EFE
El papa Francisco pidió que la Iglesia sea capaz de acoger y servir a todos, “a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo”, en la misa que clausuró el Sínodo el domingo, la asamblea que reunió este mes a obispos, laicos y mujeres para abordar temas sobre el futuro de la Iglesia Católica.
“Esta es la Iglesia que estamos llamados a soñar: una Iglesia servidora de todos, servidora de los últimos. Una Iglesia que no exige nunca un expediente de “buena conducta”, sino que acoge, sirve, ama. Una Iglesia con las puertas abiertas que sea puerto de misericordia”, indicó el pontífice en su homilía.
La misa, celebrada en la Basílica de San Pedro antes 5.000 fieles según la Santa Sede, sirvió de punto y final para un Sínodo en el que por primera vez en la historia los laicos y las mujeres pudieron votar. “El Señor nos guiará y nos ayudará a ser una Iglesia más sinodal y misionera, que adora a Dios y sirve a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo, saliendo a llevar la reconfortante alegría del Evangelio a todos”, afirmó Francisco .
Sus palabras se centraron en dos conceptos que, para el pontífice, deben regir el camino de la Iglesia: “adorar y servir”. Así, encomendó a “luchar siempre contra las idolatrías; las mundanas, que muchas veces derivan de la vanagloria personal”.
“Pero también aquellas idolatrías disfrazadas de espiritualidad: mis ideas religiosas, mi habilidad pastoral... Estemos atentos, para no ponernos en el centro en lugar de Él”; añadió.
El Vaticano acogió desde el 4 de octubre la primera sesión de reuniones del Sínodo, a la que asistieron 464 participantes, 364 con derecho a voto y por primera vez personas laicas y entre ellas 54 mujeres, mientras que dos tercios eran obispos, hasta ahora los únicos que podían votar.
El sábado se aprobó un documento con conclusiones para la reunión final que se celebrará en octubre de 2024.
Ese documento aplazó para un mayor estudio los temas más divisivos y controvertidos: como el diaconado femenino el celibato o cómo abordar el tema de la acogida a las personas de “diferentes orientaciones sexuales”, pues en el texto se decidió no utilizar “personas LGTBIQ”.
El texto también urge a garantizar que las mujeres tengan mayor presencia y responsabilidad en la Iglesia, pero se divide respecto a la posibilidad del diaconado femenino por lo que pide que se siga estudiando la cuestión y los resultados se presenten en la sesión final.