The New York Times
Decenas de líderes mundiales, incluido el rey Carlos III, se unieron este lunes a un grupo cada vez más reducido de sobrevivientes de los campos de concentración nazis en el sur de Polonia para conmemorar el 80 aniversario de la liberación de Auschwitz por parte del Ejército Rojo, donde más de 1,1 millones de personas, en su mayoría judíos, fueron asesinadas. Un día de ceremonia solemne, ensombrecido por un resurgimiento del nacionalismo en Alemania y varios otros países europeos, comenzó temprano este lunes cerca de una antigua cámara de gas y crematorio en la ciudad polaca de Oswiecim, cuyo nombre fue germanizado a Auschwitz durante la ocupación de Polonia por Adolf Hitler entre 1939 y 1945.

La conmemoración comenzó con los sobrevivientes de Auschwitz —que eran miles al final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, pero la mayoría han muerto desde entonces— caminando hacia un patio entre dos antiguos cuarteles de ladrillo rojo para colocar velas encendidas en el Muro de la Muerte.

El muro, flanqueado por un lado por un edificio en el que los médicos de las SS llevaron a cabo experimentos grotescos y a menudo fatales con las reclusas, es el lugar donde los nazis ejecutaban a prisioneros y combatientes de la resistencia polaca. Sigue lleno de agujeros de bala.

Al otro lado del patio tuvo lugar la ceremonia de apertura. Fue en el edificio donde, en septiembre de 1941, las SS probaron por primera vez el uso de Zyklon B, un pesticida a base de cianuro inventado en Alemania y posteriormente utilizado para asesinatos en masa en cámaras de gas.

Los supervivientes, ancianos, muchos de ellos enfermos y que caminaban con bastones o eran sostenidos por parientes jóvenes, se detuvieron brevemente y en silencio junto al muro después de colocar sus velas. Les siguieron el presidente de Polonia, Andrzej Duda, y Piotr Cywinski, director del Museo de Auschwitz-Birkenau. Ambos se persignaron junto a una hilera de coronas con rosas rojas y blancas.

La bandera del museo de Auschwitz, con rayas azules y blancas (las mismas que las de los uniformes que todos los prisioneros tenían que llevar antes de ser gaseados o enviados a trabajar como esclavos en fábricas alemanas fuera del campo) ondeaba en una hilera de astas sobre el muro.

Ronald S. Lauder, presidente del Congreso Judío Mundial y presidente de la Fundación Memorial de Auschwitz-Birkenau, dijo en una entrevista que “este es el aniversario más importante que vamos a tener debido a la disminución del número de sobrevivientes y por lo que está sucediendo en el mundo hoy”. “Pensábamos que el virus del antisemitismo estaba muerto”, dijo, “pero estaba escondido”.

Menos de 50 sobrevivientes participan en la conmemoración de este lunes, menos de la mitad de los que asistieron al 75 aniversario. “En cinco años, quedarán muy pocos”, dijo Lauder. “Y los que aún estén vivos no tendrán la energía para ir”.

Sin embargo, el número de dignatarios extranjeros sigue creciendo. La lista de invitados de este año, la más grande de la historia, incluye a decenas de líderes gubernamentales y al menos ocho reyes y reinas. Entre ellos se encuentran el canciller saliente de Alemania, Olaf Scholz, y su presidente, Frank-Walter Steinmeier.

A menos de un mes de que Alemania celebre elecciones generales, Scholz, su probable sucesor, Friedrich Merz, y otros políticos alemanes tradicionales están luchando por frenar el apoyo a Alternativa para Alemania, un partido de extrema derecha ampliamente visto como un peligroso retroceso al nacionalismo que llevó a Hitler al poder en la década de 1930. En un mitin electoral el sábado en el este de Alemania, los políticos de AfD y Elon Musk, importante asesor del presidente Donald Trump, que habló por enlace de video, instaron a los alemanes a no sentirse culpables por los crímenes de la era nazi de sus abuelos.

El domingo, el primer ministro polaco Donald Tusk dijo que eso y los llamados a una “Gran Alemania” en la manifestación “sonaban demasiado familiares y siniestros, especialmente sólo horas antes del aniversario de la liberación de Auschwitz”.

Ninguno de los líderes que asistirán al evento del lunes hablará. Como parte de los eventos del aniversario, la casa donde el comandante nazi de Auschwitz vivió con su familia —que fue el tema de la película ganadora del Oscar “Zona de interés”— abrió a los visitantes por primera vez después de que sus propietarios polacos la vendieran al Proyecto Contra el Extremismo, un grupo con sede en Nueva York.

Foto: AFP

Cywinski, el director del Museo de Auschwitz-Birkenau, dijo que su institución estatal quería evitar los discursos políticos y poner a los sobrevivientes y el recuerdo de las víctimas nazis en el centro de los eventos del lunes.

“La memoria”, dijo en una entrevista, “no es sólo llorar cuando miras al pasado, no es sólo empatía cuando miras a las víctimas. Esto no es suficiente. “Creo que la memoria es realmente la clave de los tiempos actuales y la clave para encontrar nuestra posición hoy”.

En un breve discurso ante la televisión polaca, Duda, el presidente, dijo que su país tenía un deber especial de preservar la memoria. “Nosotros, los polacos, en cuya tierra, ocupada en ese momento por los alemanes nazis, los alemanes construyeron esta industria de exterminio y este campo de concentración, somos hoy los guardianes de la memoria”, dijo.

“Siempre recordaremos y, a través de este recuerdo, el mundo nunca más permitirá que ocurra una catástrofe humana tan dramática”, agregó.

La delegación estadounidense está encabezada por Steve Witkoff, enviado de Trump a Oriente Medio, que desempeñó un papel clave en la negociación de un reciente acuerdo de tregua en la Franja de Gaza entre Israel y Hamás, y Howard Lutnick, el candidato de Trump para secretario de Comercio.

Rusia, que solía participar regularmente en los actos de aniversario en Auschwitz, no fue invitada a la conmemoración de este año, a pesar de la liberación del campo por parte del ejército soviético en enero de 1945. Los representantes de Moscú han sido desterrados de los actos de aniversario desde el inicio de la invasión rusa a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, que el Kremlin justificó con el falso pretexto de que Ucrania, cuyo presidente es judío, estaba dirigida por nazis. Ucrania fue invitada y estará representada por su presidente, Volodimir Zelenski.

Rusia, bajo la presidencia de Vladimir Putin, ha convertido el papel soviético en la derrota de Hitler en un culto nacional. Nunca se menciona el hecho de que la Unión Soviética fue efectivamente aliada de Hitler hasta 1941, cuando los nazis comenzaron a gasear a los judíos en Auschwitz. Moscú y Berlín firmaron un pacto de no agresión en 1939 que condujo a la invasión de Polonia por las fuerzas nazis y soviéticas más tarde ese año.

Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, arremetió contra los organizadores polacos de la conmemoración del lunes, diciéndoles que "sus vidas, trabajos, entretenimiento y la existencia misma de su pueblo, sus hijos, han sido pagados con la sangre de los soldados soviéticos que derrotaron al Tercer Reich".

Voces pro-ucranianas en las redes sociales respondieron afirmando que las tropas ucranianas, no rusas, habían liberado Auschwitz. Las primeras tropas que llegaron al complejo de exterminio de Auschwitz-Birkenau pertenecían al 60º Ejército del Primer Frente Ucraniano, una fuerza soviética compuesta por soldados de toda la Unión Soviética. Liberaron a unos 7.000 prisioneros del campo principal de Auschwitz, del cercano Birkenau y de un campo de trabajo en Monowitz.

Las luchas políticas de Oriente Medio también han influido, con activistas propalestinos que exigen que Polonia detenga a los miembros de la delegación israelí, que se espera que esté encabezada por el ministro de Educación, Yoav Kisch, por lo que ellos llaman “genocidio” en Gaza. El año pasado, la Corte Penal Internacional emitió una orden de arresto contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.

Aunque no se esperaba que Netanyahu asistiera, el gobierno polaco anunció este mes que todos los funcionarios israelíes que acudieran estarían a salvo de ser arrestados.

Por Andrew Higgins

Foto: AFP