AFP, EFE
El primer grupo de migrantes interceptados en el mar por Italia llegó ayer miércoles a Albania, en virtud de un inédito acuerdo de un país de la UE con otro ajeno al bloque para externalizar las solicitudes de asilo.
El buque “Libra” de la Marina italiana llegó al puerto de Shengjin, en el norte de Albania, con 16 hombres oriundos de Egipto y de Bangladés a bordo, tras más de 36 horas de viaje. Tras desembarcar, los 16 hombres fueron inscritos en el primer centro creado por Italia en Albania para atender a los migrantes, en unas construcciones prefabricadas instaladas en el puerto y custodiadas por las fuerzas de seguridad italianas. Después, trasladados al campo de Gjader, una antigua base militar a unos 20 km.
En el campo estarán alojados en unas prefabricadas de 12 m2, también rodeadas de altos muros equipados con cámaras de seguridad, bajo la vigilancia de las fuerzas italianas. Allí podrán presentar su solicitud de asilo.
Diez pantallas gigantes se instalaron en un tribunal de Roma para permitir a los jueces supervisar las audiencias. Los solicitantes de asilo se comunicarán con sus abogados por videoconferencia.
Si las solicitudes de asilo no prosperan en un plazo de 28 días, el acuerdo prevé que los migrantes permanezcan en unas celdas que hay en el campo hasta que sean expulsados a sus países de origen.
Un grupo de activistas se manifestó en el puerto con una pancarta en la que se podía leer: “El sueño europeo se detiene aquí”. Los manifestantes sostenían fotos de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y su homólogo albanés, el socialista Edi Rama, disfrazados de policía.
La iniciativa para externalizar las solicitudes de asilo, una primicia en Europa, se formalizó mediante un polémico acuerdo firmado en noviembre de 2023 por ambos dirigentes.
El pacto atañe únicamente a los hombres adultos que sean interceptados por la Marina o los guardacostas italianos en su zona de intervención en aguas internacionales.
Se espera que los centros tengan capacidad para acoger a 1.000 personas en un primer momento, y 3.000 a largo plazo.
El acuerdo tiene cinco años de duración y un presupuesto anual de 174 millones de dólares. La construcción de dos centros costó casi 71 millones de dólares a Italia.
Interés en la UE
Ensalzando el martes un “acuerdo valiente”, Meloni se declaró “orgullosa de que Italia se haya convertido, desde este punto de vista, en un ejemplo a seguir”, aludiendo al interés manifestado por los gobiernos de Francia, Alemania, Suecia y el Reino Unido en la política italiana de gestión de flujos migratorios.
Grecia, otro país muy expuesto a las llegadas de migrantes irregulares y demandantes de asilo desde las costas turcas, se mostró crítico con el acuerdo ítalo-albanés y abogó por una solución consensuada a nivel europeo. “Las propuestas a nivel de acuerdos bilaterales no llevarán a ninguna parte. Nadie puede afrontar en solitario este problema”, indicó al canal privado Skai el ministro griego de Migraciones y Asilo, Nikos Panagiotopoulos.
A principios de semana, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, presentó a la UE una propuesta para transferir a los migrantes ilegales a centros de recepción en terceros países, antes de ser enviados a sus países de origen, y pidió sacar “lecciones” del acuerdo Italia-Albania.
El ministro del Interior italiano, Matteo Piantedosi, aseguró ayer miércoles que quince países europeos han expresado su “fuerte interés” por los polémicos centros de acogida de inmigrantes construidos en territorio albanés.
“La atención reservada al proyecto por 15 países europeos y por las propias instituciones de la Unión Europea (UE) es la mayor prueba del valor experimental e innovador de esta iniciativa que pretende combatir la inmigración ilegal sin afectar a la garantía de los derechos fundamentales de las personas”, aseguró el ministro durante una sesión de control en la Cámara de Diputados.
El mes pasado el primer ministro británico, Keir Starmer, viajó a Roma para reunirse con Meloni y elogiar los “progresos notables” de su estrategia migratoria.
El plan Ruanda, que vuelve a la luz pública ante las nuevas propuestas migratorias en la UE, fue un controvertido proyecto del Partido Conservador para enviar a ese país a los inmigrantes que acceden de forma irregular al Reino Unido, pero fue descartado por el primer ministro laborista, Keir Starmer, nada más llegar al poder. El proyecto migratorio británico lo lanzó en abril de 2020 Boris Johnson cuando estaba al frente del Ejecutivo, y Rishi Sunak lo convirtió luego en uno de los ejes de su programa.
Mientras que el modelo de Meloni ha sido puesto como ejemplo dentro de la UE, el plan del Reino Unido generó controversia desde el principio y tuvo que sortear varios escollos legales, para ser luego eliminado por el nuevo primer ministro laborista.
Migración en Cumbre Europea
Los líderes de la Unión Europea se reúnen hoy jueves para tratar los conflictos de Oriente Medio y Ucrania, pero el debate migratorio irrumpe con fuerza con la propuesta de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, de reflexionar sobre “fórmulas innovadoras”, como los centros para la identificación y retención de migrantes ilegales en terceros países. La migración será uno de los principales temas de la cumbre de líderes europeos, que hablarán en particular de la manera de hacer más rápidas y efectivas las devoluciones de migrantes que no tienen derecho a solicitar protección en la UE. Los mandatarios celebrarán un debate, sobre la base de una carta que Von der Leyen les envió esta semana y que plantea diez áreas de acción, incluida la puesta en marcha acelerada del pacto migratorio y de asilo que debería aplicarse en 2026.