El papa Francisco califica de “odio” las trabas al rescate de migrantes en el mar Mediterráneo

Con la llegada del gobierno de Meloni, Italia ha endurecido las reglas que permiten a las ONG rescatar migrantes.

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Papa Francisco
Papa Francisco.
Foto: AFP

AFP Y EFE
El papa Francisco agradeció ayer viernes la labor que hacen las ONG rescatando a migrantes en el Mediterráneo y aseguró que los intentos de ponerles trabajas es “odio disfrazado de equilibrio”.

El papa habló en la ciudad francesa de Marsella ante el monumento dedicado a los marineros y migrantes muertos en el mar frente la basílica Nuestra Señora de la Guardia.

Entre el público había varias miembros de ONG que se ocupan del rescate de migrantes en el Mediterráneo como la italiana Mediterránea o SOS Mediterranee, cuyos barcos han sido bloqueados varias semanas y obligados a pagar multas por no cumplir con las normativas impuestas por el gobierno de Giorgia Meloni en Italia.

Con la llegada del gobierno de Meloni, Italia ha endurecido las reglas que permiten a las ONG rescatar migrantes en el Mediterráneo y periódicamente sus naves sufren bloqueos judiciales o reciben multas por infringir estas nuevas normas.

Anteriormente, el arzobispo de Marsella, el cardenal Jean-Marc Aveline, había criticado en presencia del papa a los gobiernos que impiden a las ONG salvar migrantes en el Mediterráneo y aseguró que “es un delito igualmente grave”.

“Cuando las instituciones políticas prohíben a las organizaciones no gubernamentales e incluso barcos que pasan por estas aguas socorrer a los náufragos, esto es un delito igualmente grave y una violación del derecho marítimo internacional más básico”, dijo el cardenal francés.

La visita de Francisco a Marsella llega unos días después que miles de migrantes llegaran a la isla italiana de Lampedusa, lo que obligó a la Unión Europea (UE) a adoptar un plan para ayudar a Italia a gestionar esta ruta migratoria procedente del norte de África.

Preguntado por ello en el avión papal, Francisco, cuyo primer viaje como pontífice en 2013 fue a Lampedusa y visitó también centros de migrantes en Grecia, lamentó la “crueldad” y “falta de humanidad” que se vive en el Mediterráneo.

Más de 28.000 migrantes han desaparecido en las aguas del Mediterráneo desde 2014 al querer alcanzar Europa desde África, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Aunque delicado de salud, el papa de 86 años, que se desplaza en silla de ruedas, emprendió su quinto viaje de 2023 fuera de Italia y el Vaticano, tras visitar República Democrática del Congo, Sudán del Sur, Hungría, Portugal y Mongolia.

Su 44º viaje apostólico al extranjero y el primero de un papa a Marsella desde 1533 suscita un gran interés pese al declive del catolicismo en Francia, país laico desde 1905 y donde las acusaciones de abusos sexuales en la Iglesia aceleraron la crisis.

Pero Francisco advirtió que su viaje no es una visita oficial a Francia, sino que busca clausurar un encuentro entre obispos y jóvenes del Mediterráneo. Para hoy sábado está prevista una misa ante casi 60.000 personas en el estadio Velódromo, a la que asistirá el presidente francés, Emmanuel Macron.

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