Por una noche, muchos decidieron dejar de lado los presupuestos cada vez más ajustados por la inflación y un virus que todavía causa estragos en China para sumarse al ambiente festivo de Nocheviejatras años marcados por el covid.
Sin las restricciones sanitarias de los últimos años, en Río de Janeiro, la mítica playa de Copacabana esperaba recibir más de dos millones de personas para un show de fuegos artificiales de 12 minutos y una decena de conciertos.
Son días conmocionados en Brasil, que se despide con tres días de duelo de la leyenda del fútbol Pelé y espera, este 1 de enero, la asunción al poder del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva tras cuatro años de gobierno del ultraderechista Jair Bolsonaro.
"Hay una esperanza de un gobierno nuevo que vea más la salud de las personas", desea la carioca Ana Carolina Rodrigues, como muchos vestida de blanco como es tradición en los festejos de Año Nuevo en la ciudad más famosa de Brasil.
Los Campos Elíseos de París se llenaron con alrededor de un millón de personas, desde jóvenes con ganas de fiesta y champán hasta niños en carritos, para contemplar los fuegos artificiales en la capital francesa.
"Estamos aquí por el ambiente, para pasar un buen rato y estar juntos", dijo Ylies Hachelef, de 19 años, mientras jugaba con un grupo de 10 amigos a la espera de la medianoche. "¡Es bonito!".
Horas antes, Sídney fue de las primeras grandes ciudades en adentrarse en 2023, retomando su corona de "capital mundial de la Nochevieja" tras dos años de confinamientos o festejos suspendidos en Australia por el covid.
"Ha sido un año bastante bueno para nosotros, dejar atrás el covid por supuesto es genial", dijo a la AFP David Hugh-Paterson, cerca de la Ópera.
En Madrid, que ya hace un año fue de las pocas ciudades europeas con festejos normales de Nochevieja, miles de personas se congregaron en la Puerta del Sol para comer doce uvas al ritmo de las campanadas de medianoche.
Y en Londres, multitudes se reunieron a orillas del Támesis para observar por primera vez tras tres años de cancelaciones el espectáculo pirotécnico y audiovisual de fin de año, que en esta ocasión rindió homenaje a la difunta reina Isabel II.
En Nueva York, enormes cantidades de confeti cayeron sobre la multitud después de la famosa caída de la bola en Times Square, una tradición que se remonta a 1907 y atrae a numerosos curiosos.
Bajo una fría lluvia, la turista mexicana Fabiola Cepeda esperó durante ocho horas en la emblemática plaza. "Definitivamente, vale la pena", dijo.
En Oriente Medio, los Emiratos Árabes Unidos recibieron el nuevo año con un espectáculo pirotécnico desde el Burj Khalifa de Dubái, el rascacielos más alto del mundo con 830 metros.
Unas luces láser acompañaban el espectáculo y formaban mensajes como "Abrazados de nuevo", en una aparente referencia a las restricciones anticovid que empiezan a pasar a la historia.
Pero el virus no ha desaparecido como demuestra la situación en China que, tras desmantelar su estrategia de contención, se enfrenta a un repunte de contagios que presiona hospitales y crematorios y ha llevado a cancelar algunos festejos.
"Todavía estamos en un momento difícil", pero "la luz de la esperanza está ante nosotros", afirmó el presidente Xi Jinping en un discurso televisado de Año Nuevo.
AFP