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El duro régimen carcelario que le espera a Matteo Messina, el último capo de la mafia siciliana Cosa Nostra

Está sometido al "41 Bis": aislado, sin acceso a libros y revistas y una visita al mes; el objetivo es impedir que continúe llevando las riendas de la organización mafiosa desde prisión.

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Inspección del último escondite al mafioso Matteo Messina en un pueblo de 10.000 habitantes en Italia
Inspección del último escondite al mafioso Matteo Messina en un pueblo de 10.000 habitantes en Italia.
Foto: AFP

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El último capo de Cosa Nostra, la mafia siciliana, Matteo Messina Denaro (60), ha pasado de tener una vida “prácticamente normal” a pocos kilómetros de su pueblo natal a estar sometido al 41 Bis, el duro régimen carcelario utilizado con los peores jefes mafiosos.

Messina Denaro, prófugo desde 1993, condenado a varias cadenas perpetuas por numerosos homicidios y atentados, fue detenido el lunes en el hospital La Maddalena de la capital siciliana.

El 41 Bis, cuyo objetivo es aislar al “capo” e impedir que continúe llevando las riendas de la organización mafiosa desde la cárcel, ha servido de epílogo inflexible para los peores jefes mafiosos hasta su muerte, como los antecesores de Messina, Salvatore “Totó” Riina y Bernardo Provenzano, que estuvieron 24 y 38 años prófugos, respectivamente.

El reo vive en una celda individual sin contacto con el resto de presos, sin acceso a las zonas comunes; solo en algunos casos se le concede un par de horas al aire libre, siempre solos, y está sometido a una vigilancia continuada por agentes que no tienen contacto con otros funcionarios.

Además, puede recibir -solo en algunos casos- una visita al mes de una hora de sus familiares, separados por una mampara blindada, sin posibilidad de contacto físico, y además se controlará toda su correspondencia y no tendrá acceso a libros o revistas.

Según los medios italianos, el jefe mafioso fue llevado en la noche del lunes en un vuelo militar al aeropuerto de Pescara, en la región central de Los Abruzos, donde la hipótesis más acreditada es que haya sido trasladado a la prisión de máxima seguridad de la capital “L’Aquila”, donde se encuentran un centenar de reclusos bajo el régimen 41 Bis en el que es imposible tener contactos con el exterior.

Arresto de Matteo Messina Denaro, capo de la mafia siciliana prófugo por casi 30 años y condenado a perpetua
Arresto de Matteo Messina Denaro, capo de la mafia siciliana prófugo por casi 30 años y condenado a perpetua.
Foto: AFP

“Vida normal”

La policía italiana allanó la madrugada del martes el escondite de Messina Denaro en Campobello di Mazara, una localidad de 10.000 habitantes, a 10 kilómetros de su ciudad natal, Castelvetrano, en la provincia de Trapani, donde su fallecido padre era temido por liderar la mafia local.

La policía revisó el edificio de dos pisos, pintado de amarillo e ingresó al apartamento donde el padrino se alojaba.

El capo mafioso vivía en ese lugar desde hacía al menos seis meses, en un apartamento reformado, “que demuestra las buenas condiciones económicas del prófugo. Con muebles refinados, de un elevado nivel, pero no de lujo”, reveló a la prensa el comandante provincial de los carabineros de Trapani, Fabio Bottino.

“El escondite de Campobello di Mazara es en realidad una casa en la que Matteo Messina Denaro vivía de forma permanente desde hace algún tiempo”, afirmó el comandante del Cuerpo especial de los Carabineros, el general Pasquale Angelosanto.

Aunque era el hombre más buscado de Italia, el último padrino hacía en realidad una vida muy normal, como lo demuestran los enseres encontrados en su vivienda: ropa de marca, colonias o preservativos, e incluso pastillas de viagra, todos ellos elementos valiosos para revelar ahora la red que lo encubrió.

“Yo no hablaría de refugio, sino de la residencia de un sujeto que hacía una vida prácticamente normal y utilizaba ese apartamento para vivir e irse a curar a Palermo”, aseguró el fiscal que condujo su detención, Maurizio De Lucia.

Por ahora, uno de los pocos investigados es el doctor Alfonso Tumbarello, de 70 años, que se ocupaba del tratamiento médico de Messina, después de comprobarse que era también el médico de Andrea Bonafede, la persona por la que se hizo pasar el mafioso durante los últimos años.

Matteo Messina Denaro
Matteo Messina Denaro.
Foto: AFP

Fin de una época

“La captura (de Messina) significa que se ha cerrado una época de la mafia porque los jefes que ordenaron las matanzas están ya todos en la cárcel”, aseguró a EFE la hermana del emblemático juez Giovanni Falcone, brutalmente asesinado en uno de los atentados por los que se condenó a Messina a cadena perpetua.

Lo mismo opina el escritor antimafia Roberto Saviano. Bajo protección desde que publicara su libro Gomorra (2006), en el que daba rostro a la cruel Camorra napolitana, Saviano dijo a EFE que el arresto del jefe de los Corleoneses “implica el final definitivo de la mafia terrorista” en Italia.

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El “búnker”, la opción de los jefes mafiosos en la clandestinidad

Algunos mafiosos italianos se van a vivir en los trópicos, pero los peces gordos se quedan en el país para seguir reinando en la sombra, aunque eso implique permanecer recluidos en sus escondrijos gran parte del tiempo.

En el corazón de los pueblos y aldeas donde nacieron y cometieron sus primeros crímenes de sagas a menudo sangrientas, cuentan con la protección de cómplices incondicionales, aunque siempre están expuestos a una traición. “Ir a la cárcel para un mafioso es un fracaso. El mafioso quiere morir en su cama, no en una celda”, dice a AFP el periodista especializado Attilio Bolzoni.

Sin embargo, dos de los más temidos padrinos de la mafia siciliana, Toto Riina y Bernardo Provenzano, murieron en la cárcel.

El mismo final le espera a Matteo Messina Denaro, detenido el lunes tras 30 años prófugo, quien se ocultaba a pocos kilómetros de su ciudad natal, Castelvetrano.

Messina ocupaba un apartamento reformado y según los vecinos de Campobello di Mazara salía de día a tomar un café en el bar local, a comer pizza y hacer compras. Se movía con papeles falsos y se hacía pasar por médico. Otros usan pelucas, se visten como mujeres, se someten a operaciones cosméticas.

Los mafiosos en fuga en Italia a menudo se esconden en lo que se llama un “búnker”. Son sótanos convertidos en dormitorios, con baños y cocina, algunos en casas individuales, otros en fincas o pequeños edificios.

En 2016, dos líderes de la ‘Ndrangheta, la mafia calabresa, fueron descubiertos en un miserable “búnker” enclavado en la montaña, en medio de un bosque, donde “vivían como animales”, según explicó el fiscal.

Toto Riina, el capo de Corleone, apodado “La bestia” por su fiereza, vivió en el centro de Palermo hasta su detención en 1993 en una “villa-búnker”.

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