Redacción El País
La presidenta moldava, la europeísta Maia Sandu, ganó las elecciones presidenciales de este domingo
al imponerse con un margen del 11% al candidato de los socialistas prorrusos, Alexandr Stoianoglo, aunque el resultado evidencia una fractura social importante entre los moldavos, ya que la victoria fue posible gracias al voto de la diáspora.
Tras el escrutinio del 100% de los votos, Sandu obtuvo el 55,33% de los apoyos, frente a los 44,67% que recibió su rival, considerado próximo a Moscú.
Sandu agregó que pese a diferentes puntos de vista en la sociedad, todos quieren paz, entendimiento mutuo y una vida digna para sus hijos.
“Este es mi principal objetivo para Moldavia en los próximos años. Necesitamos unir a la sociedad”, aseguró la política de 52 años.
Y es que al igual que durante la primera vuelta de los comicios, celebrada el 20 de octubre, el voto de los moldavos residentes en el extranjero fue decisivo.
Así, Stoianoglo lideraba el escrutinio con más del 90% de las papeletas contabilizadas y la situación dio un vuelco solo después de que la CEC empezara el recuento del voto de la diáspora europea del país.
A la vez, en la región autónoma de Gagauzia, patria chica de Stoianoglo conocida por posiciones prorrusas, el contrincante de Sandu fue respaldado por más del 97% de los votantes.
También en el resto del país, el resultado sería favorable para Stoianoglo (51% frente a 48%) sin el sufragio de la diáspora moldava, según destaca Noi.md.
De acuerdo a expertos moldavos, a la hora de la verdad el equipo de Sandu aprendió la lección de la primera vuelta de las elecciones y movilizó mejor a sus votantes. Mientras, Stoianoglo fue menos activo entre la primera y la segunda vuelta de las elecciones y tampoco logró convencer a los indecisos en el debate electoral con Sandu el 27 de octubre.
En la recta final de la campaña, el entorno de Sandu también insistió en los vínculos de Stoianoglo con Moscú para atraer más votos para la política proeuropea.
La propia mandataria describió a su rival como un “caballo de Troya del Kremlin”.
Fuese como fuese, fue el voto de la diáspora proeuropea el que inclinó la balanza hacia Sandu, que dentro de Moldavia perdió ante el candidato de los socialistas.
Precisamente esa circunstancia hizo que los socialistas del país no reconocieran el resultado del voto en el extranjero y tacharan a Sandu de presidenta “ilegítima”.
“Maia Sandu es una ‘presidenta de la diáspora’. El Partido Socialista de la República de Moldavia no reconoce el voto en los colegios electorales en el extranjero, por el que Sandu fue declarada ganadora de las elecciones”, señaló la formación en un comunicado en su página web. (EFE)