EFE
El escándalo derivado de las acusaciones contra Íñigo Errejón, importante dirigente de izquierda en medio de denuncias por violencia machista, ha provocando un terremoto en la política española y puso contra las cuerdas a Sumar, socio minoritario del Gobierno del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) del presidente Pedro Sánchez.
Además de diputado y portavoz parlamentario de Sumar, Errejón (40) era uno de los jóvenes dirigentes de izquierda llamados a renovar la clase política española, pero su carrera se truncó el jueves con su renuncia a todos sus cargos tras admitir que eran ciertas las denuncias anónimas que le acusaban de violencia machista en redes sociales.
Estos testimonios fueron recopilados y publicados esta semana por la periodista y activista feminista Cristina Fallarás en su cuenta de Instagram, pero distintos medios informaban ayer viernes de que los comentarios sobre la vida personal de Errejón circulaban desde hace tiempo en la escena política y mediática española.
El escándalo saltó el jueves con la dimisión de Errejón pero se agravó ayer viernes con la denuncia presentada ante la Policía por la actriz Elisa Mouliaá, que relata cómo Errejón la agredió sexualmente al menos en tres ocasiones en la misma noche de septiembre de 2021, antes, durante y después de acudir a una fiesta.
La demanda detalla los abusos consistentes en tocamientos y besos no consentidos, además de comentarios de índole sexual
El caso salpica directamente al partido de Errejón, Sumar, que ya ha abierto una investigación interna que, de momento, ha derivado en la renuncia de Errejón.
La cascada de reacciones ha alcanzado a todo el arco político, aunque en muy distinto sentido: mientras la izquierda expresa su apoyo a las víctimas y reconoce la rápida reacción de Sumar, desde la derecha acusan a este partido de encubrir las acusaciones y cargan contra el Gobierno.
El escándalo ha puesto contra las cuerdas a Sumar, en un momento ya de por sí delicado para el partido, que nació antes de las elecciones de 2023 y se fundó oficialmente apenas en marzo.
Tras los malos datos cosechados en las elecciones europeas y la renuncia de su líder Yolanda Díaz a la dirección, Sumar afrontará una asamblea a mediados de diciembre para definir su liderazgo y concretar su papel en un panorama político con la izquierda muy fragmentada.
El Gobierno de Sánchez, ya en el ojo del huracán por el caso de corrupción que salpica al exministro socialista José Luis Ábalos, trata de minimizar el impacto de este nuevo escándalo que salpica a su socio.
Desde el opositor Partido Popular (PP) piden responsabilidades a Yolanda Díaz y acusan a Sumar de encubrimiento. Entre las voces más críticas está la presidenta de la región de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien ha señalado que a la izquierda se le cae la “pancarta” del feminismo.
También el ultraderechista Vox carga contra la izquierda. “Pedro Sánchez y sus socios son un peligro para las mujeres. Y su vicepresidenta, una encubridora”, ha sostenido su líder, Santiago Abascal en la red X.
No es la primera vez que un escándalo similar sacude a España. El “Me Too” -como se bautizó el movimiento de denuncia de abusos que se popularizó en 2017 en EE.UU- alcanzó hace cuatro años al tenor Plácido Domingo, quien, tras una investigación que corroboró las denuncias de acoso sexual, asumió “toda la responsabilidad” y pidió perdón a las víctimas.