El intento de asesinato que puede desgarrar aún más a un país que ya estaba profundamente polarizado

El tiroteo se produce en un momento en que Estados Unidos está fuertemente dividido en líneas ideológicas, culturales y partidistas y parece más probable que lo separe antes que lo una.

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El expresidente es retirado del escenario por el Servicio Secreto tras recibir un disparo.
El expresidente es retirado del escenario por el Servicio Secreto tras recibir un disparo.
Foto: AFP

Peter Baker / The New York Times
Cuando el presidente Ronald Reagan fue baleado por un vagabundo que buscaba llamar la atención en 1981, el país se unió para apoyar a su líder herido. Con lágrimas en los ojos, el presidente demócrata de la Cámara de Representantes, Tip O’Neill, fue a la habitación del presidente republicanoen el hospital, le tomó las manos, le besó la cabeza y se arrodilló para rezar por él.

Pero el intento de asesinato contra el expresidente Donald Trump parece más probable que desgarre a Estados Unidos en lugar de unirlo. A los pocos minutos del tiroteo, el aire se llenó de ira, amargura, sospecha y recriminación. Se señalaron con el dedo a los culpables, se plantearon teorías conspirativas y un país repleto de animosidad se fracturó aún más.

El hecho de que el tiroteo en Butler, Pensilvania, el sábado por la noche se produjera dos días antes de que los republicanos se reunieran en Milwaukee para su convención de nominación invariablemente puso el evento en un contexto partidista. Mientras que los demócratas lamentaron la violencia política, que desde hace tiempo han criticado a Trump por alentar, los republicanos culparon de inmediato al presidente Joe Biden y a sus aliados por el ataque, que según ellos se debió a un lenguaje incendiario que calificó al expresidente de protofascista que destruiría la democracia.

El hijo mayor de Trump, su estratega de campaña y un candidato a la vicepresidencia atacaron a la izquierda política en cuestión de horas después del tiroteo, incluso antes de que se identificara al pistolero o se determinara su motivo. “Por supuesto que intentaron mantenerlo fuera de la boleta, intentaron encarcelarlo y ahora vemos esto”, escribió Chris LaCivita, un asesor principal del expresidente. Pero la campaña de Trump pareció pensarlo mejor y el mensaje fue eliminado. Un memorando enviado el domingo por LaCivita y Susie Wiles, otra asesora de alto rango, instruyó a los miembros del equipo de Trump a no hacer comentarios sobre el tiroteo.

De cualquier manera, el episodio podría alimentar la narrativa de Trump sobre ser víctima de persecución por parte de los demócratas.

Después de ser herido en el mitin, Trump, con el rostro manchado de sangre, levantó el puño hacia la multitud y gritó: “¡Luchen! ¡Luchen! ¡Luchen!”.

Se sigue especulando sobre qué motivó exactamente al pistolero, que fue rápidamente abatido por francotiradores del Servicio Secreto. Identificado como Thomas Matthew Crooks, de 20 años, de Bethel Park, Pensilvania, estaba registrado como republicano pero también había donado 15 dólares a un grupo demócrata el día de la investidura de Biden, hace más de tres años. Las autoridades dijeron que todavía estaban investigando su motivo.

El tiroteo se produjo en un momento en que Estados Unidos estaba profundamente polarizado en líneas ideológicas, culturales y partidistas; dividido, a menudo parece dos países. Más que en ningún otro momento en generaciones, los estadounidenses no se ven a sí mismos como parte de una empresa colectiva, sino que se perciben en lados opuestos de las murallas modernas.

Convención de nominación presidencial del Partido Republicano.
Convención de nominación presidencial del Partido Republicano.
Foto: AFP

Las divisiones se han vuelto tan marcadas que una encuesta de Marist en mayo encontró que el 47% de los estadounidenses consideraba que una segunda guerra civil era probable o muy probable en su vida, una noción que impulsó a Hollywood a estrenar una película imaginando cómo sería.

En los últimos años, la violencia política en Estados Unidos en niveles inferiores a la presidencia se ha vuelto cada vez más partidista. La representante Gabrielle Giffords, demócrata por Arizona, resultó gravemente herida en un tiroteo en 2011, lo que provocó críticas airadas a los republicanos por fomentar el odio. El representante Steve Scalise, republicano por Luisiana, ahora líder de la mayoría de la Cámara de Representantes, recibió un disparo y resultó herido durante una práctica de béisbol del Congreso en 2017 por parte de un partidario del senador Bernie Sanders, independiente por Vermont.

Un hombre armado que fue arrestado frente a la casa del juez Brett Kavanaugh en 2022 dijo que quería matar al juez de la Corte Suprema debido a sus posiciones contra el aborto y el control de armas. Más tarde ese año, un hombre armado con un martillo irrumpió en la casa de San Francisco de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, demócrata por California, y golpeó a su esposo, Paul Pelosi.

El caso reciente más famoso de violencia política antes de este fin de semana fue el ataque al Capitolio el 6 de enero de 2021, por parte de partidarios de Trump que intentaban bloquear la certificación de la victoria de Biden.

Los demócratas de la Cámara de Representantes sometieron a juicio político a Trump por instigar el ataque al Capitolio con su lenguaje incendiario en un mitin previo. El expresidente tiene un largo historial de alentar la violencia. Los republicanos le dieron la vuelta a la situación este fin de semana, argumentando que si Trump era responsable de su retórica provocadora, Biden también debería serlo.

“La premisa central de la campaña de Biden es que el presidente Donald Trump es un fascista autoritario al que hay que detener a toda costa”, escribió en las redes sociales el senador J.D. Vance, republicano por Ohio y uno de los favoritos para ser nombrado compañero de fórmula de Trump, dos horas después del ataque del sábado. “Esa retórica condujo directamente al intento de asesinato del presidente Trump”.

Algunos líderes republicanos adoptaron una postura más mesurada. El presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, republicano por Luisiana, en el programa Today de la cadena NBC, dijo el domingo que Trump había sido “tan vilipendiado y realmente perseguido por los medios, las élites de Hollywood, las figuras políticas e incluso el sistema legal”. Pero enfatizó que “ambas partes” tienen “que bajar la temperatura en este país”.

Biden no respondió directamente a las críticas sobre su lenguaje durante dos apariciones televisadas desde el tiroteo, pero condenó rotundamente el ataque y llamó a Trump para expresar su alivio de que no hubiera resultado herido más grave.

El peligro es que la violencia política se normalice y se convierta en otra forma de las interminables guerras partidistas. Un estudio publicado en mayo concluyó que el 11% de los estadounidenses dijo que la violencia a veces o siempre estaba justificada para devolver a Trump a la presidencia, y el 21% dijo que estaba justificada para promover un objetivo político importante.

Pero Garen J. Wintemute, director del Programa de Prevención de la Violencia de la Universidad de California en Davis y autor principal del estudio, dijo que era importante recordar que la mayoría de los estadounidenses todavía rechazaban la violencia política. “Es tarea de esa mayoría hacer conocer sus opiniones, una y otra vez, y de la forma más pública posible”, dijo Wintemute. “Un clima de intolerancia hacia la violencia reduce la posibilidad de que se produzca violencia. La pregunta que tenemos ante nosotros como nación es: ‘¿Se convertirá la violencia en parte de la política estadounidense?’ Cada uno de nosotros, como individuo, debe responder a esa pregunta: ‘No si puedo evitarlo’”.

Robert Kennedy Jr.
Robert Kennedy Jr.
Foto: Archivo El País
candidato independiente

Trump pide protección para Robert Kennedy Jr.

Donald Trump pidió ayer lunes que su rival, el candidato independiente Robert F. Kennedy Jr., conocido como RFK Jr., reciba “inmediatamente” la protección del Servicio Secreto.

“Dada la historia de la familia Kennedy, ¡esto es obviamente lo correcto!”, escribió Trump en su red social Truth Social.

Kennedy, quien se presenta como candidato independiente frente a Trump y el actual presidente demócrata, Joe Biden, para las elecciones de noviembre, dijo hace meses que se le había denegado una solicitud para recibir la protección del Servicio Secreto.

El domingo, tras el atentado contra Trump, dos legisladores, el republicano Mike Lawler y el demócrata Ritchie Torres, anunciaron que presentarían un proyecto de ley para proporcionar “protección reforzada del Servicio Secreto” a Biden, Trump y RFK Jr durante la campaña para las elecciones de noviembre.

Kennedy, que no tiene posibilidades de ganar las elecciones según los sondeos, proviene del clan político más famoso de Estados Unidos. Su más famoso familiar es u tío John F. Kennedy, el presidente asesinado en Dallas, Texas, en 1963. Cinco años después, el padre del candidato, Robert, murió a tiros en Los Ángeles, luego de un mitin electoral en un hotel. [EFE]

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