La Nación/GDA
Por el impacto de la sequía, el Banco Mundial proyectó que Argentina caerá en recesión este año. El organismo multilateral empeoró su pronóstico para la economía, al estimar una baja del producto bruto interno (PBI) del 2% para este año respecto del año anterior, según sus últimas proyecciones presentadas ayer en Washington.
Para el año próximo, el banco prevé un rebote con una mejora del producto del 2,3% “a medida que la economía se recupere de la grave sequía que ha afectado su producción agrícola este año”.
La última edición del informe “Perspectivas Económicas Mundiales” del organismo, advierte que el crecimiento mundial se ha desacelerado marcadamente, y el riesgo de que surjan tensiones financieras en los mercados emergentes y economías en desarrollo se está intensificando en medio de las subas en las tasas de interés implementadas por los bancos centrales de las economías desarrolladas para frenar la inflación.
El Banco Mundial señaló que, ya el año anterior, el crecimiento de las principales economías de América Latina “se desaceleró debido a la menor demanda externa y a las restricciones en las políticas monetarias”, ante la reacción de los bancos centrales para controlar el alza del costo de vida, que empeoró con la salida de la pandemia. Durante el cuarto trimestre de 2022, la Argentina y Brasil experimentaron una contracción, mientras que otras economías registraron un crecimiento más leve. Este año, Brasil, México y Colombia sufrirán una desaceleración del crecimiento, y Argentina caerá en una recesión. Chile será el otro país en la región que sufrirá una contracción en su nivel de actividad. América Latina y el Caribe crecerán solo un 1,5% este año, según las estimaciones del organismo multilateral.
El informe indica que “la sequía ha causado disminuciones en las cosechas de soja y maíz, los principales productos básicos de exportación, equivalentes al 3% del PBI”, y agrega que también impactó en la producción de trigo. A su vez, señala que la escasez de dólares provocada por la caída de las exportaciones redundará en problemas para importar, algo que, de hecho, ya ocurre.
El nuevo pronóstico del Banco Mundial es la primera estimación concreta de una recesión este año por parte de un organismo internacional, un pronóstico que está en línea con las proyecciones de los economistas privados locales, que anticipan desde hace tiempo que, debido al impacto de la sequía, la elevada inflación y la continua fragilidad macroeconómica, la actividad sufrirá una contracción.
La Casa Rosada todavía sostiene que la economía crece, aunque las últimas cifras oficiales del PBI difundidas por el Indec marcan una nítida desaceleración, y una caída de la actividad en el primer trimestre de este año.
El informe del Banco Mundial también alertó por la economía global, al indicar que se encuentra en una “situación precaria”, afirmó en un comunicado Indermit Gill, economista jefe y vicepresidente senior del Grupo Banco Mundial.
“Excepto en Asia oriental y meridional, estamos muy lejos de alcanzar el dinamismo necesario para poner fin a la pobreza, contrarrestar el cambio climático y reponer el capital humano. En 2023, el ritmo de crecimiento del comercio descenderá a menos de un tercio del que se registraba en los años anteriores a la pandemia”, sigue el comunicado.
“En los mercados emergentes y economías en desarro- llo, la presión de la deuda está aumentando debido al aumento de las tasas de interés. A raíz de deficiencias fiscales, muchos países de ingreso bajo ya han caído en un sobreendeudamiento. Mientras tanto, las necesidades de financiamiento para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible son mucho mayores que, incluso, las proyecciones más optimistas en materia de inversión privada”, agrega.
El flamante presidente del Banco Mundial, Ajay Banga, dijo que la mejor forma de reducir la pobreza es a través de la creación de empleo, y abogó a los países a que trabajen por “invertir la tendencia”