MADRID | EL PAIS DE MADRID
Fumar y estar gordo acortan la vida. Aparte de las enfermedades relacionadas, el tabaco y la obesidad tienen un efecto en el envejecimiento celular, según un estudio realizado por científicos de Gran Bretaña y Estados Unidos. Si se ha fumado una cajilla al día durante 40 años, las células presentan el aspecto de las de una persona 7,4 años mayor. En el caso de la obesidad media, la consecuencia es la misma que la de haber vivido 8,8 años más.
Para medir el envejecimiento celular los científicos del hospital Saint Thomas de Londres y de la universidad de Medicina y Odontología de Newark (Nueva Jersey, Estados Unidos) se han basado en el estado de los cromosomas de las voluntarias.
Estas macromoléculas son cadenas de ADN que contienen la información genética de una persona.
En sus extremos, a modo de protección, tienen unas estructuras, llamadas telómeros, que son la primera parte que se deteriora cuando hay un daño (inflamación, oxidación). En cada proceso de división celular, cuando se hace la copia del material genético, las células pierden una parte de los telómeros.
El primer paso del ensayo, que publica el último número de la prestigiosa revista The Lancet, consiste en crear una tabla que relacione la edad con la longitud de los telómeros. Las 1.122 mujeres del ensayo tenían entre 18 y 72 años. El resultado es una línea recta descendente que muestra que a menos edad, los extremos de los cromosomas son más largos.
Entre los 20 y los 80 años se pierde un 20% de estos extremos protectores. Una vez establecido este patrón, el resto del trabajo consiste en medir los telómeros de mujeres gordas, delgadas o con un peso normal de acuerdo con su índice de masa corporal (el peso en kilogramos dividido entre el cuadrado de la altura en metros), y ajustar este dato por la edad.
El resultado es que las delgadas (índice de masa corporal menor que 20) tienen los telómeros un 5,8% más largos que las obesas (índice de masa corporal mayor que 30).
También son más largos los extremos de los cromosomas —es decir, las células son más juveniles— en el caso de las no fumadoras que en el de las fumadoras; y entre las que menos fuman frente a las que lo hacen más.
"Aunque hacen falta estudios con un mayor número de voluntarios [los investigadores usaron datos de un trabajo previo sobre gemelas y mellizas], nuestros resultados ponen de relieve el amplio efecto de dos de las más importantes exposiciones prevenibles que se dan en los países desarrollados: los cigarrillos y la obesidad’, ha dicho a este periódico por correo electrónico el director del trabajo", Tim Spector.