Redacción El País
El Reino Unido rema contra la corriente. O al menos eso parece. Cuando hay países que hacen cola para entrar a la Unión Europea (UE), los británicos decidieron irse del bloque. Brexit le llamaron. Y ahora que en Europa está de moda los giros políticos hacia la derecha o la “ultra derecha” -según los resultados de las elecciones para el Parlamento europeo o las que están en proceso en Francia-, el Reino Unido está a punto de girar hacia el lado opuesto. Las elecciones legislativas de hoy jueves, según coinciden todas las encuestas de intención de voto, marcarán una victoria histórica del opositor Partido Laborista y, por consecuencia, una derrota, también histórica, del Partido Conservador, que dejará el gobierno por primera vez en 14 años.
Claro que para llegar a esta instancia como favorito, el líder laborista Keir Starmer, y eventual futuro primer ministro, se volcó más hacia el centro.
Pese al temporal que se le viene encima, el primer ministro conservador Rishi Sunak se esfuerza por minimizar una derrota que se anticipa demoledora.
Más de 45 millones de ciudadanos en Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte, las cuatro naciones que conforman el Reino Unido, están llamados a las urnas para votar la composición de la Cámara de los Comunes del Parlamento, formada por 650 escaños.
Los sondeos sobre intención de voto dan por segura la victoria del Partido Laborista y vislumbran, además, que puede hacer historia al conseguir una mayoría absoluta jamás vista en el país. Según una encuesta de Survation, el laborismo puede ganar más escaños que los obtenidos en 1997, cuando el partido estaba liderado por Tony Blair. La firma prevé una victoria laborista con más de 418 escaños, el número ganado con Blair.
En virtud del sistema electoral británico, mayoritario uninominal, los laboristas se harán con el poder, sin necesidad de buscar una coalición, si llegan a los 326 escaños, uno más que los que obtengan los otros partidos.
Durante la campaña electoral los laboristas han repetido la palabra “cambio”, y mencionan como los principales problemas del país su estancamiento económico y social, la falta de crecimiento, la crisis en el sistema de salud, la falta de vivienda asequible, el aumento del crimen y los bajos salarios.
Los tories, por su parte, llegan a esta cita electoral, convocada por Sunak el pasado 22 de mayo, con un fuerte desgaste a sus espaldas, tras las agotadoras negociaciones del Brexit, la pandemia del covid, la crisis energética por la guerra de Ucrania, los escándalos en la gestión de Boris Johnson por el “partygate” (las fiestas en Downing Street durante la covid), pero sobre todo por el coste de vida y el aumento de la inmigración.
Como rara vez se equivocan las encuestas en el Reino Unido, muchos conservadores ya admiten la derrota.
Uno de los más fieles ministros de Sunak, el de Trabajo y Pensiones, Mel Stride, anticipó ayer la derrota al afirmar que es probable que los laboristas obtengan “la mayoría más grande que cualquier partido haya logrado”.
“He aceptado las encuestas como están en este momento, y parece muy poco probable que estén muy equivocadas, porque han estado de manera consistente en el mismo lugar durante algún tiempo, (así que) es muy probable que nos encontremos con la mayoría más grande que cualquier partido haya logrado jamás”, agregó.
“Si nos fijamos en los sondeos, está bastante claro que el Partido Laborista se dirige a una victoria aplastante y extraordinaria en un nivel que probablemente nunca antes se haya visto”, reconoció.
Los últimos años las luchas intestinas en el Partido Conservador, que en apenas tres años tuvo tres primeros ministros (Johnson, Liz Truss y Sunak), favorecieron el alza del partido populista Reform UK, liderada por Nigel Farage. Este político antiinmigración y antieuropeo asegura que los conservadores están “acabados” y que la verdadera oposición la encabezará Reform UK. (AFP, EFE)
Encuestas
La última encuesta de intención de voto elaborada por la firma YouGov y difundida ayer miércoles, da al Partido Laborista una victoria histórica, con más de 300 diputados de distancia sobre los conservadores y un 39% de los votos. El modelo final de proyección para los comicios adelantados en el Reino Unido apunta a una gran mayoría del partido liderado por Keir Starmer y a una dolorosa derrota de los conservadores del primer ministro, Rishi Sunak.
Brexit, el gran ausente en la campaña electoral
Las consecuencias del Brexit o la futura relación con la Unión Europea (UE) son asuntos que apenas figuran en la campaña electoral del Reino Unido, donde ninguno de los principales partidos se aventura en un debate que temen que les cueste votos.
Pese a que la salida de la UE fue el evento nacional más importante del decenio, con un impacto sísmico en la política y la sociedad británicas -o quizás por eso-, ni el Partido Conservador (que convocó el referéndum en 2016), ni el Laborista (favorito a ganar los comicios de hoy jueves), ni el antaño europeísta Liberal Demócrata lo plantean como prioridad. La única gran formación que pide abiertamente un retorno al bloque comunitario es el independentista Partido Nacional Escocés (SNP), de ámbito regional y que, según las encuestas, perderá diputados en el Parlamento británico. “No es un tema destacado. Ni siquiera se cuenta entre los diez primeros que preocupan a los británicos”, afirma Anand Menon, director del centro de estudios UK in a Changing Europe (UKICE). No obstante, la división entre el electorado que provocó el plebiscito “sigue ahí”, reconoce, lo que explicaría por qué los candidatos que buscan conquistar el centro político prefieren evitar el tema.
“Si nos fijamos en los votantes, los partidarios de los conservadores siguen apoyando abrumadoramente la salida (de la UE) y los de los laboristas, la permanencia”, señala el politólogo.
Menon apunta que los efectos del Brexit, ejecutado el 31 de enero de 2020, se manifiestan “en muchas otras cuestiones” que sí importan en esta campaña, como el crecimiento de la economía o la inmigración.
Boris Johnson al rescate de su partido
Los conservadores, en un intento desesperado de sumar votos en las elecciones británicas de hoy jueves ante los laboristas, a quienes los sondeos otorgan una cómoda victoria, recibieron el martes el apoyo del exprimer ministro Boris Johnson, en su primera aparición en la campaña. Los conservadores y su actual primer ministro, Rishi Sunak, que presenta su candidatura para seguir en el cargo, parecen haber asumido y admitido la derrota, prodigando en los últimos días declaraciones en las que hablan de evitar la mayoría absoluta de los laboristas de Keir Starmer.
“Si quieren una subida de impuestos, una inmigración descontrolada y doblegarse innecesariamente ante Bruselas (Unión Europea), voten al Partido Laborista”, dijo Johnson, en un acto electoral de Sunak, en el final de campaña electoral.
El ex primer ministro, que nunca tuvo una gran relación con Sunak, según la prensa británica, pidió el voto para su compañero de partido, tratando de evitar la debacle.
Johnson, uno de los cinco primeros ministros de los conservadores en los catorce años que llevan en el poder, es un personaje con gancho entre los votantes de los tories, muchos de los cuales podrían decantarse por un Partido Laborista que ha virado hacia el centro con Starmer o por la extrema derecha Reform UK, de Nigel Farage.
Jefe del ejecutivo conservador desde 2019, Johnson tuvo que dimitir en 2022 al verse envuelto en algunos escándalos, como fiestas en la residencia oficial del primer ministro en plena pandemia del covid.
“¿No es fantástico que nuestra familia conservadora esté unida?”, dijo Sunak en el acto junto a Johnson
Sunak es el tercer primer ministro en apenas dos años.
El Partido Conservador, con luchas intestinas y sumido en una profunda crisis, trata en los últimos días de arañar votos para evitar una derrota histórica.
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