HACKERS
Pompeo urgió a China a "cesar sus actividades maliciosas" y consideró que los ciberataques son solo una "extensión de sus acciones contraproducentes durante la pandemia".
El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, condenó este jueves los ciberataques que supuestamente perpetraron piratas informáticos chinos para intentar robar información sobre las vacunas y los tratamientos que se están probando frente al COVID-19.
Esta es la primera vez que la Administración de Donald Trump se posiciona sobre un informe del FBI y otra agencia de inteligencia que el miércoles informaron de la existencia de ciberataques contra centros de investigación estadounidenses.
"EE.UU. condena los intentos de actores cibernéticos y de entes no tradicionales afiliados a la República Popular de China (RPC) de robar propiedad intelectual estadounidense y datos relacionados con la investigación de COVID-19", dijo Pompeo en un comunicado.
Con esas palabras, el gobierno de Trump respaldó el informe del FBI y de la Agencia gubernamental de Ciberseguridad e Infraestructura (CISA, en inglés), dependiente del Departamento de Seguridad Nacional.
Ese espaldarazo es significativo porque, en otras ocasiones, el Ejecutivo ha arremetido contra las agencias de inteligencia que actúan de manera independiente.
En su comunicado, Pompeo urgió a China a "cesar sus actividades maliciosas" y consideró que los ciberataques son solo una "extensión de sus acciones contraproducentes durante la pandemia".
"Mientras que EE.UU. y sus aliados están coordinando una respuesta colectiva y transparente para salvar vidas, China continúa silenciando a científicos, periodistas y ciudadanos, y difundiendo la desinformación, lo que ha exacerbado los peligros de esta crisis de salud", aseveró Pompeo.
La crisis sanitaria ha aumentado la tensión entre Washington y Pekín, ya que el gobierno estadounidense alimenta la hipótesis de la responsabilidad de China en la expansión de la pandemia por presuntamente "ocultar" información sobre la "gravedad" del coronavirus, al que Trump se refiere como el "virus chino".
Además, desde la Casa Blanca se defiende la hipótesis de que el coronavirus se generó en un laboratorio en la ciudad china de Wuhan, foco inicial de la pandemia, algo que rechaza gran parte de la comunidad científica y la Organización Mundial de la Salud (OMS), que atribuye el patógeno a un "origen animal".
Estados Unidos sigue siendo el mayor foco del mundo de la pandemia por el nuevo coronavirus en términos absolutos, con casi 1,4 millones de casos y al menos 84.000 muertes, según el recuento de la Universidad Johns Hopkins.