Duelo final entre Bolsonaro y Lula en las elecciones de hoy

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Elecciones de Brasil. Foto: AFP

BRASIL

Unos 156 millones de brasileños están llamados a las urnas este domingo para elegir al próximo presidente del gigante sudamericano.

Unos 156 millones de brasileños están llamados a las urnas hoy, domingo, en unas elecciones presidenciales, en segunda vuelta, en las que el expresidente Lula da Silva mantiene una ventaja en la intención de voto de al menos cuatro puntos sobre el presidente Jair Bolsonaro, según indicaron ayer las principales encuestadoras de ese país. Pero el resultado podría ser favorable a cualquiera de los dos candidatos.

Tanto Datafolha como Genial/Quaest le asignan el 52% de los votos válidos al candidato de izquierda contra el 48% del mandatario. La consultora Ipec estira esa diferencia a ocho puntos: 54% a 46%.

La mayoría de los sondeos sugieren que Lula es favorito para conseguir un tercer mandato, coronando un posible notable retorno político tras su encarcelamiento por condenas de soborno que luego fueron anuladas. Sin embargo, Bolsonaro tuvo un resultado mejor de lo que auguraban los sondeos de opinión en la primera vuelta del 2 de octubre, y muchos analistas dicen que la elección podría decantarse para cualquiera.

Otras dos encuestas locales conocidas revelaron de hecho un empate técnico que deja la expectativa al rojo vivo.

Según un sondeo del instituto MDA encargado por la Confederación Nacional del Transporte (CNT), Lula contaría con el 51,1% de los votos válidos, contra el 48,9% de Bolsonaro, un empate técnico por el margen de error de 2,2 puntos porcentuales. MDA fue la encuestadora más precisa en la primera vuelta.

Los datos de la encuesta de MDA/CNT dispararon lecturas opuestas en las dos campañas. En el espectro de Bolsonaro, fue recibida con ánimo, tras una semana marcada por las noticias negativas para el candidato a la reelección. En el lado del PT, los números fueron minimizados.

En el mismo sentido, una encuesta del Instituto de Investigación de Paraná coincide en el empate técnico, con el 50,4% de Lula contra el 49,6% de Bolsonaro, con un margen de error de dos puntos.

Cierre de campaña

Tanto Bolsonaro como Lula movilizaron a miles de seguidores ayer en el cierre de campaña.

Los candidatos se volcaron a las calles de Minas Gerais y Sao Paulo, respectivamente, los dos estados con más peso electoral en el país.

Aupado al grito de “¡mito!”, Bolsonaro encabezó una caravana de motocicletas en Belo Horizonte, capital de Minas Gerais, donde miles de partidarios salieron a su encuentro vestidos de verde y amarillo.

José Mujica

El expresidente uruguayo José Mujica (2010-2015) afirmó ayer en Sao Paulo al lado del exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva que los comicios en Brasil son una elección “entre la democracia y el autoritarismo”.

“Esta no es una elección entre la izquierda y la derecha, es entre la democracia y el autoritarismo”, dijo Mujica en declaraciones a los medios de comunicación en las que reafirmó su apoyo al líder del Partido de los Trabajadores. Mujica, un fiel aliado del exgobernante progresista brasileño, expresó que ve la carrera presidencial más “positiva” para Lula, que parte como favorito en las encuestas.

Estoy “confiado en la victoria”, dijo a la prensa el presidente de 67 años tras el áspero debate televisado que sostuvo el pasado viernes con Lula, en el que ambos se tacharon de mentirosos.

Los seguidores del mandatario justificaron su apoyo en el miedo a un regreso de Lula al poder.

En Sao Paulo, Lula se despachó contra el presidente antes de sumarse a una caminata: “Bolsonaro no tiene límite para contar mentiras (...) no tiene condiciones síquicas para gobernar un país del tamaño de Brasil”.

Lula se impuso en la primera vuelta con 48% de los votos contra 43% de Bolsonaro, lo que quebró las proyecciones que anticipaban una ventaja holgada del exmandatario.

En Brasilia, partidarios de ambos candidatos también circularon por las calles con banderas ayer.

La primera dama, Michelle, participó a bordo de un jeep en una caravana de “Mujeres con Bolsonaro”, que según la prensa reunió unos 100 autos en la región central de la capital.

Recta final

Bolsonaro busca la reelección después de cuatro años de un gobierno marcado especialmente por la crisis sanitaria y económica que desencadenó la pandemia con saldo de 688.000 muertos en Brasil, así como tensas relaciones con las instituciones y críticas internacionales por su política medioambiental.

En la recta final ha presentado como logros de su gobierno la lenta recuperación de la actividad, principalmente el reciente retroceso de la inflación y el desempleo, que se ubicó en 8,7% a septiembre.

Durante meses, Bolsonaro cuestionó sin pruebas el sistema electrónico de votos, despertando temores de que no acepte los resultados de hoy.

El viernes, al término del debate, dijo sin embargo que “el que tenga más votos, gana”, al ser interrogado en una breve entrevista después del debate sobre si aceptaría una eventual derrota. “Eso es la democracia”, añadió.

No obstante, el mandatario ayer hizo un llamado a sus simpatizantes a ser “fiscales” del proceso de votación en los colegios electorales.

“Amigos y amigas, este próximo domingo, sea fiscal de Bolsonaro. En el lugar de votación, usted estará atento, pendiente de todo lo que ocurra allí dentro. Ayude a nuestro Brasil”, afirmó el líder ultraderechista en un video divulgado por su campaña.

En este marco, animó a sus votantes a registrarse en una página web de su partido para convertirse en “fiscal de Brasil”.

Abstención

A sus 77 años recién cumplidos, Lula aspira a regresar al poder después de gobernar en la primera economía de América Latina entre 2003 y 2010.

En la primera vuelta, alrededor de 32 millones no sufragaron (21%). El número quintuplica la ventaja de seis millones de votos que obtuvo Lula sobre Bolsonaro.

En Brasil el voto es obligatorio, pero la multa por no ir a las urnas es de 3,5 reales (0,50 centavos de dólar). La expectativa de un resultado apretado hace temer que aumente la crispación y polarización del país, tras una tensa campaña de agravios y desinformación.

Tras sus dos mandatos, Lula estuvo preso en el marco de la megacausa anticorrupción “Lava Jato”, pero resucitó políticamente tras la anulación de sus condenas por irregularidades procesales.

Celebridades

Lula da Silva cuenta actualmente con el apoyo de artistas como Anitta y Caetano Veloso, de la senadora Simone Tebet, tercera en la primera vuelta (4%), y de figuras históricamente opuestas a su Partido de los Trabajadores (PT), como el expresidente Fernando Henrique Cardoso (PSDB).

Bolsonaro cuenta con el respaldo sobre todo del agronegocio y de la mayoría de evangélicos -un tercio del electorado- que alaban sus posiciones ultraconservadoras. También se declararon a su favor varios cantantes del popular género brasileño sertanejo, el futbolista Neymar y el expresidente estadounidense Donald Trump, con quien suelen compararlo. De hecho, hace un par de días Trump llamó a votar por Bolsonaro y tachó de “lunático” a Lula, a quien apodó “Lulu”, en un mensaje en su plataforma Truth Social.

Coyuntura económica con impacto en las urnas

No solo el carisma o la estrategia de ambos candidatos definirán el próximo presidente de Brasil: en el duelo final de hoy domingo entre el mandatario de derecha Jair Bolsonaro y el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva también incidirán otras variables. Una de las claves es la economía.

Brasil, la mayor economía de América Latina comenzó a recuperarse de la crisis pandémica. Entre junio y septiembre el desempleo retrocedió al 8,7%, y para este año se espera un crecimiento del producto bruto interno del 2,8%.

Sin embargo, 9,5 millones de brasileños todavía no tienen trabajo y el grueso de la población, de 215 millones, lidia con los precios altos que golpean simultáneamente a muchos países. En los últimos 12 meses la inflación alcanzó el 7,17%, con tendencia a la baja.

Entretanto, 33,1 millones de brasileños pasan hambre, según la Red Brasileña de Investigación de Soberanía y Seguridad Alimentaria. Frente a esta realidad, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva enfocó buena parte de su campaña en la generación de empleo, la lucha contra el hambre y el aumento de los salarios, invocando la disminución de la pobreza que tuvo lugar durante sus años de mandato (2003-2010).

Por su parte, en las últimas semanas, Bolsonaro ha reivindicado fuertemente su política económica de reactivación.

Las últimas cartas a pocas horas de la 2da. vuelta

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, buscó ayer arañar los últimos votos con la divulgación de una lista con 22 “compromisos”, a pocas horas de la segunda vuelta de las elecciones.

El líder derechista prometió más mano dura contra el crimen, incentivar la natalidad, aumentar el salario mínimo por encima de la inflación y “mantener una política económica guiada por el libre mercado y la responsabilidad fiscal”, entre otras iniciativas.

El jefe de Estado indicó que ese conjunto de promesas, que difundió a través de sus redes sociales, “harán de Brasil un país próspero, más libre y más seguro para todos los brasileños”.

La divulgación de la lista se produjo poco después de que se conocieran los resultados de las últimas encuestas antes del balotaje de hoy, que favorecen a Lula o proyectan empate técnico.

Por su parte, el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva volvió a apelar a la unidad de los demócratas ayer, prometió “construir un nuevo Brasil”, con “oportunidades para todos”, “libre del hambre”, con un salario mínimo revalorizado por encima de la inflación y una salud pública de calidad, según también afirmó durante la campaña y en los debates televisados.

OEA

El jefe de la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) para las elecciones en Brasil, Rubén Ramírez Lezcano, recordó que el Tribunal Superior Electoral (TSE) es la única autoridad que puede divulgar los resultados de las urnas.

Ramírez Lezcano, excanciller de Paraguay, invitó a los brasileños a ir a votar “en ambiente de tranquilidad y entusiasmo”, como en la primera vuelta, celebrada el pasado 2 de octubre, y les instó a tener “paciencia” para esperar los resultados oficiales. Esto en el marco de cierta desconfianza sobre la validez del recuento electoral que parece, no obstante, haberse superado.

Rodríguez Lezcano afirmó: “Confiando en el espíritu democrático que caracteriza a la sociedad brasileña, hago un llamado a todos los actores a aguardar con paciencia los resultados del TSE”.

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