Inmigrantes en un limbo
Un juez define si el gobierno violó el plazo para entregarlos a sus padres.
Con más de 1.800 niños migrantes entregados a sus padres y 700 aún en custodia de las autoridades de Estados Unidos, un juez definía anoche si el gobierno de Donald Trump cumplió o no con la orden judicial de reunir a las familias separadas en la frontera con México. Ayer viernes venció el plazo de un mes que dio el juez Dana Sabraw, de San Diego, para entregar estos menores a sus familias.
El Departamento de Justicia indicó el jueves que esperaba que todos los niños "considerados elegibles para reunificación" fueran entregados a sus familiares. El balance corresponde a 2.551 niños de entre 5 y 17 años, de los cuales 1.820 salieron de los albergues de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) para ser entregados a sus familias.
De los 1.820 niños, 1.420 fueron reunidos con sus padres en instalaciones de la policía migratoria ICE y 378 liberados en "otras circunstancias".
El gobierno insiste en que cumplió el plazo, pues 711 fueron considerados "no elegibles" porque los vínculos familiares no pudieron ser confirmados, los padres tienen antecedentes criminales, padecen una enfermedad contagiosa o bien no han sido localizados, o fueron deportados.
"Ellos (el gobierno de Estados Unidos) dicen que esos padres no son elegibles por su historial criminal, pero no revelan si esos delitos se produjeron en sus países de origen, si son faltas menores o se trata de una sanción por entrada ilegal reiterada", explicó el director de Justicia Racial y Económica de Texas Civil Rights Project (TCRP), Efrén Olivares.
El abogado ahondó en esta problemática ante el "caos" del gobierno que, en su opinión, desde el principio nunca tuvo un plan para la reunificación y ha provocado que se desconozca el futuro de los 431 niños que están en un "limbo" legal.
"Es una buena pregunta para el gobierno, que es el que tiene que aclarar los motivos que le han llevado a clasificar a los padres deportados como no elegibles. No sabemos cómo van a solucionar esta diferencia", detalló Olivares.
Según el Departamento de Justicia, 431 padres fueron deportados de Estados Unidos sin sus niños, lo que complica la reunificación.
Con estas cifras, el juez Sabraw "podría determinar que el gobierno está en desacato, lo que no necesariamente aceleraría el proceso de reunificación", explicó Stephen W. Yale-Loehr, profesor de leyes migratorias de la universidad de Cornell. O "podría creerle lo que dice (sobre) que está trabajando rápidamente y de buena fe para darle más tiempo".
Reunificar y deportar.
Las polémicas separaciones comenzaron en mayo, en el marco de la política de "cero tolerancia" de Trump, cuando los migrantes, la mayoría huyendo de la violencia en países de América Central, entraban a Estados Unidos por la frontera mexicana, ilegalmente o pidiendo asilo.
Eran detenidos y procesados en masa, mientras que los niños eran enviados a albergues.
Esa política levantó una ola de condenas dentro y fuera de Estados Unidos, que presionó a Trump a ponerle fin tras seis semanas y abrir un lento proceso de reunificación.
Si el juez Sabraw considera que el gobierno no cumplió con el plazo, probablemente pida a la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU) que recomiende sobre alguna sanción. Así ocurrió el 10 de julio cuando la administración incumplió el plazo para reunir a los menores de 5 años con sus familias: 45 de ellos fueron considerados "inelegibles".
"Queremos proponer soluciones que ayuden a mover el proceso más rápidamente de lo que se está moviendo hasta ahora", dijo Lee Gelernt, abogado de ACLU en una conferencia telefónica con periodistas.
Entre las peticiones de ACLU, destaca la exigencia de un plazo de siete días desde la reunificación para que las familias puedan discutir su siguiente paso: si luchan por el asilo, si el adulto sale y el niño se queda, o si ambos aceptan ser deportados. Para los abogados del gobierno este plazo de siete días es injustificado, pues afirman que han tenido tiempo suficiente para considerar sus opciones mientras han estado detenidos.
La Asociación de abogados migratorios de Estados Unidos (AILA) exhortó por su parte al gobierno a que disponga lo necesario "para el regreso de los más de 400 padres deportados sin sus niños".
Pero ubicar a los padres que fueron deportados a México o América Central será una tarea larga y complicada.
Para el martes —antes de que las últimas cifras fueran dadas a conocer— el Departamento de Salud y Servicios Humanos tenía bajo custodia, en refugios por todo el país, a 11.500 niños clasificados como Menores Extranjeros No Acompañados (UACs, en inglés).
Gobierno sin capacidad de informar a los estados
El Gobierno de Estados Unidos carece de la capacidad técnica para proporcionar rápidamente a los estados información sobre niños separados de sus padres en la frontera en medio de la política de "tolerancia cero" del presidente Donald Trump. Más de una decena de estados le han pedido al gobierno federal listas de niños separados de sus padres, su ubicación, información de los progenitores y los planes para reunirlos. El Gobierno dijo en presentaciones judiciales ayer viernes que los intentos de recopilar datos para cumplir con las solicitudes de los estados lo desviarían de los esfuerzos para reunir a las familias. Jonathan White, del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS), dijo en un documento que el Gobierno necesitaría realizar una revisión manual para identificar a todos los niños separados en cada estado demandante. No hay una manera automática de crear una lista de menores separados por estado o por institución, destacó. REUTERS
Africanos rescatados en Mediterráneo
Unas 670 personas fueron rescatadas ayer viernes mientras trataban de alcanzar las costas españolas desde África, la mayor parte de ellas por el Estrecho de Gibraltar, en una jornada excepcional por el alto número de rescates, según Salvamento Marítimo.
En varias operaciones de rescate en las que participaron barcos y un helicóptero, 627 personas fueron recogidas de 35 embarcaciones en el Estrecho de Gibraltar, mientras que otras 31 personas fueron salvadas en aguas de la provincia de Alicante y 11 en Almería, en la costa mediterránea.
La ruta del Mediterráneo Occidental, que parte del Norte de África con dirección a la Península Ibérica, se ha convertido en la más transitada por migrantes este año, después de que el Gobierno italiano decidiera cerrar sus puertos a barcos de rescate. Según datos de la Organización Internacional de Migración, entre el 1º de enero y el 18 de julio, 18.653 migrantes han llegado por mar a España frente a 17.838 refugiados en Italia.
Más de 600 migrantes accedieron a territorio español el jueves tras lograr cruzar en grupo la valla que marca la frontera entre Marruecos y la ciudad española de Ceuta, en el Norte de África.
Al menos 1.500 migrantes han muerto en 2018 tratando de cruzar el Mar Mediterráneo, según datos de la agencia de migración de la ONU.
El Gobierno español reconoció esta semana que los dispositivos de acogida de inmigrantes irregulares se han visto "desbordados" por la llegada continua a las costas del sur desde Marruecos.
La ministra española de Trabajo y Seguridad Social, Magdalena Valerio, dijo que esta situación ya existía tiempo atrás, antes de que los socialistas comenzaran a gobernar, a principios de junio pasado. "Cuando no se toman medidas a tiempo, después hay que adoptarlas de emergencia", advirtió en alusión al anterior ejecutivo conservador de Mariano Rajoy. REUTERS, EFE
Cuerpos en el desierto devorados por buitres
Una investigación forense realizada con cuerpos de cerdos muertos colocados en el desierto de Arizona hace temer, por la rapidez con que "desaparecen", que las cifras oficiales de inmigrantes indocumentados desaparecidos sea más elevada de lo que se cree.
"Estamos seguros de que hay mucha más gente que ha muerto en el desierto y que simplemente nunca encontraremos sus cuerpos", dijo a EFE Jasón de León, antropólogo y director del Proyecto de Migración Indocumentada (UMP) de la Universidad de Michigan.
De León dirige un equipo de investigadores que desde 2012 ha llevado a cabo tres experimentos en pleno verano en el desierto de Arizona para saber qué ocurre con los inmigrantes que fallecen en la travesía por esos peligrosos y áridos territorios.
Para ello utilizan cuerpos de cerdos debido a su similitud con los de los humanos.
De acuerdo a las cifras oficiales de la Patrulla Fronteriza, entre 1998 y 2017 se ha reportado a lo largo de la frontera con México la muerte de 7.216 inmigrantes indocumentados, de los cuales 2.726 fallecieron dentro del Sector Tucson, en la frontera de Arizona.
Los experimentos con cerdos, el último de ellos finalizado a principios del mes de julio, están "demostrando que el medioambiente y los animales, pueden destruir un cuerpo rápidamente, en menos de tres o cuatro días, por lo que creo que nunca vamos a tener un número completo de los (inmigrantes) muertos en el desierto", indicó De León.
Algunos de los cuerpos porcinos utilizados para esta investigación son vestidos con ropas como las que suelen llevar los inmigrantes.
Después los investigadores documentan paso a paso lo que ocurre con los cuerpos por medio de cámaras de video, fotografías e imágenes captadas por drones desde el aire.
Hasta el momento han concluido que los animales que más daño causan son los buitres, los cuales en bandadas de hasta 30 ejemplares pueden devorar y desarticular el cuerpo de un cerdo en menos de 36 horas, pero también hay videos que muestran cómo las hormigas y otros insectos acaban con los huesos.
"El desierto está limpiando todo el trabajo sucio del Gobierno; no hay evidencia, los cuerpos simplemente desaparecen. Por eso por medio de estos experimentos estamos tratando de demostrar al público lo que pasa", dijo De León. EFE