta internacional al terremoto que devastó Turquía y Siria no tardó en llegar. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, anunció ayer que su país enviará un equipo de rescatistas, así como equipamientos, para ayudar con las labores de salvamento. El Gobierno español va a destinar un millón de euros para prestar ayuda humanitaria. Otros países como Portugal, Hungría, Suiza, Corea del Sur, Serbia, Armenia y México enviarán a Turquía cientos de médicos y expertos rescatistas. Emiratos Árabes Unidos prometió ayer 100 millones de dólares en ayudas a las víctimas. Argentina, en tanto, ofreció asistencia humanitaria. Según un comunicado de la cancillería argentina, el ofrecimiento abarca atención sociosanitaria, contención psicosocial, postraumática y personal logístico con experiencia tanto en manejo de bodegas para donaciones como para el armado de casas Acnur y gestión de campamentos de personas afectadas y albergues. Además, Argentina ofrece pastillas potabilizadoras de agua y desinfectantes -agua, saneamiento e higiene-, así como manejo y capacitación de uso para los afectados.