Desde el momento mismo en que se llega a la sede de la Unión Europea (UE) en Bruselas, el mensaje es contundente: la UE está cambiando desde la guerra en Ucrania y quiere hablar más alto y claro.
Así lo manifestaron ayer lunes los representantes del bloque a un grupo de periodistas de Uruguay y Argentina que fueron invitados por la organización para conocer su funcionamiento de primera mano; entre ellos El País.
Ya desde los carteles en los pasillos internos de los edificios que forman la sede se leen mensajes que se refieren a “la información falsa que promueve Rusia” sobre la guerra y las sanciones de la UE; la Unión Europea versus la desinformación que ya superó los 20 millones de personas en 2022 y continúa, “la manipulación informativa del régimen de Lukashenko” que atenta contra la democracia, cómo el pro-Kremlin “explotó la situación en Kazakistán”.
“Seremos menos ingenuos y queremos ser más claros a la hora de defender nuestros intereses”, dijo un alto funcionario del servicio exterior de la UE en relación a la transición que están operando. “Por ejemplo, ya no decimos solo que apoyamos a Ucrania, sino que la defensa de Ucrania es la defensa del territorio europeo. Estamos defendiendo la seguridad europea”, agregó.
En ese relato “más claro”, los principales frentes en los que se centra el bloque actualmente son: defensa de su territorialidad y soberanía, abastecimiento energético, cambio climático, migración e información como herramienta de poder y del derecho.
Los altos representantes de la UE -que hablaron off the record- también están fuertemente enfocados en modificar algunas bases de sus dinámicas, tal como hicieron en el pasado ante otras crisis (desde el coronavirus hasta el Brexit, entre muchas otras). Y en esa línea, se han propuesto reforzar más que siempre la seguridad europea (“no va a haber un ejército europeo como se rumorea” -dijeron-, dado que para eso está la OTAN), pero sí han realizado revisiones de sus presupuestos y aprobado nuevos desembolsos para aumentar la defensa; también lo están haciendo sus países miembros.
La UE cuenta ahora (posterior al comienzo de la guerra en Ucrania) con un fondo de defensa, que tiene previsto destinar 832 millones de euros para 41 proyectos de defensa industrial. Además, está trabajando fuertemente en un fondo de agricultura, al que consideran fundamental ante los riesgos de cambio climático que ya hace estragos en la economía europea. Si bien ambas son áreas en las que hay desarrollos, aún la cooperación entre los países miembros es escasa y se busca potenciar.
Asimismo, el European External Action Service (EEAS), que es el servicio exterior de la UE, cumple funciones similares a un ministerio de Defensa y se muestra muy activo en esa materia con sus diversas misiones últimamente.
Recientemente el canciller alemán, Olaf Scholz, propuso la creación de un Consejo de Ministros de Defensa en la UE y podría prosperar, aunque se requiere cambiar un tratado en la materia, entre otros pasos.
El presupuesto de la UE 2021-2027 se asigna a siete grandes frentes: mercado unificado, innovación y economía digital; cohesión, resiliencia y valores (democracia, libertades y derechos); recursos materiales y medio ambiente; migración y gestión de fronteras; seguridad y defensa; vecindad y el mundo; administración pública europea; para un total de 2.018 miles de millones de euros. Más de la mitad van para “cohesión, resiliencia y valores” y le sigue “medio ambiente”. Entre los de menor asignación está el de migración.
La UE le ha estado enviando cuantioso armamento a Ucrania, mucho más de lo previsto inicialmente, incluyendo servicios de entrenamiento militar a sus oficiales. El fondo para financiar armamento a Ucrania está en los 7.000 millones de euros, y se va a ampliar.
¿Qué pasará con todo ese arsenal cuando termine la guerra? “Dependerá de cada país, de los acuerdos que se hayan establecido. Sí hay una cooperación conjunta en cuanto a municiones”, respondió un experto de la Comisión Europea.
En 2021 crearon un Centro de Coordinación de Crisis, que hoy en día monitorea principalmente las situaciones en Ucrania, Sudán, Kosovo y Servia, Mali y Burkina Faso. También existe un Centro de Inteligencia, con el tema la invasión rusa en su mira principal.
Lula y Maduro aún no confirmaron
El ambiente en el Parlamento y Comisión Europea es de expectativa en relación a la próxima reunión UE-Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños), que tendrá lugar en Bruselas el 17 y 18 de julio. La última reunión fue en 2015.
La UE espera la asistencia de todos los mandatarios invitados, algunos de los cuales ya han confirmado su presencia. Pero la gran incógnita es el presidente de Brasil, Inácio Lula da Silva, pieza fundamental considerando que su país es la potencia de esta región. Sin embargo, no está claro si asistirá en persona.
También existen dudas sobre si el mandatario de Venezuela viajará al encuentro. La UE incluyó a Venezuela y Nicaragua, dado que -según manifestaron sus representantes- la forma de desarrollar acuerdos con América Latina es posible “siendo más inclusivos”. Hay que aclarar que las sanciones de la UE no son hacia países sino a personas, y éstas no han recaído sobre la figura de Maduro.
Sobre Uruguay, se espera la presencia del presidente Luis Lacalle Pou. Se anunciará un acuerdo de entendimiento entre la UE y Uruguay en materia de hidrógeno verde.
También se anunciarán acuerdos comerciales con México y Chile, este último en temas vinculados a la producción de litio.
Se está finiquitando una declaración conjunta de la UE y la Celac, “larga y completa” -dijo una fuente de la UE- en la que se mencionarán los derechos humanos, sin condenar a ningún gobierno de la región. Los temas del encuentro destacarán una “alianza digital europea” a la que los países de la Celac podrán adherirse, temas de transición “verdes” (en el marco de programa Euro Clima), apoyo en salud e investigación, entre otros.
Mensajes, migración y otros temas en agenda
La manipulación de la información y, por otro lado, la migración hacia Europa son también temas prioritarios en la agenda europea.
Sobre el primero, el bloque considera que si circula información falsa en las redes sociales, esto estaría en el marco de la libertad de expresión, pero no cuando la misma es premeditada o deliberada para desestabilizar. Ante esos casos, está previsto el reforzamiento de leyes, normas y prácticas para atacar este fenómeno, en franco aumento en todo el mundo.
Sobre la crisis migratoria, la UE ha recibido fuertes señalamientos de no hacer lo suficiente para evitar las tragedias migratorias, muchas de las cuales se podrían haber evitado según las ONG, Reporteros Sin Fronteras (RSF), entre otras organizaciones. Consultado por El País al respecto, un experto de la UE reconoció que, hace unos 8 años, cuando comenzó la crisis migratoria, la UE pudo “hacer poco” porque no hubo consenso sobre el tema entre los países miembro, sobre todo ante temores de que los migrantes del sur de Europa podían cambiar la situación doméstica. Actualmente desarrollan un sistema a través del cual los países se comprometen a aceptar a los migrantes y, en caso de no querer hacerlo, deberán pagar 20.000 euros por persona. Ese proyecto requiere aprobación a tres niveles dentro de la estructura de la UE y está en curso.
De las 27 misiones de la UE, once son militares, fundamentalmente en África, el Golfo, el Cáucaso, Libia y Palestina. Una de las misiones creadas en los últimos tiempos es la de Mozambique. Reforzar las fuerzas de algunos países en conflicto y apoyar la estabilidad en las regiones ayuda a controlar la migración hacia Europa, además de pesar el interés del bloque en los recursos energéticos de África, entre otras partes del mundo.
Más allá de la escalada rusa y el poderío chino, el jefe de la diplomacia europea, Joseph Borrell, está abocado específicamente en las negociaciones de paz en el conflicto entre Kosovo y Serbia.
Nueva estrategia para América Latina 2023
La Unión Europea (UE) cambió su estrategia hacia América Latina y el Caribe fundamentalmente a partir de junio, al destinar más inversiones y ayudas en temas estratégicos.
El presupuesto para esta región (se establece cada siete años) asciende a 3,7 mil millones de euros, no reembolsables ,y que buscan apalancar otras inversiones.
Esto es el marco del Global Gateway, que consiste en una visión para apuntalar proyectos en materia de cambio climático, energías verdes, transporte limpio, salud y educación, entre otros temas que la UE considere importante para apoyar, algunos de los cuales se están presentando y evaluando. Ya varios proyectos se concretaron o están en marcha.
Algunos de los temas que está manejando la UE son abordados con miras a la próxima COP, como por ejemplo las reuniones que el bloque ha mantenido con Costa Rica en los últimos meses.
Para seleccionar los proyectos, la UE reconoce que las exigencias son altas, aunque los expertos en esta materia del lado europeo defienden que esa exigencia es justamente la que hará los productos o serjustamente que se generen, más competitivos y de mayor valor agregado, por lo que ven este apuntalamiento como una oportunidad de desarrollo. Aclararon, además, que existe una “variedad de estándares”, y apoyo para alcanzar los niveles de exigencia.
La UE le dio especial importancia al acuerdo con el Mercosurr; los expertos en negociaciones del bloque europeo en Bruselas esperan en estos días una respuesta sobre el documento adicional que presentaron, aunque Brasil por ahora no da señales de cuándo lo hará.