AFP, EFE
El presidente Donald Trump cree que es responsabilidad de China, no de Estados Unidos, acudir a la mesa de negociaciones para buscar la paz en la guerra comercial entre las dos potencias.
“La pelota está en la cancha de China. China necesita alcanzar un acuerdo con nosotros. No tenemos que hacer un trato con ellos. No hay diferencia entre China y otro país, excepto que son mucho más grandes”, afirma una declaración de Trump leída por su portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en rueda de prensa.
“El presidente ha afirmado, de nuevo, claramente que está abierto a un acuerdo con China. Pero es China la que necesita un acuerdo con Estados Unidos”, añadió. Ambos países han entrado en una escalada de aranceles. Como resultado cada uno impuso un 125% de aranceles adicionales sobre los productos importados de su rival.
Estados Unidos ha impuesto un total del 145% de tarifas aduaneras porque al 125% le sumó un 20% adicional anunciado semanas antes por considerar que Pekín no combate lo suficiente el tráfico de fentanilo, un potente opioide que causa una grave crisis sanitaria en Estados Unidos. La administración de Trump, sin embargo, estableció excepciones a algunos productos tecnológicos como teléfonos inteligentes y ordenadores. China, dijo Leavitt, quiere lo que todos los países desean, “al consumidor estadounidense”.

Polémica en Buenos Aires
El cruce entre Estados Unidos y China en esta guerra comercial llegó al Río de la Plata esta semana. La Embajada de China en Argentina expresó ayer martes su “profundo descontento” por las declaraciones del secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, durante su visita a Buenos Aires y le pidió “abstenerse de sabotear” a naciones que prestan asistencia a países en vías de desarrollo.
En un comunicado oficial, las autoridades chinas expresaron su “profundo descontento y categórico rechazo a las maliciosas difamaciones y calumnias realizadas por el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, durante su visita a la República Argentina del 14 de abril”.
“Es falsa la afirmación sobre los acuerdos calificados de rapaces y las supuestas grandes cantidades de deuda en los que ha incurrido la República Popular China. Lo que sí es verdad es que algunas personas con motivos encubiertos están intentando sembrar discordias en las relaciones sino-argentinas y sino-africanas”, indica el comunicado difundido desde Buenos Aires.
El lunes, Bessent ofreció -durante su visita a Buenos Aires- una entrevista a la agencia Bloomberg en la que afirmó que China firma acuerdos “disfrazados de ayuda” para obtener derechos sobre los recursos de esos países.

El secretario del Tesoro expresó que la intención de Estados Unidos es evitar que “eso pase en América Latina”.
La Embajada china respondió que su país realiza estos acuerdos “sin imponer ningún condicionamiento político” y pidió a la administración Trump “abstenerse de obstruir o sabotear deliberadamente la asistencia que prestan otros países a las naciones en vías de desarrollo y del sur global”.
El Gobierno chino considera que el swap de divisas (contrato bilateral que permite cubrir la exposición al riesgo) le permitió a Argentina mantener estabilidad económica y garantías ante el FMI para lograr un acuerdo de facilidades extendidas por 20.000 millones de dólares.
El pasado 10 de abril, el Banco Central argentino y su contraparte china acordaron renovar un tramo del contrato bilateral por 35.000 millones de yuanes (5.000 millones dólares) por un año, que el Gobierno de Milei debía cancelar entre junio y julio de 2024.

“La cooperación de China con los países latinoamericanos es una colaboración sur-sur que siempre se atiene a los principios de trato en pie de igualdad, beneficio mutuo y ganancias compartidas. Nunca tiene como objetivo delinear una esfera de influencia ni apuntar contra terceros, por lo que exhortamos a la parte estadounidense a desintoxicar su mente”, argumenta China.
En medio de su guerra arancelaria, Estados Unidos ha impuesto un 145% de gravámenes a las importaciones de China, que, en respuesta, elevó los suyos hasta el 125%.
“La reciente imposición a la ligera de aranceles estadounidenses es, en esencia, un intento deliberado de privar a otros países -especialmente a los del sur global- de su derecho al desarrollo”, añade la legación diplomática china.
En tanto, el presidente chino, Xi Jinping, llegó ayer martes a Malasia, una etapa de su gira por varios países del sudeste asiático, que tiene lugar en plena guerra comercial con Estados Unidos. Con esta gira, Xi intenta promocionar a China como una alternativa estable a Estados Unidos en medio de la guerra comercial. Ya estuvo en Vietnam y culminará su periplo en Camboya.
“No culpo a China, no culpo a Vietnam. De verdad que no. Veo que se han reunido hoy y eso es maravilloso”, dijo Trump ayer martes hablando de su política arancelaria con periodistas en la Casa Blanca.

China frena recepción de aviones Boeing
China ordenó a las compañías aéreas nacionales que suspendan todas las recepciones de aviones del fabricante estadounidense Boeing, en un contexto de intensificación de la guerra comercial entre Pekín y Washington, informó ayer martes la agencia de prensa Bloomberg.
China también pidió a las aerolíneas del país “que detengan todas las compras de equipos y piezas de aviones a empresas estadounidenses”, según Bloomberg.
Los recargos aduaneros decididos por Pekín disparan los costos de los aviones y de las piezas de repuesto fabricadas en Estados Unidos. Las aerolíneas chinas difícilmente pueden asumir este costo adicional.
Según Bloomberg, el Gobierno chino también está considerando ayudar a las aerolíneas que alquilan aviones Boeing y que se enfrentan a mayores costos.
Boeing declinó hacer comentarios. Según su página web, a finales de marzo su cartera de pedidos contenía 130 aviones para clientes chinos (compañías aéreas y de arrendamiento). Pero algunos clientes prefieren no ser identificados, por lo que podrían ser más.
Donald Trump ha convertido los aranceles en la piedra angular de su política económica y en una importante herramienta diplomática para arrancar concesiones a otros países. El presidente republicano impuso un arancel universal del 10%, pero pausó otros más altos para decenas de socios comerciales durante 90 días, mientras mantiene la presión sobre China.
El presidente chino, Xi Jinping, advirtió el lunes que el proteccionismo “no llevará a ninguna parte” y que en una guerra comercial “no habrá ganadores”.

Meloni inicia su “misión imposible” en Washington
El viaje de la primer ministra italiana, Giorgia Meloni, hoy jueves a Washington en plena guerra comercial con Estados Unidos, parece una “misión imposible” debido al carácter imprevisible de Donald Trump, aunque, por eso mismo, no se puede descartar que logre beneficios para Italia, y por ende para Europa.
Meloni no viaja con un mandato europeo, pero ha anunciado su intención de plantearle la eliminación recíproca de aranceles industriales con la Unión Europea (UE), como ha propuesto el Ejecutivo comunitario, que ve con buenos ojos la iniciativa.
Con la vista puesta en la guerra comercial, Meloni sabe que si obtiene buenos resultados su peso político aumentará en la UE.
El viaje de Meloni, en plena pausa de 90 días de los aranceles del 20% impuestos a la UE, “se aventura en un campo minado, donde los caprichos y estados de ánimo de Trump, más que las estrategias, determinan el éxito o el fracaso”, dijo a la agencia EFE Alberto Vannucci, profesor de la Universidad de Pisa.
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