A Daniel Ortega, el dictador de Nicaragua, debe importarle muy poco lo que digan de él. O tal vez le importa demasiado, porque hace tiempo está en una encarnizada campaña para alejar de su vista a todo aquel que ose levantar una mínima crítica. Su último acto, propio de aquel que se cree rey, fue privarle la nacionalidad nicaragüense a 94 opositores, entre ellos los laureados escritores Sergio Ramírez y Gioconda Belli, y el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez.
“¿La mano? Hace rato que se le fue” a Ortega, dijo ayer jueves el expresidente José Mujica, al ser consultado por los periodistas sobre la represión del régimen en Nicaragua, hoy muy lejos de los ideales sandinistas que derrotaron a la dictadura del último Somoza: Anastasio “Tachito”.
Mujica habló a la salida de un acto en la Universidad de la República, en el que fue homenajeado por la Misión de Verificación de Naciones Unidas en Colombia, por “su contribución al proceso de construcción de paz” en ese país.
El régimen de Ortega y de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, despojó el miércoles de su nacionalidad a 94 nicaragüenses, con lo que suman 317 en la última semana, incluido el obispo Rolando Álvarez, condenado a más de 26 años de prisión tras negarse a ser desterrado.
También están los 222 presos políticos que fueron excarcelados y expulsados hacia Estados Unidos el 9 de febrero pasado.
En la nueva lista de 94 nicaragüenses declarados apátridas, además de Ramírez, Belli y Báez, también están el excomandante de la revolución sandinista Luis Carrión, la veterana defensora de los derechos humanos Vilma Núñez, el excanciller Norman Caldera, el exmagistrado sandinista Rafael Solís, el exembajador ante la OEA Arturo McFields y el periodista Carlos Fernando Chamorro, todos acusados por “traición a la patria”, según una sentencia judicial, que por supuesto responde al régimen de Ortega.
En la sentencia se ordena además el decomiso de todos los bienes de estos opositores.
Nicaragua atraviesa una crisis política y social desde abril de 2018, que se acentuó tras las fraudulentas elecciones generales del 7 de noviembre de 2021, en las que Ortega se atribuyó la reelección para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto con su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión o en el exilio.
ONU alarmada
La ONU se mostró ayer jueves “alarmada” por el retiro de la nacionalidad a los opositores a Ortega, reclamó que se respeten sus derechos humanos y dijo estar lista para ayudar con el estatus de los expulsados.
El portavoz de la ONU, Stéphane Dujarric, expresó la “alarma” del secretario general, António Guterres, por la decisión del régimen de Nicaragua de “despojar a 94 personas de sus derechos políticos y civiles”, como ya hizo con los 222 presos políticos excarcelados y expulsados la semana pasada. La ONU reivindicó el derecho a la nacionalidad recogido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y dijo que “nadie debería ser despojado de ella arbitrariamente”.
Injustificable
La Unión Europea (UE) también criticó a Ortega, y consideró “injustificable” la decisión de retirarle la nacionalidad a los opositores.
“Estas acciones son injustificables y corren el riesgo de profundizar el aislamiento internacional de Nicaragua”, dijo en un comunicado un portavoz del Servicio Europeo de Acción Exterior (SEAE).
El portavoz añadió que la decisión de Ortega “constituye una violación de los derechos fundamentales y es contraria al derecho internacional”.
Condena de EE.UU.
El principal encargado del Departamento de Estado de Estados Unidos para Latinoamérica, Brian Nichols, también condenó al régimen de Ortega. “Condenamos las acciones del gobierno de Nicaragua de quitarle la nacionalidad a otros 94 ciudadanos nicaragüenses”, indicó Nichols, secretario adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental. Nichols advirtió que “este acto deplorable aleja más a los nicaragüenses de la democracia que se merecen”.
“Nicaragua es lo que soy y todo lo que tengo”
El escritor Sergio Ramírez respondió ayer jueves a la retirada de la nacionalidad por el régimen de Daniel Ortega. Ramírez, de 80 años y radicado en España, fue Premio Cervantes de Literatura en 2017. “Nicaragua es lo que soy y todo lo que tengo, y que nunca voy a dejar de ser, ni dejar de tener, mi memoria y mis recuerdos, mi lengua y mi escritura, mi lucha por su libertad por la que he empeñado mi palabra”, escribió Ramírez en Twitter.
Criminales
El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, se convirtió en el segundo miembro de la Conferencia Episcopal de Nicaragua a quien el régimen le retira la nacionalidad.
“¡Dios de la vida y de la liberación! Te doy gracias por ser nicaragüense”, exclamó Báez en Twitter, que se encuentra fuera de Nicaragua desde hace cuatro años por decisión del papa Francisco por motivos de seguridad.
Ser nicaragüense es “un orgullo que nadie jamás podrá arrebatarme”, agregó Báez, que ahora reside en Estados Unidos.
El pasado 12 de febrero, durante su homilía, Báez calificó de “criminales” a quienes atentan contra la libertad de las personas inocentes, denigran su dignidad con falsedades, se ensañan para humillarlas, las tratan con crueldad y las condenan injustamente, en referencia al obispo Álvarez y a los 222 presos desterrados.
“Son criminales quienes llevan a la cárcel a personas justas y quienes destierran a los ciudadanos de su propio país”, señaló el obispo carmelita.
“Estos actos abominables no son solo caprichos de gente desquiciada, irregularidades jurídicas o incumplimiento de normas internacionales, no. Ofender con rabia, difamar por venganza, encarcelar injustamente, torturar con saña y condenar al destierro son auténticos crímenes y quienes actúan de este modo son criminales, que deberán comparecer ante la justicia tarde o temprano”, apostilló.
Báez encabeza la lista de religiosos, entre los 94 nicaragüenses despojados de su nacionalidad, que incluye a los sacerdotes Edwin Román -sobrino del héroe nacional Augusto C. Sandino-, Harving Padilla y Uriel Vallejos.
Sergio Ramírez: de sandinista a disidente
Fue vicepresidente de Nicaragua durante el primer gobierno sandinista (1979-1990), que también encabezó Ortega. Ramírez, que se exilió en España, se separó en 1995 del Frente Sandinista para formar un movimiento disidente.
Gioconda Belli: “Te amo patria de mis sueños”
Te amo patria de mis sueños y mis penas”, “despojada de cuanta polilla te corroe”, son algunos de los versos publicados ayer jueves por la poeta Gioconda Belli, uno de los nicaragüenses despojados de la nacionalidad por el régimen de Nicaragua.
Silvio Báez: el obispo opositor
Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua y exiliado en Estados Unidos, encabeza la lista de religiosos opositores a Ortega, que incluye a los sacerdotes Edwin Román -sobrino del héroe nicaragüense Augusto C. Sandino- Harving Padilla y Uriel Vallejos.