CARRERA A LA CASA BLANCA
El presidente iba camino a quedarse con el estado clave de Florida, y lideraba en Pensilvania, la joya de la corona. El recuento de votos continúa en esta jornada.
El mundo contenía la respiración esta madrugada a la espera del resultado de las elecciones en Estados Unidos. Tal como se pronosticaba, anoche no se pudo proclamar un ganador, aunque las proyecciones dejaron con una sonrisa a los republicanos de Donald Trump, luego de que el demócrata Joe Biden se encaminaba a perder en Florida, uno de los estados clave para lograr los 270 votos en el Colegio Electoral.
Según la proyección del diario The New York Time, Biden tenía asegurado anoche 209 votos en el Colegio Electoral, y Trump 118. Pero esto sin contar estados clave donde la tendencia comenzaba a favorecer al presidente republicano, como Wisconsin, Michigan y Carolina del Norte.
Pensilvania, donde Trump también llevaba anoche una ventaja de casi 14 puntos escrutado algo menos de la mitad de los votos, es hacia donde todos están mirando como el que definirá la elección. Este estado aporta 20 votos al Colegio Electoral; anoche Trump tenía el 55,8% de los votos y Biden el 42,8, escrutado el 45% de los sufragios.
Texas, un estado de tradición republicana pero que los demócratas esperaban dar la sorpresa, se inclinaba esta madrugada a favor de Trump.
Geogia, otro estado clave, también pintaba para Trump.
Hasta la madrugada uruguaya, el escrutinio en Florida -que aporta 29 votos en el Colegio Electoral- no había cerrado, pero con el 94% de los votos contados Trump tenía 51,2% y Biden 47,7%, y las proyecciones ya le daban ganador al presidente en este estado.
Parte de la fortaleza de Trump en Florida provino de un mejor desempeño en las poblaciones latinas respecto de la elección en 2016. Aliados de Biden han admitido sus dificultades para asegurarse el apoyo de los votantes latinos, particularmente entre los cubanos y venezolanos en Florida, donde el mensaje de Trump sobre que el demócrata es “socialista” parecía estar funcionando.
Como se esperaba, Biden se adjudicó las elecciones en el estado de California, el más poblado de Estados Unidos, además de Oregón y Washington, la totalidad de la costa oeste.
El ganador de la elección de ayer martes, que podría determinarse recién después de unos días, gobernará un país sacudido por la pandemia, que ha matado a más de 231.000 estadounidenses y ha dejado a millones más sin trabajo asolando a la economía.
Un tercio de los votantes mencionaron la economía como el asunto que más les importa al decidir a quién votar, según una encuesta a boca de urna de Edison Research realizada el martes.
Biden (77), que ha enfocado la contienda como un referéndum sobre la gestión de la crisis sanitaria por parte de Trump, prometió esfuerzos renovados para combatir la pandemia, arreglar la economía y salvar la división política de Estados Unidos.
El demócrata ha mantenido a lo largo de toda la campaña una ventaja relativamente estable en los sondeos.
Pero Trump (74) está lo suficientemente cerca en los estados indecisos como para reunir los 270 votos del Colegio Electoral necesarios para ganar. En 2016 derrotó a la demócrata Hillary Clinton a pesar de perder el voto popular nacional por unos 3 millones de papeletas.
Poco más de 100 millones de estadounidenses votaron por anticipado, ya sea por correo o en persona, según el Proyecto de Elecciones de la Universidad de Florida, una cifra impulsada por las preocupaciones sobre centros abarrotados en medio de la pandemia, así como por un entusiasmo extraordinario.
El total ha roto récords y ha llevado a algunos expertos a predecir las tasas de votación más altas desde 1908 y que el total de sufragantes llegaría a 160 millones de personas frente a 138 millones hace cuatro años.
Trump ha cuestionado la integridad de los resultados de las elecciones durante meses, afirmando que el voto por correo es un fraude, y no se ha comprometido a una transferencia pacífica del poder en caso de derrota.
Si el resultado es cerrado podrían pasar días antes de que se conozca el resultado, especialmente dado el aumento en la votación por correo debido a la pandemia.
La mejor noticia para los demócrata anoche fue que mantendrán el control de la Cámara de Representantes.
En estas elecciones se renueva la totalidad de los 435 escaños de la Cámara, controlada desde enero de 2019 por los demócratas, que tienen 232 asientos frente a los 197 de los republicanos.
Se esperaba que los demócratas retuvieran el control de ese hemiciclo, y el Cook Political Report, una organización no partidista que analiza resultados electorales, pronosticó que la oposición podía ganar entre 10 y 15 escaños más para ampliar su mayoría actual en la Cámara Baja. (Enbase a Reuters, AFP, EFE y The New York Times)
Kanye west: “Voté por quien confío... por mí”
El rapero Kanye West votó el martes por sí mismo como el próximo presidente de Estados Unidos, tras especulaciones de que podría desviar parte del voto afroamericano del demócrata Joe Biden.
El cantante y diseñador de moda tuiteó que estaba “votando por primera vez en mi vida por el presidente de Estados Unidos, y es por alguien en quien realmente confío... en mí”. Más tarde publicó un video de sí mismo emitiendo su voto en Cody, Wyoming. West, de 43 años, se presentó como candidato solo en 11 de los 50 estados. La esposa de West, Kim Kardashian, no pareció apoyar su intento en la carrera presidencial. No ha respaldado públicamente a su esposo y ayer martes retuiteó un mensaje sobre las líneas directas para votantes de la candidata demócrata a la vicepresidencia Kamala Harris.
Acostumbrada a brillar en los acontecimientos mediáticos de Estados Unidos con todos los focos apuntando a ella, California se resignó en las elecciones presidenciales a un discreto papel de reparto debido a su ADN de bastión inexpugnable e incontestable de los demócratas.
La lógica matemática invitaría a pensar que California, el estado más poblado de Estados Unidos, uno de los más ricos y el que más votos del Colegio Electoral reparte (55), debería ser un punto de máxima atención en una cita ante a las urnas. Pero nada más lejos de la realidad (o del cálculo electoral).
La segura victoria de los demócratas en California hace que los expertos y analistas dejen al “estado dorado” de lado para centrarse en territorios bisagra, como Pensilvania, Michigan o Florida, que sí son fundamentales para adivinar el resultado final.
En esa mirada se cruzan pasado y presente: California no ha apostado por un republicano desde George H. W. Bush en 1988, y el pronóstico de las encuestas para ayer, según Real Clear Politics, da una ventaja muy sobrada a Joe Biden de entre 20 y 39 puntos. Así que, sin emoción en cuanto al escrutinio, las conversaciones en California, el orgulloso eje de la resistencia anti-Trump en temas como la crisis climática o la inmigración, han girado en los días previos en torno a la posibilidad de disturbios por las elecciones. De San Diego a San Francisco pasando por Los Ángeles, California se preparó, con tablones en escaparates y tiendas blindadas, para unas eventuales protestas derivadas de la cita con las urnas.