El presidente de Turquía, el islamista Recep Tayyip Erdogan, ha ganado hoy las elecciones presidenciales pero sin la mayoría absoluta necesaria para evitar una segunda vuelta en dos semanas ante el candidato opositor, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu, cuando se han escrutado el 85 % de las urnas.
La agencia oficialista Anadolu da a Erdogan, que lleva dos décadas en el poder, el 49,94 % de los votos, muy similar al que le otorga ANKA, un medio privado, al tiempo que el aspirante tendría entre el 44 y el 45 %.
Un tercer candidato, el nacionalista Sinan Ogan, tendría el 5 % de las papeletas.
“En la actualidad, el principal elemento de división se manifiesta entre los pro Erdogan y contra Erdogan”, señala el politólogo Güven Gürkan Öztan, en relación al principal elemento de polarización de la sociedad turca, más allá de cuestiones ideológicas, religiosas o étnicas.
Esa fractura lleva diez años profundizándose, desde las masivas protestas del año 2013que unieron a diferentes grupos sociales y políticos, contra el ya entonces creciente autoritarismo de Erdogan, en aquel momento primer ministro.
“Las protestas de Gezi (por el parque de Estambul donde comenzaron) fueron una predicción de que Erdogan y el AKP (su partido) se volverían aún más autoritarios, y así ha sido”, señala Öztan.
Por eso, aunque dentro del bloque opositor hay partidos islamistas que comparten con Erdogan la idea de una islamización de la sociedad, o nacionalistas, que coinciden en su mano dura contra los kurdos, rechazan claramente el estilo autoritario del presidente y el modelo de “régimen de un sólo hombre” que ha impuesto.
Esa situación se manifiesta incluso en la preocupación de muchos turcos por la economía, con una lira muy devaluada y una fuerte inflación que se ha comido los ahorros de muchas familias.
EFE