A seis meses de las PASO y casi ocho de las elecciones generales en Argentina, la campaña se dio por inaugurada ayer con la formalización de la candidatura de Horacio Rodríguez Larreta, jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y miembro del partido opositor Juntos por el Cambio. Al mismo tiempo, el kirchnerismo evidencia su fractura tras la decisión de cuatro legisladores oficialistas de abandonar el Frente de Todos. A esto se suma el alejamiento del presidente Alberto Fernández -en sentido literal y figurado-, que el miércoles se dirigió a los argentinos en cadena nacional desde la Antártida y evitó referirse a la interna política.
Rodríguez Larreta agitó la creciente pelea interna en Pro. El referente de Juntos por el Cambio optó por un formato enlatado para oficializar que se anota en la carrera electoral de 2023: el miércoles por la noche difundió un tuit en el que sugirió que se anotaba en la contienda y ayer al mediodía publicó un video en sus redes sociales para confirmar su deseo de disputar la presidencia.
Tal como habían anticipado sus colaboradores, Larreta se lanzó con un fuerte mensaje antigrieta, con el que busca confrontar con el modelo de los sectores más combativos del macrismo.
Sin identificar el blanco de sus dardos y en momentos en que la vicepresidenta Cristina Kirchner y el expresidente Mauricio Macri preservan el protagonismo en las dos coaliciones dominantes, el jefe porteño apuntó contra los polarizadores.
“Los únicos que se benefician con la grieta son los que la abrieron, los que se aprovechan de ella”, lanzó. Y quien apoyó con “peros” la decisión de Larreta fue justamente Macri, que celebró el anuncio pero advirtió que habrá una competencia transparente.
A través de sus redes sociales, Macri dijo: “Celebro y apoyo que Horacio haya presentado hoy oficialmente su precandidatura. Yo creo profundamente en la competencia. Creo que de la tensión que produce la voluntad de ganar, siempre salimos favorecidos”.
Los chispazos ya se sienten en la interna. El miércoles por la noche, Patricia Bullrich, la principal competidora de Larreta, se anticipó al lanzamiento del jefe porteño y salió a cuestionar su visión antigrieta: “No hay lugar para respuestas tibias ante la triste realidad que sufren los argentinos”, resaltó. Por esas horas Macri se mostraba con María Eugenia Vidal, otra dirigente con aspiraciones presidenciales, quien desembarcó ayer en Rosario, en Santa Fe, en una nueva parada de su gira nacional.
Candidato de carrera en la gestión pública
Con 57 años, porteño de nacimiento y economista de profesión, Horacio Rodríguez Larreta gobierna la capital desde 2015. En 1993, durante el Gobierno de Carlos Menem, se estrenó en la gestión pública al sumarse a la Subsecretaría de Inversiones del Ministerio de Economía; dos años después fue designado gerente general de la Administración Nacional de la Seguridad Social y en 1998 se incorporó como subsecretario de Políticas Sociales. En el 2000, durante el Gobierno de Fernando de la Rúa, fue interventor del Programa de Atención Médica Integral y presidió el Instituto de Previsión Social de la provincia de Buenos Aires. A finales de 2001 fue nombrado director general de la Dirección General Impositiva y, tras el estallido de la crisis, se volcó en la política activa de la mano de Mauricio Macri, con quien en 2005 fundó el Pro.
Crisis
“Motiva mi decisión, en primer término, la distancia cada vez mayor que siento respecto al rumbo de gestión del presidente de la Nación, Alberto Fernández, alejado -a mi humilde entender- de las prioridades que nuestro pueblo demanda”, sostuvo en su renuncia Guillermo Snopek, senador por Jujuy, en la carta en la que comunicaba su salida del bloque Frente de Todos, que por estas horas vive una nueva crisis.
Fuentes cerca de Fernández coincidieron en ver y manifestar una “profunda preocupación” por el impacto que tiene la ruptura del bloque a nivel político y sus consecuencias en la gestión. “Eso es lo único grave acá”, dijo un funcionario de primera línea que evitó la confrontación con sus socios políticos.
Las tareas que hacemos en la Antártida son vitales para la humanidad.
— Alberto Fernández (@alferdez) February 22, 2023
El mundo nos mira. Por eso, desde el final del mundo, vengo a hablarles de nuevos inicios, de principios. Comienza un mañana de paz y prosperidad. Unidos, lo estamos haciendo posible.#AlSurNuestroCorazón🇦🇷❤️ pic.twitter.com/96Jsc9d9mB
Agregaron que “Fernández hizo lo imposible” para que esa ruptura no sucediera. “Ellos querían hace rato tener un bloque propio, de ‘peronismo puro’, por llamarlo de algún modo y Alberto hizo mucho para que se mantuvieran adentro”, detalló una fuente a La Nación, en alusión a la dimensión del impacto de lo sucedido. Más alejados del albertismo, en el oficialismo, hubo quienes pusieron en duda que la actitud de Snopek sea “autónoma” y creyeron ver la “mano del kirchnerismo” detrás de la decisión del legislador, que tomaron también tres senadores más: María Eugenia Catalfamo, Edgardo Kueider y Carlos Espínola.
No obstante, la medida también implica que Cristina pierda de manera definitiva el control de la Cámara alta, que mantuvo con mano de hierro desde diciembre de 2019, cuando se convirtió en vicepresidenta.
En base a AFP y La Nación (GDA)