El primer ministro británico recién electo, Keir Starmer, entierra planes de expulsar a migrantes ilegales

El líder laboralista promete echar por tierra muchas de las decisiones conservadoras del gobierno anterior y cuenta con una rotunda mayoría para hacerlo.

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Keir Starmer
Líder laborista. El primer ministro británico, Keir Starmer, se reunió ayer con los ministros y ya comenzó una serie de reformas.
Foto: AFP.

AFP, EFE/Londres
Apenas asumió el cargo, el flamante primer ministro laborista británico, Keir Starmer, confirmó ayer sábado su intención de abandonar el plan del anterior gobierno conservador de expulsar a migrantes en situación irregular a Ruanda.

El proyecto “estaba muerto y enterrado incluso antes de empezar. Nunca fue disuasorio. No estoy dispuesto a continuar con medidas engañosas”, dijo Starmer en una rueda de prensa tras el primer consejo de ministros del nuevo gobierno.

Starmer había anunciado durante la campaña electoral su propósito de renunciar al proyecto de fletar aviones a Ruanda con migrantes irregulares. El líder laborista, de 61 años, cuya victoria en las elecciones del jueves puso fin a catorce años de gobiernos conservadores, apuesta por una estrategia de lucha contra las mafias de traficantes de personas para poner coto a la inmigración irregular.

Su predecesor, Rishi Sunak, trató de poner en marcha las expulsiones para frenar la llegada continua de migrantes en pequeñas embarcaciones por el canal de la Mancha, que separa las costas de Inglaterra y Francia. Pero Sunak, al igual que el pionero de ese plan, Boris Johnson, uno de los cinco primeros ministros conservadores que se sucedieron en el cargo desde 2010, toparon con el freno de las organizaciones de defensa de los derechos humanos.

La inmigración se ha convertido en una cuestión política importante en el Reino Unido desde su salida de la Unión Europea (UE) en 2020.

Starmer propone crear un mando de seguridad fronteriza de élite, integrado por especialistas en inmigración, con la ayuda del servicio de inteligencia nacional MI5.

El ministerio del Interior estimó el mes pasado que 12.313 personas habían llegado a territorio británico por esa vía desde inicios de año, un aumento de 18% respecto al mismo período de 2023.

En 2023, se registraron 29.437 llegadas, lo que representó pese a todo una caída del 36% respecto al récord de 45.774 personas en 2022.

“Por el cambio”

Starmer afirmó en la rueda de prensa que trabajará “de forma incansable por el cambio” y añadió que el crecimiento económico será la “misión número uno” de su gobierno. “Estoy ansioso por implementar cambios y creo, y espero, que lo que ya han visto lo demuestre”, afirmó.

Los laboristas se hicieron con 412 de los 650 escaños de la Cámara de los Comunes, en espera de conocer el resultado de la última circunscripción.

Esa rotunda mayoría les permite permite gobernar en solitario. Tras hacerse con las riendas de su partido hace cuatro años, el líder laborista llevó a su formación hacia vertientes centristas, en contraposición con su antecesor, Jeremy Corbyn, de corte más izquierdista.

Starmer prometió una gestión cautelosa de la economía, dentro de un plan de crecimiento que incluye potenciar los criticados servicios públicos, en particular el desbordado sistema de salud. En concreto, busca reducir las listas de espera, con 40.000 consultas adicionales semanales.

Nada más terminar el encuentro con sus ministros ayer, Starmer adelantó que visitará las cuatro naciones de su país: Escocia, Irlanda del Norte, Gales y regresará, por último, a Inglaterra a fin de “establecer la manera de trabajar en todo el Reino Unido, que será diferente y mejor de la que ha habido los últimos años”, dijo.

“Nuestro país va primero, y el partido, segundo. Y no es un eslogan. Es en lo que se basan nuestras decisiones”, aseveró.

Starmer prometió también afrontar los desafíos fiscales que le esperan con “total honestidad” aunque admitió que deberá “adoptar decisiones difíciles y tomarlas pronto”.

El próximo martes, viajará a Washington a participar en la cumbre de la OTAN, donde planea dejar claro el apoyo de su país a la Alianza. Le tocará además albergar la próxima cumbre en el Reino Unido de la Comunidad Política Europea, el próximo 18 de julio.

conservadores preocupados

Después del descalabro electoral

El ahora opositor Partido Conservador británico centra sus esfuerzos en buscar un nuevo líder que consiga enderezar el rumbo de la formación, en su peor crisis tras la derrota electoral del pasado día 4 y la salida del hasta ese momento jefe de la formación y primer ministro, Rishi Sunak.

Los ‘tories’ perdieron en las urnas 251 escaños y se quedaron con tan solo 121 de los 650 que conforman la Cámara de los Comunes (baja), un resultado calamitoso frente a la victoria masiva de los laboristas de Keir Starmer, que lograron 412 diputados.

Ante este panorama, los conservadores han regresado a la oposición como formación debilitada y carente de dirección tras 14 años en el poder.

El partido deberá iniciar el proceso para elegir a su nuevo dirigente después de que Rishi Sunak anunciara su intención de dimitir una vez se haya habilitado el proceso formal para llenar esa vacante, pero no será fácil.

La ex ministra de Interior Suella Braverman -que mantiene un escaño por la circunscripción de Fareham- dijo ayer a la BBC que aún no había habido “ningún anuncio” referente al proceso en el seno del partido; ella podría ser una de las aspirantes.

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