El papa Francisco recordó el caso Loan y dio una hipótesis sobre lo que podría haberle ocurrido

“Hay un caso en mi país, un chico llamado Loan fue secuestrado y nadie sabe dónde está”, dijo a siete meses de la desaparición del niño de cinco años.

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Loan Peña, niño desaparecido en Corrientes.
Loan Peña, niño desaparecido en Corrientes.
Foto: Gobierno de Corrientes.

Elisabetta Piqué, La Nación/GDA
Un día después de que se cumplieran siete meses de la desaparición del niño argentino Loan Danilo Peña en Nueve de Julio, Corrientes, mientras almorzaba con parte de su familia y otros invitados en la casa de su abuela, el papa Francisco se refirió a su caso durante la audiencia general de este miércoles.

Lo hizo al hablar sobre las injusticias que padecen muchos niños en el mundo y al abordar el pesar que le causa la indiferencia ante las “vidas perdidas” de aquellos que se encuentran marginados, en situación de calle y a merced de traficantes de droga, explotadores y mercaderes de la trata de personas. Entonces, saliéndose del discurso que tenía preparado, recordó a Loan y dio una hipótesis sobre lo que podría haberle pasado.

“Hay un caso en mi país, un chico llamado Loan fue secuestrado y nadie sabe dónde está”, dijo. “Y una de las hipótesis es que se lo hayan llevado para extraerle los órganos, para hacer trasplantes”, agregó. “Y esto se hace, se sabe bien. Algunos vuelven con la cicatriz, otros mueren”, lamentó. “Por eso hoy yo quiero recordar este chico, Loan”, afirmó.

Tal como recordó Vatican News, el portal de noticias del Vaticano, la Iglesia católica en el país, a través de la Comisión Episcopal de la Pastoral de Migrantes e Itinerantes, expresó el 23 de junio de 2024 su consternación ante la reiteración de hechos semejantes “sin que se activen las alertas y procedimientos a tiempo, entorpeciendo el esclarecimiento de los mismos”.

Asimismo, interpelaron a los funcionarios de Justicia, del gobierno en todos sus estamentos, de las fuerzas de seguridad y a todos los ciudadanos a comprometerse en la búsqueda de justicia y poder encontrar con vida a Loan.

El Equipo de Lucha contra la Trata y la Vida Religiosa de la Región del Noreste Argentino, que está adscripto a la Comisión Episcopal, unió sus voces al clamor del papa Francisco, quien en varias ocasiones condenó la práctica de la trata de personas. El Santo Padre precisó que es posible combatir el fenómeno, pero es necesario llegar a la raíz, erradicando las causas. “Si cerramos nuestros ojos y oídos, si permanecemos inertes, seremos cómplices”, escribió, por ejemplo, en su mensaje para la X Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas.

En otro pronunciamiento con motivo del día internacional de lucha contra la trata de personas, el 30 de julio de 2024, la Conferencia Episcopal Argentina se asoció al dolor por la desaparición de Loan, “y de otros niños, niñas y jóvenes, muchos de ellos sumidos en situaciones de empobrecimiento y vulneración de derechos”. “Cuando son niños y niñas -añadieron- quienes desaparecen ante nuestros ojos a causa de este flagelo, la herida nos duele hasta el infinito”.

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Papa Francisco.
Foto: AFP

En la catequesis de este miércoles dedicada al padecimiento de los niños en el mundo, después de salirse del discurso para recordar el caso de Loan, el papa Francisco lanzó un llamado a a “escuchar el sufrimiento de los que no tienen voz, de los que no tienen educación” y a “luchar contra la explotación, especialmente la infantil”.

En este marco, subrayó que para contribuir en esto, en primer lugar hay que reconocer que si queremos erradicar el trabajo infantil, no podemos ser sus cómplices. “¿Y cuándo lo somos? Por ejemplo, cuando compramos productos que emplean mano de obra infantil. ¿Cómo puedo comer y vestirme sabiendo que detrás de esa comida o de esa ropa hay niños explotados, que trabajan en vez de ir a la escuela?“, preguntó. Y destacó que ”tomar conciencia de lo que compramos es un primer acto para no ser cómplices". “Algunos dirán que, como individuos, no podemos hacer mucho. Es cierto, pero cada uno puede ser una gota que, unida a muchas otras gotas, puede convertirse en un mar. Sin embargo, también hay que recordar a las instituciones, incluidas las eclesiásticas, y a las empresas su responsabilidad: pueden marcar la diferencia dirigiendo sus inversiones a empresas que no utilicen ni permitan el trabajo infantil”, siguió. “Muchos Estados y organizaciones internacionales ya han promulgado leyes y directivas contra el trabajo infantil, pero se puede hacer más”, consideró.

E instó asimismo a los periodistas a que cumplan con su parte: “pueden contribuir a concienciar sobre el problema y ayudar a encontrar soluciones”. “Y doy las gracias a todos aquellos que no miran hacia otro lado cuando ven a niños obligados a convertirse en adultos demasiado pronto. Recordemos siempre las palabras de Jesús: «Todo lo que hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo”“, dijo, al evocar, finalmente, a la santa Madre Teresa de Calcuta. ”Con la ternura y el cuidado de su mirada, ella puede acompañarnos a ver a los pequeños invisibles, los demasiados esclavos de un mundo que no podemos abandonar a sus injusticias. Porque la felicidad de los más débiles construye la paz de todos”.

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