CULMINACIÓN DE SEMANA SANTA
"¡La paz es posible, la paz es necesaria, la paz es la principal responsabilidad de todos!”, remarcó el sumo pontífice en un contexto de guerra en Ucrania y disturbios en Jerusalén.
El papa Francisco pidió que Dios asista a los pueblos de América Latina por la situación de la pandemia, donde muchos países han desmejorado sus condiciones; además de rezar por otras partes del mundo.
Como es habitual, el pontífice aprovechó el mensaje de Pascua, leído desde la logia central de la fachada de la basílica de San Pedro, antes de dar su bendición Urbi et Orbi, para enumerar los problemas y conflictos que aquejan al mundo, en un mensaje tras la misa del Domingo de Resurrección que celebró ante 50.000 personas.
“Que Cristo resucitado acompañe y asista a los pueblos de América Latina que, en estos difíciles tiempos de pandemia, han visto empeorar, en algunos casos, sus condiciones sociales, agravadas también por casos de criminalidad, violencia, corrupción y narcotráfico”, dijo el papa sin citar ningún país en particular como en otras ocasiones.
Pidió además la paz para Ucrania, en Oriente Medio y en el continente africano, y que “el Señor Resucitado acompañe el camino de reconciliación que está siguiendo la Iglesia Católica canadiense con los pueblos indígenas”, en referencia a los casos de abusos, torturas y maltratos a los niños de los pueblos originarios en los internados católicos por orden del gobierno canadiense en los llamados procesos de asimilación.
“Queridos hermanos y hermanas, toda guerra trae consigo consecuencias que afectan a la humanidad entera: desde los lutos y el drama de los refugiados, a la crisis económica y alimentaria de la que ya se están viendo señales”, advirtió el papa. Y pidió que “ante los signos persistentes de la guerra, como en las muchas y dolorosas derrotas de la vida, Cristo, vencedor del pecado, del miedo y de la muerte, nos exhorta a no rendirnos frente al mal y a la violencia”.
“¡Dejémonos vencer por la paz de Cristo! ¡La paz es posible, la paz es necesaria, la paz es la principal responsabilidad de todos!”, concluyó.
Disturbios en Jerusalén
También ayer, en Pascua, más de 20 personas resultaron heridas en enfrentamientos entre palestinos e israelíes en la Explanada de las Mezquitas (asimismo conocida como el Monte del Templo por los judíos), en Jerusalén y alrededores.
“Centenares” de manifestantes palestinos empezaron a recoger piedras en la explanada antes de la llegada de los judíos que pueden visitar este lugar, considerado como el más sagrado del judaísmo, a determinadas horas y bajo ciertas condiciones, indicó la policía.
Las fuerzas de seguridad israelíes ingresaron en la Explanada para “desalojar” a los manifestantes y “restablecer el orden”, precisó la policía. Testigos y socorristas indican que una decena de palestinos resultaron heridos en estos disturbios.
La Media Luna palestina informó de 19 heridos palestinos, cinco de ellos llevados a hospitales locales, y precisó que algunos de ellos fueron alcanzados por disparos de balas de goma.
Desde la toma y posterior anexión de Jerusalén Este por parte de Israel en 1967, no reconocida por la comunidad internacional, los judíos pueden entrar en la explanada a determinadas horas, pero no rezar en ella. La oración se realiza normalmente en el Muro de las Lamentaciones, aunque desde hace años los judíos religiosos rezan en secreto en la Explanada.
Estos incidentes se producen cuando se celebraron la misa de Pascua cristiana, y las oraciones por Pésaj, la pascua judía, y por el mes musulmán de Ramadán en la Ciudad Vieja de Jerusalén, confluencia a veces conflictiva de las tres religiones monoteístas.
Y en la franja de Gaza, ayer fueron lanzados unos diez cohetes hacia el mar Mediterráneo, según medios cercanos a Hamás.
En un comunicado, el primer ministro israelí, Naftali Bennett, reafirmó que “las fuerzas de seguridad tienen carta blanca para (...) garantizar la seguridad de los ciudadanos israelíes”.