Por Elisabetta Piqué
La Nación (GDA)
Aunque algunas fuentes habían dicho que el Papa Francisco había sufrido un malestar cardíaco por el que debió ser internado este mediodía en el hospital Gemelli, la Sala de Prensa del Vaticano precisó pasadas las 20 locales que Francisco, de 86 años, padece una “infección respiratoria”, que no es Covid, por la que deberá seguir internado “algunos días para oportuna terapia médica”.
“En días pasados el papa Francisco ha lamentado algunas dificultades respiratorias y esta tarde acudió al Policlínico Gemelli para efectuar algunos controles médicos. El éxito de los mismos ha evidenciado una infección respiratoria -excluída la infección por Covid 19- que precisará algunos días de oportuna terapia médica hospitalaria”, indicó un comunicado de la Santa Sede. “El papa Francisco está conmovido por los tantos mensajes recibidos y expresa su propia gratitud por la cercanía y la oración”, agregó el texto.
El comunicado acalló versiones -que también habían llegado a La Nación de altas fuentes del Vaticano-, de que la internación había tenido que ver con un malestar cardíaco. Por la tarde el Vaticano había comunicado que la internación del Papa había sido por “controles previamente programados”, pero La Nación pudo saber que no fue así, sino que se trató de un malestar imprevisto. Al regresar a Santa Marta, donde vive, de la audiencia general de los miércoles, que presidió como siempre en la Plaza de San Pedro, el Papa comenzó a sentir unos dolores en el pecho, dijo a La Nación una fuente allegada a Francisco. Fue entonces que su asistente sanitario personal, Massimiliano Strappetti, le aconsejó ir inmediatamente a hacerse unos controles al hospital Gemelli, nosocomio al que acudió en una ambulancia.
Todo esto ocurrió antes del horario del almuerzo. Quizás por voluntad del propio Papa, el director de la Sala de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, pasadas las 16 de la tarde en un comunicado dio otra versión. Y dijo que el Santo Padre “se encuentra en [el hospital] Gemelli desde esta tarde para controles previamente programados”. El hecho de que dijera “desde esta tarde” enseguida hizo entender que el Papa puede llegar a quedarse internado también esta noche en el hospital.
El Corriere della Sera indicó que fuentes del Gemelli hicieron saber que el Papa “tuvo problemas cardíacos al final de la mañana y que por seguridad fue llevado para controles en el departamento de cardiología”. Destacó que el malestar es considerado al momento “no preocupante”, aunque el Pontífice fue sometido a diversos exámenes y “según fuentes del hospital, tendría en el décimo piso, donde se encuentra, maquinarias para un monitoreo constante”. “La tomografía computada de tórax habría salido bien y este elemento es evaluado con alivio general por el entorno del Papa, a partir del profesor Andrea Arcangeli, director de Sanidad e Higiene del Govenatorato del Vaticano, que se encuentra el lado del Pontífice”, escribió el Corriere, que también destacó la colaboración del paciente ilustre.
El diario Il Fatto Quotidiano, que confirmó que el Papa salió en ambulancia hacia el hospital y canceló las audiencias previstas para los próximos días, precisó que debido al malestar el papa Francisco debió anular una entrevista televisiva que tenía programada con la periodista italiana Lorena Bianchetti, de un programa religioso de la RAI.
Francisco estuvo internado 10 días en el Gemelli en julio de 2021 para una operación de intestino, en la que le retiraron 33 centímetros de colon. Dijo poco después que se había recuperado del todo y podía comer normalmente, pero en una entrevista con The Associated Press, el 24 de enero, indicó que sus divertículos intestinales habían “regresado”. Precisó, de todos modos, que la diverticulitis estaba “controlada”. “Estoy bien de salud. Por la edad que tengo, estoy normal. Podría morirme mañana, pero vamos, está controlado», bromeó durante esa entrevista. “Ni siquiera se me ocurrió hacer testamento”, aseguró también.
Francisco, que se moviliza en silla de ruedas desde mayo del 2022 debido a los fuertes dolores en la rodilla derecha, explicó que después de que esa operación le dejara “secuelas”, por la antestesia, decidió descartar someterse a una cirugía de rodilla, como aconsejan sus médicos. El mundo conocía ya sus varios achaques debido a que sufre de una ciática crónica, por lo que tuvo que renunciar en algunas ocasiones a ceremonias oficiales.
El hospital Gemelli es el centro médico donde también el papa Juan Pablo II fue internado en varias ocasiones e inclusive le extirparon un tumor benigno en el colon en 1992. Cuando Jorge Bergoglio fue internado allí el 4 de julio de 2021, la información sobre su salud no fue manejada por el hospital, sino que, por su voluntad, por el Dicasterio de Comunicación del Vaticano. Y la reserva fue máxima, por lo que se puede esperar lo mismo en esta ocasión.
Entonces, aunque en una foto en la que se lo ve mientras está por subir al jeep blanco con el cual recorre la plaza para saludar a los fieles, se lo ve con rostro dolido -por su problema de rodilla-, al Papa se lo vio bien, jovial, durante la audiencia. El obispo español de Barbastro, Ángel Perez Pueyo, que lo saludó al final, incluso estuvo bromeando con él.
Antecedentes
Una persona que está viviendo en la Casa de Santa Marta -hotel para eclesiásticos donde vive el Papa, en el Vaticano-, que estuvo en los últimos días con él, dijo a La Nación que lo vio muy bien a Francisco. Y no ocultó su enorme sorpresa ante la noticia de la internación.
Al margen de la operación al intestino de julio de 2021, en años recientes, en medio de gran reserva, el Papa fue operado en Roma de cataratas, una intervención breve y de rutina que se conoció mucho más tarde.
La mayor intervención quirúrgica que Jorge Bergoglio sufrió antes fue en 1957, a los 21 años, cuando, siendo seminarista en Villa Devoto, por una pulmonía grave se le extirpó el lóbulo superior del pulmón derecho en el Hospital Sirio Libanés.
“La operación fue una gran operación. La cicatriz de la incisión quirúrgica que me hicieron va desde la base del hemitórax derecho hasta su vértice. Fue una intervención cruenta. Según me contaron, se trabajó con un separador y se debió hacer mucha fuerza. Por eso, al recuperarme de la anestesia, los dolores que sentí fueron muy intensos”, contó el propio Papa en una entrevista que le hizo hace dos años el periodista, Nelson Castro, para su libro, “La salud de los papas”.
En esa oportunidad, amén de destacar que esa operación afortunadamente no afectó sus funciones respiratorias, el Pontífice reveló que también fue sometido, en sus tiempos de provincial de los jesuitas, a una intervención debido a una gangrena de la vesícula; y que años más tarde, en 2004, ya siendo arzobispo de Buenos Aires, tuvo un problema cardíaco, un preinfarto, cuando fue a la Villa 21 a inaugurar unas olimpíadas, algo que lo obligó a quedarse internado unos días en el Sanatorio San Camilo. Pero nunca más tuvo síntomas cardíacos, hasta hoy.
Imprevista, la internación justo se dio a días del Domingo de Ramos, celebración que abre la Semana Santa, el período más importante para la Iglesia Católica.