AFP
El papa Francisco nombró ayer 21 cardenales, entre ellos cinco latinoamericanos y dos españoles, que en su mayoría podrán elegir a sucederlo.
Francisco, el primer papa latinoamericano, se ha esmerado en diseñar un Sacro Colegio menos occidental y más orientado hacia el hemisferio sur.
La solemne ceremonia, el noveno Consistorio Ordinario desde la elección del pontífice en 2013, fue celebrada en la plaza San Pedro del Vaticano ayer durante la mañana.
Los nuevos cardenales vestidos de rojo escarlata -color que evoca la sangre derramada por Cristo en la cruz- se arrodillaron frente al Papa para recibir el birrete cardenalicio y un anillo distintivo. “¡Valor!”, “¡Ánimo!”, dijo el papa para animar a los nuevos cardenales que fueron acompañados por los vítores de los fieles.
Entre los nuevos cardenales figuran diplomáticos, consejeros cercanos y hombres con mucha experiencia, perfiles que reflejan las prioridades fijadas por Jorge Bergoglio, de 86 años. Entre los 21 nuevos prelados que acompañarán al papa en el gobierno de la Iglesia, 18 tienen menos de 80 años, por lo que podrán participar al cónclave que elegirá el próximo pontífice.
En la ceremonia, Francisco celebró que los nuevos cardenales provengan “de todas partes del mundo” y comparó al colegio cardenalicio a “una orquesta sinfónica” donde “la diversidad es indispensable” y cada músico “debe escuchar a los demás”.
Sensible a las “periferias” y a las comunidades minoritarias, Francisco busca promover al clero de los países en desarrollo a los más altos rangos de la Iglesia, rompiendo con la práctica de destacar sistemáticamente a arzobispos titulares de grandes diócesis.
El nombramiento de los cardenales será seguido de cerca por los observadores en busca de indicios acerca del rumbo de la Iglesia.