REALEZA

Carlos se preparó toda la vida para el momento en que sería rey. La corona le llega a los 73 años, una edad en la que los monarcas por lo general están pensando más en su sucesor. Perola muerte de su madre, la reina Isabel II ayer jueves a la edad de 96 años, coloca finalmente a Carlos en el trono.

El primogénito de Isabel es rey desde el mismo momento de la muerte de su madre, de acuerdo con la antigua máxima latina Rex nunquam moritur (El rey nunca muere). Reinará con el nombre de Carlos III.

El príncipe de Gales se convirtió en heredero a los 3 años de edad, cuando su madre asumió la corona el 6 de febrero de 1952.

Carlos Felipe Arturo Jorge de Windsor nació el 14 de noviembre de 1948 en el Palacio de Buckingham.

Su coronación, en una ceremonia única en Europa, tendrá lugar, en el mejor de los casos, dentro de unas semanas, una vez pasado los funerales y el duelo por la muerte de la reina Isabel II.

Ella misma fue coronada en la Abadía de Westminster el 2 de junio de 1953 ante más de 8.200 invitados, 16 meses después de ser proclamada reina.

La segunda esposa de Carlos, Camila Parker Bowles, se convirtió automáticamente ayer jueves en reina consorte, por deseo expreso de Isabel II, que así lo manifestó durante un discurso en febrero de 2022 con motivo de sus 70 años de reinado. Es el título que habían tenido su madre y su abuela.

Sin embargo, debido a la trágica muerte de Diana, primera esposa de Carlos, el trato dado a Camila era sensible para muchos británicos hasta el punto que tras casarse con él en 2005, ella misma decidió no tomar el título de princesa de Gales.

La muerte de Diana en 1997, en un accidente de automóvil en París, fue un golpe tanto para sus hijos Guillermo y Enrique, como para Carlos, que viajó a Francia con las dos hermanas mayores de la princesa para repatriar el cuerpo al Reino Unido.

Carlos se había casado con Diana en julio de 1981 en la catedral de San Pablo en Londres, en una de las bodas reales más relevantes del siglo XX.

En el día del funeral de Diana, Carlos acompañó a sus dos hijos, de 15 y 12 años en aquel momento, mientras caminaban detrás del féretro en la procesión que llevó hasta la Abadía de Westminster.

Carlos toma las riendas de una institución con un papel disminuido en el mundo, en un momento y con una edad que suponen un doble desafío para este príncipe de personalidad singular, mucho menos popular que su madre.

Desde sus primeros compromisos oficiales en la década de 1970, el papel del príncipe de Gales había sido hasta ahora “de apoyo”, recibiendo a dignatarios, asistiendo a cenas de Estado y viajando a un centenar de países en nombre de su madre, especialmente a medida que la salud de Isabel II se hacía más frágil.

Carlos ha aprovechado esta larga espera hasta el trono para transmitir una imagen de pionero en la defensa del medio ambiente, amante de la medicina alternativa, entusiasta del urbanismo sostenible y jardinero inspirado que habla con sus árboles.

“Solo vengo a hablar con las plantas, de verdad, es muy importante hablar con ellas. Creo que responden”, comentó sobre la jardinería en 1986.

Desde 2007, publica su “huella ecológica” (un total de 3.133 toneladas de CO2 en 2020 frente a las 5.070 de 2019).

“No quiero encontrarme frente a mis futuros nietos diciendo: ¿Por qué no hiciste nada?”, afirmó en 2013 sobre el cambio climático.

“Literalmente no tenemos más tiempo”, lanzó ante los líderes mundiales en la COP26 en noviembre de 2021.

Carlos es presidente o benefactor de más de 420 organizaciones benéficas, la principal de las cuales es Prince’s Trust, que ha ayudado a más de un millón de jóvenes con dificultades desde su creación en 1976.

El nuevo rey, aficionado a los trajes de doble botonadura, no goza de popularidad.

Solo tenía 54% de opiniones favorables en agosto de 2021, según una encuesta de YouGov, muy por detrás de la reina (80%), su hijo el príncipe Guillermo (78%), su nuera Catalina (75%) y su hermana la princesa Ana (65%).

Carlos era el heredero al trono de más edad. Llegó a esa marca el 19 de septiembre de 2013, cuando superó a su antepasado Guillermo IV, que accedió al trono en junio de 1830, a los 64 años, tras morir su hermano Jorge IV.

Guillermo IV murió sin herederos en 1837 y le sucedió su sobrina Victoria, que se convirtió a su vez en la monarca británica con más años de reinado, con 63, superada luego por Isabel II.

Aunque Carlos ha sido el heredero varón más viejo, no ha logrado batir a la mujer que más años de espera acumuló, Sofía de Hannover (1630-1714), que falleció a los 83 años sin haberse puesto la corona.

Desde su más tierna infancia, el príncipe Carlos ha sido preparado para ser rey, lo que ha hecho aún más agonizante la espera.

El hasta ahora príncipe de Gales marcó la diferencia en la familia real británica desde su infancia, cuando a los nueve años se convirtió en el primer heredero al trono que acudía al colegio, en lugar de ser educado por tutores privados en el Palacio de Buckingham.

En 1966, Carlos pasó varios meses como estudiante de intercambio en una escuela en Melbourne (Australia), antes de ingresar el año siguiente en el Trinity College de la Universidad de Cambridge, donde cursó arqueología y antropología.

Tras licenciarse, pasó un semestre en la Universidad de Aberystwyth aprendiendo galés, antes de tomar posesión en 1970 de su asiento en la Cámara de los Lores y de iniciar en 1971 su entrenamiento como piloto de la Real Fuerza Aérea británica (RAF).

Al convertirse en abuelo de Jorge, hijo de Guillermo y Catalina, el 22 de julio de 2013, bromeó con que el nacimiento había sido el acontecimiento más destacado de sus entonces 64 años de existencia.

Anteriormente, Carlos había indicado que lamentaba la larga espera y, en un video oficial grabado durante una visita a Escocia en 2012, sugirió que la perspectiva de su reinado se estaba reduciendo.

“¿Impaciente? ¿Yo? Qué sugerencia. ¡Pues claro que lo soy! Se me acabará el tiempo pronto. Me habré extinguido, si me descuido”, declaró entonces.

Su biógrafa, Penny Junor, ha señalado que, como contrapartida, convertirse en rey impedirá a Carlos ocuparse de lo que hasta ahora ha llenado su vida, su lucrativa finca del ducado de Cornualles, con la que comercializa productos alimenticios de calidad, y sus diversas organizaciones de beneficencia.

Ayer Carlos divulgó un emotivo mensaje por la muerte de su madre.

“Sé que su muerte será muy sentida en el país, los territorios y la Commonwealth (Mancomunidad Británica de Naciona), y por infinidad de gente en todo el mundo”, señaló el nuevo monarca en un comunicado.

Carlos remarcó que la muerte de su “querida madre” es “un momento de la mayor de las tristezas” tanto para él y para todos los miembros de su familia. “Durante este período de duelo y cambio, mi familia y yo nos sentiremos reconfortados y respaldados por nuestro conocimiento del respecto y profundo afecto que han sostenido ampliamente a la reina”, agregó.