TENSIÓN POLÍTICA
La decisión de la administración de Joe Biden marca un abrupto cambio respecto a las reticencias del expresidente Donald Trump a la hora de confrontar con Vladimir Putin.
Estados Unidos y la Unión Europea (UE) anunciaron ayer martes sanciones a funcionarios del gobierno ruso, por el envenenamiento e intento de asesinato del opositor Alexei Navalni.
La decisión de la administración demócrata de Joe Biden marca un abrupto cambio respecto a las reticencias del expresidente republicano Donald Trump a la hora de confrontar con Vladimir Putin.
“El gobierno de Estados Unidos ha ejercido su autoridad para enviar una señal clara de que el uso de armas químicas por Rusia y el abuso contra los derechos humanos tienen graves consecuencias”, dijo el secretario de Estado, Antony Blinken, en un comunicado.
“Cualquier uso de armas químicas es inaceptable y contraviene las normas internacionales”, agregó.
Navalni, de 44 años, fue envenenado en Siberia en agosto de 2020. El Kremlin niega su responsabilidad y asegura no haber visto pruebas de que fuera envenenado.
Navalni fue detenido en enero de este año tras regresar de Alemania donde fue tratado por el envenenamiento con un gas nervioso de uso militar. Fue encarcelado el 2 de febrero por violación de la libertad condicional.
Para Washington no hay ninguna duda: Moscú está detrás del “intento de asesinato” de Navalni. “La comunidad de inteligencia estima con un alto nivel de confianza que funcionarios del Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso usaron un agente nervioso conocido como Novichok para envenenar al líder opositor ruso Alexéi Navalni el 20 de agosto de 2020”, indicó la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
“Reiteramos nuestro llamamiento a una liberación inmediata y sin condiciones de Navalni”, añadió.
El opositor a Putin es el ejemplo más reciente de los esfuerzos rusos por silenciar la disidencia. “El intento ruso de matar al señor Navalni sigue un patrón alarmante de uso de armas químicas por Rusia”, dijo un alto funcionario del gobierno de Biden en un contacto con la prensa.
Entre los siete funcionaros incluidos en la lista negra del Departamento del Tesoro se encuentran Andrei Yarin, director de política interior del Kremlin; Alexander Bortnikov, director del Servicio Federal de Seguridad (FSB); y los viceministros de Defensa Alexei Krivoruchko y Pavel Popov, entre otros.
Además, 14 entidades asociadas con la producción de compuestos biológicos y químicos en Rusia -incluidas 13 firmas comerciales y un instituto de investigación gubernamental- fueron sancionadas.
Las sanciones de la UE se aplican a Alexander Bastrykin, cuyo Comité de Investigación se encarga de las principales acusaciones penales y depende de Putin; Igor Krasnov, fiscal general de Rusia desde 2020; Viktor Zolotov, jefe de la Guardia Nacional de Rusia; y Alexander Kalashnikov, jefe del servicio penitenciario federal.
La UE no atendió a los llamados de los partidarios de Navalni para sancionar a los ricos empresarios del entorno de Putin, conocidos como “oligarcas”, que viajan regularmente a la Unión Europea.
Los sancionados tendrán prohibido viajar a la UE o Estados Unidos y sus fondos en esos países serán congelados.
El gobierno de Biden también señaló que restringirá algunas exportaciones a Rusia.
Pero, a pesar de las tensiones, Biden también extendió el pacto de desarme nuclear con Rusia. “No estamos buscando escalar, no estamos buscando resetear, estamos buscando estabilidad y predictibilidad y áreas de trabajo constructivo con Rusia cuando sea de nuestro interés”, dijo uno de los funcionarios estadounidense.
Estados Unidos difundirá en las próximas semanas nuevas conclusiones de las agencias de inteligencia sobre otros puntos críticos con Moscú, entre ellos las acusaciones de que Rusia pagó recompensas a militantes ligados a los talibanes para asesinar a soldados estadounidenses en Afganistán, y su supuesta participación en el hackeo masivo contra la empresa estadounidense SolarWinds.