EFE, AFP
El Gobierno de centroderecha de Luís Montenegro tomó posesión ayer martes en Portugal, reemplazando al Ejecutivo del socialista António Costa.
Montenegro y 17 ministros fueron investidos en un acto con la presencia del presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, en el Palacio de Ajuda de Lisboa y no entrarán en plenas funciones hasta que el Parlamento vote el programa de Gobierno.
A la ceremonia acudieron Costa y los integrantes de su último gabinete.
Quien no asistió fue el actual líder socialista, Pedro Nuno Santos, ni tampoco representantes del Bloco de Esquerda y el Partido Comunista Portugués (PCP), y sí estuvo el presidente del ultraderechista Chega, André Ventura.
Montenegro se convierte en primer ministro de Portugal tras vencer con un resultado muy ajustado en las elecciones del pasado 10 de marzo como candidato de la coalición Alianza Democrática, liderada por la formación que preside, el Partido Social Demócrata (PSD).
Con 80 de los 230 asientos del Parlamento y sin haber cerrado pactos con otras fuerzas, Montenegro se ve abocado a gobernar en minoría y siempre que pueda por decreto. El nuevo Ejecutivo, que sucede a tres gobiernos consecutivos de signo socialista, cuenta con el mismo número de ministerios que el último gabinete de Costa, aunque con menos mujeres (7) e independientes (4).
Entre los nombres más destacados de este Gobierno, con un perfil bastante político, está el ex eurodiputado y vicepresidente del PSD, Paulo Rangel, “número dos” del Gobierno de Montenegro como ministro de Estado y de Exteriores. El economista y exdirigente de la bancada del partido de centroderecha Joaquim Miranda Sarmento se pone al frente de la cartera de Estado y Finanzas, y al Ministerio de Economía va Pedro Reis, expresidente de la Agencia para la Inversión y Comercio Externo de Portugal.
Tras la toma de posesión de ayer martes, el gabinete de Montenegro asume algunas de sus funciones, pero no todas, a la espera de que el Parlamento someta a votación su programa, lo que está previsto para la próxima semana.
Montenegro pidió “madurez” y “diálogo” a los agentes políticos, incluida la oposición, y aseguró que su Gobierno no está de paso.
“Este Gobierno está aquí para gobernar los cuatro años y medio de la legislatura”, dijo durante su primer discurso como jefe del Gobierno luso, tras tomar posesión en el Palacio de Ajuda, en Lisboa.
Montenegro defendió que la situación del país exige “espíritu patriótico y capacidad de diálogo” que -según aseveró- su Ejecutivo va a garantizar y que espera lo mismo de la oposición.
Consideró que si su programa de gobierno avanza significará que los partidos opositores les dejarán “trabajar” y ejecutar las medidas.
Y se dirigió directamente al líder de la oposición, el Partido Socialista, que, en su opinión, “debe ser claro y auténtico sobre la actitud que va a tomar: ser oposición democrática o ser bloqueo democrático”.
El nuevo primer ministro hizo un repaso de las prioridades que tendrá su gabinete, como una reducción de impuestos y una reestructuración de los servicios públicos, lo que incluye la presentación de un programa de emergencia para el Servicio Nacional de Salud (SNS).
También anunció que va a abrir un diálogo con todos los partidos con presencia en el Parlamento para recoger sus propuestas sobre el combate a la corrupción, con el objetivo de tener una “síntesis” en un plazo de dos meses y avanzar con diferentes iniciativas.