LA LUCHA CONTRA EL VIRUS
Como en la carrera especial en la era de la URSS, desde Moscú quisieron tomar la delantera con el anuncio de la primera vacuna.
Rusia sorprendió al mundo ayer martes al anunciar que tenía la primera vacuna contra el COVID-19. Pero en lugar de fuegos artificiales para festejar, alrededor del globo lo que se lanzaron fueron muchas dudas sobre la efectividad de esta vacuna.
Vladimir Putin dijo que no tiene dudas de que es la cura para la pandemia, y hasta anunció que inoculó a una de sus hijos con la Sputnik V, el nombre con el que fue bautizada la vacuna rusa.
Le hace honor así al primer satélite lanzado al espacio en el era de la desaparecida Unión Soviética. La V es por vacuna.
De acuerdo con el ministerio de Salud ruso, esta vacuna del tipo de doble inoculación “permitirá una inmunidad larga” que podría ser de “dos años”.
“El exitoso lanzamiento por la URSS del primer satélite del mundo en 1957 impulsó las investigaciones espaciales en todo el planeta. Por ello, la vacuna se llamará Sputnik V”, explica la web de este producto.
El objetivo de esta página web, indica el texto, es “difundir información detallada y actual” acerca de esta sustancia y “luchar contra la campaña de desinformación” sobre la vacuna en algunos medios de comunicación internacionales.
Es que entre los científicos occidentales, el anuncio ruso fue recibido con escepticismo, debido a la velocidad con que se desarrolló esta vacuna, y las sospechas de que sus colegas rusos trabajaron bajo presión del gobierno de Putin.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indicó que para una aprobación por su parte de una vacuna contra el COVID-19 requiere de una revisión rigurosa de los datos de seguridad. “Estamos en contacto estrecho con los rusos y las discusiones continúan. La precalificación de toda vacuna pasa por procedimientos rigurosos”, puntualizó Tarik Jasarevic, portavoz de la OMS, durante una videoconferencia de prensa en Ginebra.
Putin había anunciado unas horas antes durante una reunión con su gabinete: “Esta mañana, por primera vez en el mundo, ha sido registrada una vacuna contra el nuevo coronavirus”. “Sé que es una vacuna bastante eficaz, y que proporciona una inmunidad duradera”, añadió.
Además, el presidente ruso señaló que una de sus hijas había sido inoculada con la vacuna, desarrollada por el Instituto de investigación Gamaleya, en coordinación con el ministerio de Defensa y otros organismos gubernamentales.
Según Putin, en una segunda dosis su hija tuvo un poco de fiebre, y “eso fue todo”.
Kirill Dmitriyev, jefe del Fondo de Inversión Directa de Rusia, que financia la vacuna, dijo que hoy miércoles comenzarán las pruebas de Fase III. Y agregó que Rusia está lista para comenzar a producir 500 millones de dosis anuales en cinco países a partir de septiembre.
La vacuna desarrollada en Rusia es la denominada de vector viral, lo que significa que se emplea otro virus para transportar el ADN para lograr la respuesta inmune necesaria.
La velocidad a la que Rusia se está moviendo para desplegar su vacuna pone de relieve su determinación de ganar la carrera mundial por un producto eficaz.
Pero a los expertos les preocupa que no haya suficiente información sobre la investigación rusa.
Danny Altmann, profesor de Inmunología en el Imperial College de Londres, señaló que “el daño colateral de cualquier vacuna que no sea segura y eficaz podría ampliar nuestros problemas actuales de manera irreparable”.
En la actualidad se están desarrollando más de 100 posibles vacunas en todo el mundo para intentar detener la pandemia de COVID-19.
Actualmente, hay cinco vacunas que han alcanzado la fase III, entre las que no se encuentra la rusa. Se trata de la que están desarrollando los laboratorios alemán BioNTech y estadounidense Pfizer, la que desarrolla la biotecnológica estadounidense Moderna, los dos proyectos de los laboratorios chinos Sinopharm y Sinovac, y el que realiza la Universidad de Oxford con la farmacéutica británica AstraZeneca.
El ministerio alemán de Salud también emitió sus dudas sobre la “calidad, la eficacia y la seguridad” de la vacuna rusa. “No existen datos conocidos sobre la calidad, la eficacia y la seguridad de la vacuna rusa”, dijo una portavoz del ministerio, recordando que en la Unión Europea, la “primera de las prioridades es la seguridad de los pacientes”.
El experto francés François Balloux, de la University College de Londres, calificó la iniciativa rusa de “decisión irresponsable e imprudente”.
Producción brasileña.
Esta vacuna rusa será producida en el Brasil tras un acuerdo que suscribirá el Gobierno del estado de Paraná con Rusia, informó ayer martes el director del Instituto de Tecnología de Paraná (Tecpar), Jorge Callado. El gobernador del estado de Paraná, Ratinho Junior, tiene previsto reunirse hoy miércoles con el embajador de Rusia en Brasil, Serguei Akopov, para abordar el acuerdo de cooperación técnica para la producción de la vacuna.
Las conversaciones entre Paraná y Rusia ya estaban en marcha desde julio, cuando las autoridades del sureño estado entregaron un protocolo de intenciones al embajador ruso para la fabricación del fármaco, el cual fue aprobado sin haber completado todos los ensayos previstos.
Brasil ya ha comenzado a testar en voluntarios la vacuna desarrollada por la Universidad de Oxford junto con el grupo farmacéutico británico AstraZeneca, así como la fabricada por el laboratorio chino Sinovac Biotech.
Una de las razones de la elección del país como centro de pruebas y producción de las vacunas es el elevado número de contagios registrados en los últimos cinco meses.
Brasil sobrepasó el pasado sábado la sombría marca de las 100.000 muertes, con una media de 1.000 decesos diarios desde finales de mayo, y los 3 millones de casos por coronavirus, aunque las cifras de contagios podrían ser hasta diez veces mayores, según algunos estudios, debido a la elevada subnotificación.
Dosis vendidas
Aunque ninguna vacuna demostró aún eficacia contra el nuevo coronavirus en ensayos clínicos, ya se han comprado anticipadamente al menos 5.700 millones de dosis en todo el mundo, y los primeros encargos han sido adelantados por Estados Unidos.
EE.UU. Desde el 30 de marzo fue el primero en subvencionar con cientos de millones de dólares a los desarrolladores de vacunas. La operación llamada “Alta Velocidad” (Warp Speed) apunta a que todos los estadounidenses puedan ser vacunados desde enero de 2021. Estados Unidos subvencionó con al menos 9.400 millones de dólares a siete desarrolladores de vacunas y firmó con cinco de ellos contratos de abastecimiento por al menos 700 millones de dosis. Las financiadas son: Johnson & Johnson, Moderna, Oxford/AztraZeneca, Novavax, Pfizer/BioNTech, Sanofi/GSK, Merck Sharp and Dohme.
Europa. Dos de los desarrolladores (Oxford/AztraZeneca y Sanofi/GSK) firmaron o avanzan en negociaciones con la Comisión Europea para suministrar entre ambos 700 millones de vacunas.
Reino.Unido, Japón, Brasil. Reino Unido negocia encargó 250 millones de dosis a cuatro desarrolladores. Japón se aseguró 400 millones de dosis con tres proveedores. Brasil, además de encargar 100 millones de dosis a AstraZeneca, se asoció a la china Sinovac para fabricar hasta 120 millones de dosis de su vacuna CoronaVac.
China y Rusia. China está muy avanzada en los ensayos clínicos de dos candidatas (Sinovac y Sinopharm). Rusia anunció que 20 países, que no identificó, le encargaron mil millones de dosis de su vacuna Sputnik V.
Alianzas. La coalición para la innovación en epidemias (Cepi) lanzada en 2017 por Noruega, India, la Fundación Bill & Melinda Gates y Wellcome Trust, invirtió 890 millones de dólares para acelerar el desarrollo de nueve proyectos. Con la alianza para la vacuna (GAVI) se compraron anticipadamente 300 millones dosis a AstraZeneca para decenas de países en vías de desarrollo. Para abastecer al mundo, miles de millones de dosis deberán salir de las fábricas del gigantesco Instituto Serum de India; el mayor productor mundial de vacunas.
El 4 de octubre de 1957 la Unión Soviética lanzó el primer satélite artificial de la historia, el Sputnik, un hito que marcó el inicio de la carrera espacial con Estados Unidos en pleno desarrollo de la Guerra Fría. Un mes después, la URSS volvió a sumar otro logro espacial, al enviar a la órbita el segundo satélite, el Sputnik II, esta vez con un ser vivo a bordo, la perra Laika. Y en abril de 1961, lanzó la nave espacial Vostok 1 con Yuri Gagarin a bordo, el primer humano en viajar al espacio. Pese a estos logros iniciales, fue Estados Unidos el primero en llegar a la Luna en 1969, con Neil Armstrong, Edwin E. Aldrin Jr., y Michael Collins viajando en el Apolo 11.