Óscar Gutiérrez/ El País de Madrid
La bandera negra izada por el Estado Islámico (ISIS por sus siglas más conocidas en inglés) ha acompañado de nuevo a un brutal atentado en Estados Unidos. El texano Shamsud-Din Jabbar, de 42 años, mató con su vehículo y arma de fuego a al menos 15 personas en las celebraciones del primer día del año en Nueva Orleans. Horas después, el presidente Joe Biden manifestó que el ataque estaba “inspirado por el ISIS”. La enseña del grupo yihadista encontrada en la furgoneta con la que Jabbar embistió a la multitud, emblema del que muchos otros se han servido antes para encuadrar sus actos de violencia, no es el único indicio que le relaciona con la organización terrorista enraizada en Siria e Irak. Según el contenido de vídeos encontrados en las redes sociales, Jabbar había manifestado su lealtad al ISIS, casi como vía de escape ante el deseo de reunir a su familia -tenía tres hijos y dos exmujeres- para matarla.
Esta adhesión, el proceso de radicalización del individuo y el método elegido para atentar son buena prueba de la fuerza que el ISIS mantiene como detonante y combustible para sembrar el terror en Occidente más de cinco años después del fin del califato.
La sombra de esta organización en los actos de terrorismo en Estados Unidos no es nueva. Tampoco el modus operandi seguido por Jabbar. El 31 de octubre de 2017, el uzbeko Saifullo Saipov, entonces de 29 años, causó la muerte de ocho personas al conducir una furgoneta por un carril bici junto al río Hudson, en Nueva York. De nuevo, las autoridades encontraron en el vehículo la bandera del ISIS. La investigación no halló lazo operacional alguno con el grupo armado. El material incautado mostró un proceso de radicalización autónomo a través de los vídeos del primer líder de la organización, Abubaker al Bagdadi. Se trató también, como parecen indicar las primeras pesquisas en Nueva Orleans, de un atentado bajo la inspiración de la marca más potente de la yihad global en la actualidad.
Según el centro de análisis norteamericano The Soufan Center, dirigido por el experto en terrorismo Colin P. Clarke, el atentado en la ciudad del Estado de Luisiana fue celebrado en varios chats de partidarios del ISIS, donde Jabbar fue elogiado por el método que usó -tras atropellar a decenas de personas, abrió fuego contra la policía casi de forma suicida hasta ser abatido, un colofón habitual entre los terroristas del ISIS-.
Su perfil encaja en el formado durante esta década por muchos de los terroristas movidos en Occidente por la bandera del ISIS, pese a que la mayoría atentó a una edad más temprana. Era un individuo inestable, con una leve hoja de antecedentes por delitos menores, afectado por problemas financieros y familiares, que se convierte al islam, deriva en el radicalismo y se asoma finalmente al acto violento.
Reclutas exprés
Es en esta frontera que va del extremismo a apretar el gatillo en la que, siguiendo el retrato de los reclutas exprés de la organización yihadista, la marca ISIS ha servido de combustible y detonante: primero porque la organización ofrece justificación a través de su propaganda para la comisión del ataque, encuadrado en su campaña de terror indiscriminado hacia todo aquel que considere infiel. En segundo lugar, por el efecto multiplicador para la opinión pública que tiene un asesinato múltiple si se hace en nombre del grupo más despiadado y popular del momento.
Aunque el califato, principal sostén del ISIS, tanto por su fuerza de captación como por su poder recaudatorio, fue desarticulado hace más de un lustro, el grupo sigue vivo con alrededor de 2.500 combatientes entre Siria e Irak y ramificaciones regionales con un notable crecimiento.
El terrorismo de corte yihadista sigue siendo una de las principales amenazas para Washington. El FBI mantiene en torno a 1.000 investigaciones relacionadas con el ISIS. En un escrito firmado en julio, el director del FBI, Christopher Wray, afirmó: “El ISIS y sus partidarios siguen promoviendo con agresividad su retórica basada en el odio, y atrayendo a extremistas violentos (…) dispuestos a llevar a cabo ataques contra EE.UU”.
El experto en terrorismo Seamus Hughes, del Centro Nacional de Innovación, Tecnología y Educación Antiterrorista, recordaba este miércoles que desde 2014, más de 250 personas han sido acusadas en EE.UU. de actividades relacionadas con el ISIS.
Son pocos los atentados que han sacudido Occidente organizados directamente desde Mesopotamia. Entre los que sí contaron con la planificación del grupo están los ataques en París (noviembre de 2015) y Bruselas (marzo de 2016). La mayor parte de actos bajo la firma del ISIS han sido perpetrados por individuos inspirados por su propaganda.
Con las fronteras de Siria selladas, ante la imposibilidad de seguir engordando las filas del califato, el ISIS ha sido capaz de difundir a través de sus órganos de propaganda un mensaje aún vigente: sus fieles no necesitaban viajar; podían mantenerse en sus lugares de residencia y matar con lo que tuvieran a mano.
A partir de ahí, el efecto imitación. Al brutal atentado con un camión en Niza, en julio de 2016, con 86 muertos, le siguieron, entre otros, los atentados de Berlín, ese mismo año, y Londres, Barcelona, Estocolmo y Nueva York, un año después. Todos ellos fueron cometidos con un vehículo como arma y bajo el influjo del terror del ISIS. Un análisis publicado el pasado noviembre por el diario británico The Guardian alertaba del incremento de mensajes en la plataforma online Rocket.Chat, una de las más usadas por los fieles del yihadismo armado, sobre atentados en fiestas como el Día de Acción de Gracias o Navidad. El impacto de un acto de esta brutalidad tiene mayor repercusión cuando su previsible audiencia se encuentra en un momento de celebración. Así ha ocurrido ahora en Nueva Orleans, como hace nueve años sucedió en Berlín, o en Nueva York durante el Halloween de 2017.
Biden visita el lunes a familiares de la víctimas
El presidente estadounidense Joe Biden viajará el lunes a Nueva Orleans para “compartir el dolor de las familias afligidas” por el atentado del 1º de enero, anunció la Casa Blanca. Biden, quien dejará su cargo el 20 de enero, estará acompañado de su esposa Jill Biden y se reunirá también con funcionarios locales además de los familiares. Nueva Orleans fue conmocionada en la celebración del Año Nuevo, cuando un veterano del Ejército de Estados Unidos utilizó una camioneta para embestir a la multitud que festejaba en las calles de turístico Barrio Francés. El atentado dejó 14 muertos y más de 30 heridos. El atacante murió tras un intercambio de disparos con la policía. “El pueblo de Nueva Orleans ha enviado un mensaje inequívoco: no permitirán que este ataque o ataques, esta ideología delirante, nos derroten”, dijo Biden el lunes a la prensa al resaltar la actitud de la población frente al hecho.
Según la agencia federal FBI el atacante, Shamsud Din Jabbar, se había inspirado en acciones del grupo yihadista ISIS. (AFP)
Edición especial de Charlie Hebdo
La revista satírica francesa Charlie Hebdo prepara un número especial la semana que viene con caricaturas sobre Dios, diez años después del ataque yihadista contra su sede que causó conmoción mundial.
Doce personas murieron en ese ataque sin precedentes, que acabó en realidad dos días después, con una sangrienta toma de rehenes en un supermercado de comida kosher por parte de un yihadista.
Desde entonces, la revista sigue siendo publicada, y su reducida redacción de dibujantes y periodistas vive bajo grandes medidas de seguridad.
Cuando los hermanos Said y Cherif Kouachi salieron de la sede de Charlie Hebdo el 7 de enero de 2015 tras haber disparado indiscriminadamente, gritaron “¡Hemos matado a Charlie Hebdo!”.
“No mataron a Charlie Hebdo” replicó el redactor jefe de la revista, Gerard Biard, en una reciente entrevista concedida a la AFP.
La revista tuvo un extraordinario auge de ventas tras el ataque. Vendió ocho millones de ejemplares justo después de la tragedia, y ahora se mantiene con unos 30.000 abonados y 20.000 ventas en quioscos.
Pero la revista fundada en 1970 por un grupo de humoristas se ha granjeado otros enemigos, como ciertos intelectuales y políticos de izquierdas, que reprochan a sus dibujantes de persistir en su tono satírico, que consideran islamófobo. Hace un año Charlie Hebdo publicó unos dibujos que se burlaban del líder supremo iraní, Ali Jamenei, y días después el sitio comercial de la revista fue pirateado.
Con motivo del décimo aniversario de los ataques Charlie Hebdo publicará en línea mañana domingo los resultados de una competición de caricaturas de Dios que lanzó el noviembre.
Un número especial de la revista saldrá a la venta el martes.
El objetivo es proclamar el derecho a la libertad de expresión “de todos aquellos que estén hartos de vivir en una sociedad dirigida por Dios y la religión”, aseguran sus autores. (AFP)
-
"Para mí no era terrorista": perplejidad entre conocidos de Bahar Jabbar, autor del atentado en Nueva Orleans
Investigan explosión de auto de Tesla frente a hotel de Trump: creen que puede ser un ataque terrorista
Investigan como terrorista atropello masivo en Nueva Orleans: atacante tenía bandera de ISIS y bomba casera