El mayor desafío económico del presidente brasileño: alcanzar el déficit fiscal cero en 2024

El proyecto de presupuesto que se envió al Congreso prevé una recaudación de US$ 34.000 millones el próximo año. Además Lula promueve un nuevo impuesto para los ricos.

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Luiz Inacio Lula Da Silva
Luiz Inacio Lula Da Silva.
Foto: AFP

Redacción El País
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, envió al Congreso el proyecto de presupuesto para 2024 con una meta de déficit fiscal cero. “Estamos entregando un presupuesto con el objetivo de alcanzar, a pesar de las dificultades, la meta (de déficit) cero el año que viene”, declaró la ministra de Planificación, Simone Tebet.

Tebet y el ministro de Hacienda, Fernando Haddad, entregaron el jueves al Congreso el Proyecto de Ley del Presupuesto de 2024.

El nuevo marco fiscal prevé un resultado primario, como se conocen las cuentas del Estado -diferencia entre gastos e ingresos- sin los intereses de la deuda pública, sin déficit ni superávit en 2024, con un margen de tolerancia de 0,25 puntos porcentuales.

Para alcanzar ese objetivo, el Gobierno necesitará de unos “ingresos brutos” de 168.000 millones de reales (unos 34.000 millones de dólares) el próximo año, apuntó Tebet.

Si se descuentan las transferencias obligatorias a estados y municipios, la necesidad de ingresos se reduce a 129.000 millones de reales (unos 26.060 millones de dólares), la misma cantidad prevista en la expansión del gasto anual, detalló la ministra.

No obstante, Haddad, por su parte, dijo que el escenario fiscal para el próximo año es “desafiante”. Brasil enfrentaba “un problema crónico”, que es la “erosión de la base fiscal del Estado”, “perdiendo condiciones de abordar el problema presupuestario y demostrar la robustez del Estado brasileño”, aseveró Haddad.

El nuevo régimen fiscal establece que el crecimiento del gasto público anual será limitado al 70% de la variación de la recaudación tributaria de los últimos doce meses y dejará de tener a la inflación como única referencia.

En ese sentido, de acuerdo con los ministros, los gastos previstos en 2024 serán con un aumento del 1,7% por encima de la inflación y dentro de la margen de tolerancia del 2,5%.

De otro lado, Tebet indicó que bajo el nuevo marco fiscal el salario mínimo mensual a partir de 2024 será de 1.421 reales (unos 287 dólares) y con un aumento del 7,7% con respecto al de este año.

Rentas elevadas

El lunes, el presidente Lula también envió al Congreso otro proyecto de ley que es parte del paquete de medidas para obtener la meta de déficit cero en 2024.

Las medidas anuncias por Lula el lunes buscan aumentar los ingresos, y forman parte de los acuerdos alcanzados con el Congreso la semana pasada.

Este paquete de medida modifica la tributación de los fondos exclusivos y de los fondos offshore (en el extranjero), ambos destinados a rentas muy elevadas.

Hambre Cero II

Otro proyecto anunciado por Lula esta semana fue el rebautizado “Brasil sin Hambre”, heredero del “Hambre Cero” de su primer gobierno hace veinte años.

El nuevo programa incluye 80 acciones hasta 2030 para erradicar el hambre y reducir los índices de pobreza en Brasil.

“El problema es que la renta no es repartida en igualdad de condiciones. Unos comen diez veces al día y otros no comen en diez días. Necesitamos corregir eso. Por eso tengo la obsesión de combatir el hambre”, dijo Lula en una ceremonia en la ciudad de Teresina, acompañado de varios de sus ministros.

Según estimaciones oficiales, el año pasado había 33 millones brasileños en situación de inseguridad alimentaria grave y más de la mitad de la población sufría ese problema en algún grado.

El programa está cimentado en tres ejes: la “distribución de la riqueza”; el fomento de una alimentación de calidad en toda la cadena; y la movilización de todos los sectores sociales.

Pulseada con el Central

Lula también protagonizó esta semana una polémica con el Banco Central brasileño. El presidente volvió a exigir una nueva reducción de las tasas de interés, a fin de que el dinero “circule” entre los pobres y se acelere el crecimiento.

“El dinero tiene que estar en manos de quien produce alguna cosa, de quien trabaja”, pues así “se genera más empleo, más comercio” y la economía avanza, aseguró en la ciudad de Fortaleza, donde anunció nuevos planes de microcréditos para trabajadores urbanos y rurales.

Como en otras ocasiones, dejó un mensaje para el presidente del Banco Central, Roberto Campos Neto, a quien no citó por su nombre, y dijo que “ese ciudadano” debe “entender que el dinero que existe en el país tiene que circular y estar en las manos de mucha gente”.

A principios de agosto pasado, después de un año sin tocarlos, el Banco Central redujo los tipos de interés de referencia del 13,75% al 13,25 % anual, y dentro de unos días deberá volver a revisar esos niveles, que según Lula aún son muy elevados.

Lula también volvió a criticar una ley aprobada en 2021, durante la gestión de su antecesor, Jair Bolsonaro, que estableció la autonomía del Banco Central.

“El jefe del Banco Central fue nombrado por el Gobierno anterior y entonces ahora es autónomo y no conversa conmigo”, declaró Lula, quien apuntó que, como presidente del país, ya no puede “interferir” en las decisiones del instituto emisor.

Sin embargo, aseguró que el Gobierno, a través de los bancos públicos, “seguirá ayudando a los más pobres” con créditos a tasas preferenciales. (Con información de EFE y OGlobo/GDA)

Además

La economía brasileña se desacelera y crece 0,9% en el segundo trimestre

La economía brasileña creció un 0,9% en el segundo trimestre del año con respecto a los tres meses anteriores, impulsada por el sector industrial y de servicios.

El resultado superó las expectativas del mercado, que esperaba una expansión del PIB brasileño próxima a cero.

En comparación con el segundo trimestre de 2022, Brasil creció un 3,4% entre abril y junio pasados, informó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).

Así, en los primeros seis meses de 2023 acumula un alza del 3,7%, mientras que en la comparación interanual el crecimiento es de 3,2%. La subida del segundo trimestre fue positivamente impactada por la industria y los servicios, que aumentaron 0,9% y 0,6%, respectivamente, frente a los tres primeros meses del año.

El sector servicios tiene un peso fundamental en la economía brasileña, ya que representa alrededor de un 70% del PIB del país.

También presentó un buen resultado el consumo de las familias, que se incrementó un 0,9% en el trimestre, favorecido por “la mejoría del mercado de trabajo, el crecimiento del crédito y varias medidas del Gobierno, como incentivos fiscales, subsidios sociales y planes para reducir el precio de los automóviles”, según el IBGE.

La nota negativa la puso el sector agropecuario, que retrocedió un 0,9% frente a los tres primeros meses del año, mientras que la inversión se estancó con un alza de apenas un 0,1%.

A pesar del crecimiento del segundo trimestre, el resultado indica una desaceleración con respecto al primer trimestre, cuando el PIB brasileño creció un 1,8%, tendencia que se espera que se acentúe a lo largo del segundo semestre.

Según las previsiones del mercado y el Gobierno, Brasil crecerá este año entre un 2,3 y un 2,5%, porcentaje inferior a los registrados en 2021 (5,0%) y 2022 (2,9%).

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